martes, 30 de diciembre de 2008

Guerra hasta el final

Israel tiene prometida para esta temporada una "guerra hasta el final" contra Hamás. Las palabras ya son terroríficas y enigmáticas de por sí, si no fuera que recuerdan a aquellas espeluznantes de "la solución final". En realidad, nada nuevo en una dinámica de leña al mono que tiene la habilidad de superarse, a pesar de partir de niveles ya de por sí muy elevados, orientada por una estrategia demasiado arraigada en Israel de anulación de los palestinos.

Los extremos siempre están encantados de conocerse en un contexto de conflicto. Los defensores de las posturas más beligerantes israelíes cuentan con una impagable justificación con Hamás, hegemónica en estos momentos en Gaza. Sin duda, fuerza fundamentalista y agresiva, pero a niveles comparables de las organizaciones ortodoxas que tienen condicionada la Kneset, de hecho, de una forma que recuerda a nuestros particulares nacionalistas. En este caso, las diferencias de fuerza son básicas. El Estado de Israel tiene el dudoso honor de ser una de las pocas potencias coloniales, junto al Reino de Marruecos, de nuestro tiempo. Porque frente a frivolidades ofensivas de nacionalistas fanatizados, colonización implica el control de un territorio por parte de un Estado que no aplica un estatus jurídico de ciudadano a sus habitantes, negando, de esta forma, a estas personas el derecho de ciudadanía. Les sucede a los saharauis y a los palestinos (no, desde luego, a catalanes o vascos, que cuentan con la misma ciudadanía que manchegos o murcianos, o los tibetanos respecto a pekineses y cantoneses) una suerte que les convierte en meros accidentes del paisaje, molestos para jardineros que los consideran mala hierba en su césped puro de esencias patrias.

El famoso y desdichado conflicto palestino-israelí es de imposible solución desde los parámetros en los que se articula: La existencia de dos Estados diferentes de enrevesada articulación, en territorios reivindicados por los planteamientos más maximalistas de cada nacionalismo. La enconada y dramática situación, este callejón sin salida, al menos sin apocalípticas guerras finales, es la consecuencia de la irresponsable decisión de crear en el ya lejano 1948 dos Estados diferenciados, partiendo de posturas etnicistas, siguiendo el planteamiento del Presidente Wilson tras la I Guerra Mundial, que tanto sufrimiento ha generado, no sólo en esas tierras. Mucho más ecuánime, dónde va a ir a parar, crear un Estado laico viable para todas las comunidades que reivindicaban el mismo espacio, en el que la religión sea una mera decisión personal. Como siempre, las identidades colectivas sólo sirven para crear sufrimientos colectivos.

lunes, 29 de diciembre de 2008

Una sorpresa

A veces te encuentras sorpresas. Aportaciones de políticos interesantes, formadas, con las que felizmente coincides, a pesar de no compartir militancia. Una sana curiosidad me ha llevado a consultar el partido al que representaba este antiguo diputado que el diario El País ha tenido la, desconozco si inocente, prevención de ignorar. Me he llevado una llamativa sorpresa: el PP. No entro en conjeturar las obscuras maniobras que puedan llevar a mover al diario El País para darle cancha a esta persona. Sencillamente me sirve para reflexionar contra el habitual frentismo maniqueista que nos procura inculcar este sistema bipartidista imperfecto que estigmatiza, probablemente para que no escuches, para que no pienses, para que, únicamente, tal vez, sientas.

TRIBUNA: JOAQUÍN CALOMARDE
Por un renovado pacto social

JOAQUÍN CALOMARDE -El País- 29/12/2008

No se trata solamente de si vuelven Keynes y Roosevelt. Hay más. Pero no es que se esté hundiendo el mundo, sino que está ocurriendo algo a la vez más profundo y más sencillo: se ha derrumbado el modelo neoconservador de los últimos lustros. Y se ha caído como lo hacen los castillos de naipes. La absoluta desregulación de los mercados mundiales ha supuesto el fin del sueño del derechismo liberal y ha generado la crisis financiera, económica y social más virulenta de lo que va del nuevo siglo XXI. Un siglo, no lo olvidemos, que comenzó con el brutal atentado contra las Torres Gemelas del 11-S de 2001 y continúa ahora con el derrumbe de todo lo que se consideraba estable y consolidado, que se ve arrastrado por una torva de incertidumbre y descrédito.

Las sociedades occidentales redescubren lo que nunca debieron olvidar: la necesidad legítima del Estado democrático, del Estado constitucional, aquel que institucionaliza el pacto social de la modernidad y la sociedad del bienestar, los grandes logros de la ilustración occidental, con su sistema de libertades públicas y su liberalismo humanista (que ese no solamente no ha muerto, sino que hoy debe estar más vigente que nunca si deseamos retornar del abismo al puerto de la cordura y la sensatez colectivos). Cayó el muro de Berlín; tras él, hace agua el marasmo económico ajeno a la teoría de los modelos y a la lógica racional de la prudencia colectiva; a saber: el Estado debe actuar e intervenir democráticamente en la vida pública cuando es, primero, necesario, después, conveniente. Ha sido, justamente, la impugnación de ese principio esencial de la democracia moderna el que se ha visto conculcado de forma brutal en los últimos lustros por el derechismo liberal que, a su vez, ha sepultado la práctica del conservadurismo democrático, que, junto con la socialdemocracia, ha contribuido de forma inequívoca a la conformación de la Europa moderna tras la Segunda Guerra Mundial. Nuestros partidos supuestamente conservadores abrazaron el dogma de que toda anarquía desreguladora era mejor que la legítima acción política y efectiva de la función social de las instituciones que son el Estado mismo. Grave error político, social, histórico y moral.

Escribía el mejor Raymond Aron: "No olvidemos que la democracia es, en el fondo, el único régimen que confiesa o, mejor aún, proclama que la historia de los Estados está y debe estar escrita en prosa y no en verso". Efectivamente. Recuperar ahora, en este momento de tribulación colectiva, la prosa democrática es asunto capital. Dicha prosa es en la que debe reescribirse el renovado pacto social que refunde la confianza colectiva en el Estado como institucionalización democrática de los anhelos colectivos de una sociedad que ya no ve en él un peligro, supuesto o real, sino la plasmación pública de los ideales regulativos de la libertad política, de la urdimbre social misma y de un futuro no hipotecado ni cautivo de la malandanza financiera, el derrumbe paulatino de la seguridad pública y el olvido del bienestar colectivo.

Y un elemento indispensable para reformular el pacto social resquebrajado es la participación, cada vez más activa, del conjunto de los elementos que componen el tejido plural y libre de nuestras sociedades democráticas. Es la hora de la actuación comprometida y fuerte de los gobiernos, de las autoridades financieras, de la legalidad internacional, de los organismos universales que, poco a poco, deben ser reforzados en sus funciones arbitrales y mediadoras de un nuevo orden mundial sustentado en la democracia, la salvaguarda del derecho internacional y la garantía del progreso social de todos.

También, naturalmente, es la hora de la vuelta a la política con mayúsculas. Sí, la política: la acción racional de los ciudadanos de la polis en pro del bien común colectivo y del mantenimiento de nuestro progreso y libertad. Sólo desde el Estado y el Derecho se puede encauzar la crisis internacional que padecemos. Sólo desde el Estado y el Derecho cabe establecer una lucha directa y sin fisuras, también sin atajos, contra el terrorismo internacional (ese verdadero cáncer de la sociedad universal) que hoy nos golpea a todos donde puede, y cada día con mayor saña y violencia. Bien sea en Nueva York, en Madrid, en Bombay y un largo y penoso etcétera colectivo. Y es el momento de repensar a Weber, quien en su conferencia de Múnich de 1919, La política como vocación, escribiera: "Puede decirse que son tres las cualidades decisivamente importantes para el político: pasión, sentido de la responsabilidad y mesura". Qué lejos están estas loables virtudes de nuestra vida pública española, tan empobrecida, tan encanallada, tan dada al insulto, a la insolencia, a la insolvencia y, en ocasiones, a la estulticia política, intelectual y moral.

Hay que apostar claramente por dignificar de nuevo lo que nunca debió perderse: la dignidad democrática del Estado. El papel esencial del mismo en la vida pública, social y general de todos. Tanto más cuando el Estado, como es el caso español, no es sino la plena institucionalización de un proyecto colectivo de vida en común, sustentado, como indica el preámbulo de la Constitución del 78, en los ideales regulativos de la Ilustración europea: la justicia, la libertad, la seguridad y la promoción del bien de cuantos ciudadanos libres e iguales integran, en el uso de su soberanía, el bien más preciado de la nación española. Justamente, la Constitución establece como objetivo de la vida española toda lograr una sociedad democrática avanzada que busca el fortalecimiento de relaciones universales pacíficas entre todos los pueblos (y para ello es esencial el regreso a la hegemonía política del Derecho Internacional como guía de prudencia, sensatez y moderación a la hora de afrontar los desafíos de nuestro tiempo).

Estos, a mi juicio, son los parámetros sobre los que debemos revitalizar nuestro pacto social democrático. Y no cejar en el empeño, con honradez, determinación y una profunda convicción democrática, ilustrada, moral e histórica. Y éste debe ser el renovado compromiso parlamentario de todas nuestras fuerzas políticas en la hora presente en la que, con coraje cívico y lealtad democrática, deben hacer prevalecer los intereses superiores del Estado al partidismo acrítico de un insensato presentismo historicista. Sí, claro, estoy hablando del patriotismo necesario.

De nuevo, Weber para terminar: "Hay que armarse desde ahora de esa fortaleza de ánimo que permite soportar la destrucción de todas las esperanzas, si no se quiere resultar incapaz de realizar incluso lo que hoy es posible".

Joaquín Calomarde, ex diputado al Congreso, es catedrático y escritor.

miércoles, 17 de diciembre de 2008

La televisión, el opio postmoderno del pueblo y el agujero negro de las arcas públicas

Servidor no tiene televisor en su hogar. De hecho, lo considero un elemento terriblemente adictivo con capacidad de afectar de forma muy negativa a la vida y consciencia de las personas. Mientras las autoridades públicas son celosas con la prohibición del consumo de cannabis por motivos similares, se considera la televisión un servicio público al que se le dedican 629 millones de euros de las arcas oficiales, más los 946 millones acumulados por las cadenas públicas de pérdidas en este año de tan cacareada crisis. Estoy convencido de que hay organismos públicos donde destinar este dineral de forma mucho más conveniente, especialmente con la programación lamentable que ofrecen las televisiones públicas.

REPORTAJE
Se busca una televisión pública de calidad
Concursos, folclor, misas, fútbol... ¿Quién define qué es el servicio público? - España atiende la reforma de Sarkozy: canales estatales sin publicidad, pero que sufragan los privados

ROSARIO G. GÓMEZ - EL PAÍS - 17/12/2008

La Unión Europea lleva años enfrascada en la reforma de las televisiones públicas. Se pregunta si tiene sentido que programas insulsos como Se llama copla o ¡Mira quién baila! se paguen con los impuestos de los ciudadanos. Pero los Veintisiete todavía no han dado con la fórmula. El modelo de financiación y los contenidos que deben albergar las parrillas públicas para diferenciarse de las meramente comerciales son los grandes escollos. La UE ha abierto una ronda de conversaciones para definir el correoso concepto del "servicio público". La vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega tiene intención de acudir a Bruselas para abordar de primera mano la cuestión. No en vano, saber lo que cabe dentro del saco de interés social es el primer paso para iniciar la reforma audiovisual.

Cuando se hayan decidido sus parámetros ya no valdrán trucos como el que utiliza España: declarar todos los contenidos de TVE como servicio público. De los informativos a las corridas de toros y de la retransmisión de la misa a Operación Triunfo. Es más, ningún otro país ha declarado por ley que el fútbol es de interés general. Quizá por eso los canales públicos hacen piña para comprar por cifras multimillonarias la Liga de Campeones, el torneo más atractivo del continente.

Mientras se busca un sistema que contente a todos y defina lo que son contenidos de servicio público (y, por tanto, susceptibles de ser financiados con fondos oficiales), Francia ha tomado la delantera. La Asamblea Nacional debate a marchas forzadas la reforma de la televisión pública para que esté lista el 5 de enero. Es el regalo de Reyes de Nicolas Sarkozy.

El nuevo modelo audiovisual francés ha causado un terremoto de similar potencia al que en 1986 provocó la privatización de TF-1, todo un símbolo patrio que, además, era líder de audiencia y muy rentable económicamente. Muchos franceses vieron aquella operación como una expropiación de su identidad. Fue como "vender la Comedia Francesa a Coca-Cola o dejar el palacio de Versalles en manos de IBM".

Francia quiere parecerse lo más posible a la BBC británica. Reverenciada por todos, es la madre de las televisiones públicas, un conglomerado que lleva a gala su independencia del poder político, que se financia con el canon que aportan los hogares británicos por tenencia de televisor (195 euros) y que no tiene publicidad. Nadie discute la calidad de la programación del venerable grupo. Cultiva su función de servicio público y evita la competencia salvaje con los operadores comerciales. Por si fuera poco, está a la vanguardia tecnológica, es la locomotora de la televisión digital terrestre (TDT) y tiene una proyección internacional irrefutable. Su canal informativo tutea a la mismísima CNN.

Por el momento, Francia se acerca a la BBC en una cosa: la desaparición de la publicidad. La operación se consumará por etapas. Desde principios de año, los anuncios desaparecerán en el horario de máxima audiencia. Se cierra el grifo desde las 20.00 a las 6.00. Y a finales de 2011, con el apagón analógico, se extenderá a toda la emisión. ¿De qué vivirá entonces France Télévisions?

Como muchos países europeos, Francia sufraga el ente con el pago de un canon (116 euros anuales). Para compensar la pérdida de ingresos por la prohibición de emitir publicidad, el Estado abrirá la mano y ampliará la subvención. Además, el holding recibirá el dinero recaudado de un nuevo impuesto sobre la facturación publicitaria de las cadenas privadas. Inicialmente se planteó el 3%, aunque se ha optado por una tasa variable (entre el 1,5% y el 3%) según la salud del mercado. También se prevé que las operadoras de telecomunicaciones electrónicas (Internet, telefonía móvil) arrimen el hombro; en este caso con una tasa del 0,9%. El mundo de Internet no ha tardado en poner el grito en el cielo.

Con este plan, la televisión pública vecina será, en parte, financiada por las privadas, que podrán acceder a una porción mayor del pastel publicitario. La renuncia a emitir anuncios desde el prime time dejará libres en torno a 450 millones de euros. El Estado garantizará esta cantidad en los Presupuestos de 2009, 2010 y 2011. Con todo, la publicidad seguirá siendo un alivio (mucho menor, es cierto) para France Télévisions, que el año pasado amasó gracias a los espacios publicitarios 760 millones de euros (alrededor del 33% de sus ingresos).

La revolución mediática de Sarkozy es seguida con especial atención en España. Sobre todo porque el nuevo mecanismo de financiación podría ser importado al pie de la letra. "Es interesante. Las principales beneficiadas son las privadas, de modo que podría estudiarse que la televisión privada compensara a la pública", comenta el dirigente socialista Óscar López, portavoz en la comisión mixta de control parlamentario de RTVE. La corporación estatal acapara en el mercado publicitario en torno a 700 millones de euros y completa su presupuesto con una subvención de 500. La aportación pública compensa, en parte, el recorte publicitario iniciado este año (ha pasado de 12 minutos de anuncios por hora de emisión a 11, y en 2009 bajará a 10).

El Gobierno aspira a que, minuto a minuto, la publicidad pueda desaparecer completamente de TVE quizá en la próxima década. Las privadas se quedarían entonces con todo el pastel. ¿Estarían entonces dispuestas a financiar a la pública con una parte de sus ingresos? La Unión de Televisiones Comerciales Asociadas (Uteca), que agrupa a las entidades comerciales, no comulga con la fórmula francesa, pero considera que en España se podría adoptar un sistema similar si la prohibición de emitir anuncios incluyera a todas las televisiones (nacionales, autonómicas y municipales). Y, además, "si a cambio de un porcentaje sobre la publicidad se suprimieran otros impuestos, como el de destinar el 5% de los ingresos brutos a la inversión obligatoria en cine". Según los datos de Uteca, el bocado que la pública dio el año pasado a la tarta publicitaria superó los 1.000 millones de euros (el 31% de la facturación total). Además, recibió 629 millones de euros de las arcas oficiales. Esta inyección no evitó que acumulara 946 millones de pérdidas.

Echando números, Uteca calcula que el coste por hogar de la televisión pública fue el pasado año de 102 euros. Es como si fuera un canon invisible. Pero ningún dirigente político quiere mencionar el canon. "Está descartado. No se va pagar un impuesto directo por la televisión pública", afirma López tajante. Igual de rotundo es Alejandro Echevarría, presidente de Telecinco: "Tanto TVE como las autonómicas deben financiarse exclusivamente con recursos públicos" y emitir "producciones de calidad y de servicio".

El catedrático de la Universidad Complutense de Madrid y vocal del Consejo Asesor de RTVE Manuel Núñez Encabo tiene claro que los contenidos "diferenciados" son lo único que justifica la existencia de entes públicos. Asegura que las cadenas comerciales tienen como obligación la de "no traspasar los límites jurídicos y éticos en sus contenidos", mientras que las financiadas por los impuestos tienen la obligación de fomentar contenidos que respondan a "las necesidades democráticas, sociales y culturales". Sólo con sintonizar TVE-1 o cualquiera de los 13 canales autonómicos se puede hacer la prueba. "¿Es una necesidad democrática la misa o un partido de fútbol?", se pregunta Núñez Encabo. Se responde: "La televisión pública está desfasada y no cumple la función encomendada por el protocolo del Tratado de Ámsterdam, que se refiere al desarrollo de los derechos fundamentales de la persona".

Otra de las patas de la reforma francesa que más polvareda política ha levantado pasa por agrupar todos los canales de titularidad estatal en un mismo holding, a imagen y semejanza -otra vez- de la británica BBC. Lo malo es que Sarkozy propone que el presidente de ese megagrupo sea nombrado por el Consejo de Ministros y no por el Consejo General de lo Audiovisual. "No vemos por qué el accionista mayoritario de France Télévisions, que es el Estado, no pueda nombrar a su presidente", argumentan desde el Elíseo.

Si hay algo que España tiene claro es que el presidente de RTVE no va a volver a ser nombrado por el Gobierno. "La propuesta francesa es un claro paso atrás", afirma el diputado socialista Óscar López. "Nuestro modelo, que sea el Parlamento y no el Gobierno el que nombre al presidente de RTVE; me parece más democrático", añade.

Salvo en esta cuestión, Francia puede ser el espejo en el que se mire el Gobierno de Zapatero. Los socialistas han reactivado el viejo proyecto para sacar adelante una ley general audiovisual que agrupe la maraña de normas y reglamentos, dispersos y obsoletos. Tanto el PP como el PSOE han eludido en los últimos 15 años una reestructuración a fondo del sector. Se han limitado a poner parches con leyes coyunturales.

Los socialistas presumen de haber reformado RTVE hace dos años. Ahora quieren exportar el modelo a las autonómicas a través de "un pacto de Estado" al que se adhiera no sólo el PP, sino también los nacionalistas. López es consciente de que el asunto es "delicado" porque los grupos parlamentarios van a ser muy celosos de las competencias. "Las autonómicas copiaron a TVE para lo bueno y para lo malo. ¿Por qué no trasladar el nuevo modelo? Hasta ahora sólo Andalucía ha cambiado la ley para que el director general sea elegido por el Parlamento", comenta. El PSOE defiende "una televisión pública de calidad, con una audiencia considerable, que no tenga que batallar por la cuota de share".

Enfrente, el PP cree que el sector televisivo debe poner en marcha "un proceso de liberalización, como se hizo con las telecomunicaciones", y que sea el propio mercado el que decida la configuración del sector. "Hay que garantizar que haya un número de canales suficiente para asegurar la diversidad informativa y, al mismo tiempo, la sostenibilidad económica", explica uno de los expertos en materia audiovisual del PP.

Si lo que está en juego es la publicidad, ¿qué opinan los anunciantes? "No entramos en la guerra público-privado ni en cómo se administran las televisiones", advierte la Asociación Española de Anunciantes (AEA). "Sí entramos en conseguir la sostenibilidad de nuestras empresas en contacto con nuestros clientes. Nuestra postura siempre ha sido defender los 12 minutos de publicidad por hora. Todo lo que sea superior a este límite perjudica al consumidor".

Ese tope viene marcado por una directiva comunitaria. Pero España tiene un reloj que no está sincronizado con Bruselas. Por arte de magia, ha convertido esos 12 minutos en 17. El milagro consiste en contabilizar dentro de los 12 minutos de límite que impone Europa sólo los anuncios estrictamente comerciales, dejando al margen otras fórmulas de publicidad como las autopromociones o la televenta.

Esta falta de precisión horaria le ha costado cara a España. Después de múltiples avisos, la Comisión Europea ha cumplido su amenaza. A finales de noviembre decidió llevar a España ante el Tribunal de Justicia de Luxemburgo por no haber tomado las medidas necesarias para impedir que las televisiones (todas, tanto públicas como privadas, nacionales o autonómicas) rebasen el límite de los famosos 12 minutos. Bruselas ha constatado que en España se produce una "saturación" publicitaria. "Además de los efectos negativos que esto puede tener en el gasto publicitario, este bombardeo sostenido es malo para los espectadores", justifica la comisaria responsable de la Sociedad de la Información, Viviane Reding.

La comisaria tiene una legión de detractores y defensores. Entre estos últimos figura la AEA. "En estos 12 minutos debe quedar incluido lo que se cataloga como 'otras formas de publicidad", defiende la entidad. Manifiestamente contrario a la comisaria, el consejero delegado de Antena 3, Maurizio Carlotti, la semana pasada se preguntaba en este periódico: "¿De verdad considera la señora Reading que los ciudadanos deben estar 'protegidos' de la publicidad? ¿Es acaso la publicidad infecciosa? ¿Dañina? ¿Peligrosa? ¿Contaminante? No se debe negar que algunos la consideran aburrida, o tal vez molesta. Todos saben, sin embargo, que la publicidad permite que la televisión sea un regalo totalmente gratuito (al menos en el caso de las cadenas privadas)". Carlotti arremetía contra la competencia desleal de la TVE, que rebaja los precios de los anuncios "hasta un 40%" para captar más y más publicidad.

En tiempos de crisis, el PP cree que habría que preguntar a los ciudadanos cuántos canales están dispuestos a financiar, entre estatales (ocho en TDT, a partir de 2010), autonómicos (hasta 12 en algunas comunidades) o locales (otra docena). "En época de vacas flacas alguien tendría que decidir si el dinero de todos se gasta en televisión o en otras cosas", plantea el PP. En el PSOE, alguien (quizá el ministro de Economía, Pedro Solbes) debe estar buscando la respuesta. El contrato-programa de RTVE, donde fija el dinero que el Estado aporta en el trienio 2008-2010, sigue sin firmarse. Las cuentas no salen.

domingo, 14 de diciembre de 2008

La hipocresía de la cobardía

Grandioso reportaje aparecido en el diario El País. No sólo aporta unos interesantísimos documentos antropológicos que muestran el bizarro código de honor del mundo abertzale y su enorme componente clánico, sino toda la hipocresía que envuelve al entorno etarra. Los desequilibrios morales de la etarra son esperables, impagable la ñoñería de falta de corazón de la banda cuando le toca a ella, ahora bien, lo realmente grave es la connivente cobardía que demuestran las personas públicas implicadas. El final del reportaje es muy ilustrativo: espeluznante triangulo entre Txiki (aquel exquisito delantero, hoy dirigente del barça), su cuñada etarra del comando Barcelona y Ernest Lluch, asesinado por el comando.

REPORTAJE: EL 'CASO LIERNI'. HISTORIA DE UNA EXTORSIÓN 'REVOLUCIONARIA'
"ETA le propone pagar una cuota anual de 6.000 euros"
Una etarra condenada a 57 años de cárcel se enfrentó a la dirección de la banda por chantajear a su cuñado, el ex futbolista Txiki Begiristain - Las cartas muestran la doble moral de ETA

JOSÉ LUIS BARBERÍA - San Sebastián - EL PAÍS - 14/12/2008


¿Cómo reacciona un terrorista de ETA al saber que su familia está siendo extorsionada por sus compañeros de organización? Debido a su intensa actividad, el aparato de recaudación de la banda, GEZI, acrónimo de Gora Euskal Zerga Iraultzaila! (viva el impuesto revolucionario vasco), acostumbra a generar abundante documentación que no siempre queda a salvo de la policía. Y es que, a despecho de su propia consigna -"Léelo y destrúyelo"-, la dirección de ETA parece haber adquirido el hábito burocrático de guardar copia de todo; también de las informaciones sensibles y comprometedoras.

El dossier Lierni, encontrado en uno de los pisos de seguridad de la cúpula en Francia, ilustra bien la doble percepción y doble moral que hace que los terroristas se abran las carnes ante la posibilidad de que sus familiares lleguen a padecer algo del sufrimiento que ellos procuran a diario al conjunto de sus víctimas.

El drama personal y familiar de tantos vascos amenazados y sometidos al chantaje económico se compadece mal con la historia que aquí se desvela. Dados los protagonistas y el enredo de la trama, el caso Lierni sugiere más bien una obra de teatro de género menor, aunque de seis actos.

- (Todo lo que se cuenta y se describe a continuación responde, hasta en su literalidad, a los escritos incautados a la dirección de ETA. Han sido depurados y suprimidos los datos y referencias personales y familiares del ámbito íntimo o privado, prescindibles a los efectos informativos y aleccionadores de esta pieza).
Acto primero

La acción transcurre en una vivienda del casco viejo de Saint-Pée-sur-Nivelle, a 50 kilómetros de la frontera. En una habitación con las persianas echadas, un tipo que peina canas escribe en el ordenador. Cuando termina, imprime una copia y repasa el texto. Es una carta dirigida a nombre de Txiki Begiristain y Marta Armendaritz a un domicilio de Beasain (Guipúzcoa), y está fechada en Euskal Herria, diciembre de 2002.

La carta dice lo siguiente:

"Señor Txiki BEGIRISTAIN,

Saludos:

La organización Euskadi Ta Askatasuna le quiere expresar lo siguiente:

Hemos tenido conocimiento de que la Policía Nacional se ha dirigido a usted diciendo que su nombre aparecía en una carta cogida a la organización relacionada con el impuesto revolucionario o con un secuestro. Es mentira. Una mentira más. Suponemos que no le daría ninguna credibilidad, pero le hemos querido asegurar que es así, ya que creemos que está a favor de Euskal Herria.

Sí es cierto, en cambio, que la lucha a favor de Euskal Herria requiere muchos esfuerzos tanto en lo referente a recursos sociales, como bien sabe, como en lo referente a las necesidades económicas. Por ello, aparte de su voluntad y del apoyo moral y económico que le da a su familiar Lierni, si quisiera ayudar económicamente a la lucha que llevamos a cabo en defensa de Euskal Herria se lo agradeceríamos sinceramente, quedando siempre de su mano tanto la cantidad como la frecuencia (de una vez, anual...).

Por ello, y al igual que hacen muchos abertzales, quizá nos querría hacer llegar una cuota anual. Si su respuesta es afirmativa, le proponemos que la cantidad de esa cuota sea de SEIS MIL (6.000) euros. Le repetimos que es una petición de voluntad, y a la espera de tener pronto noticias suyas, reciba un cálido y cordial saludo.

Viva Euskal Herria Libre!

Viva Euskal Herria Socialista!

Euskadi Ta Askatasuna

E.T.A.

Nota: Le va otra carta para su amigo Joxe Mari Bakero".

El hombre estampa en la parte inferior de la carta el sello con el anagrama de ETA y la introduce en un sobre en blanco. Luego continúa trabajando en el ordenador, transcribiendo el contenido de varios papeles arrugados escritos con letra minúscula que van dirigidos a GEZI.
Acto segundo

En una celda de la prisión de Soto del Real, una reclusa en la treintena escribe a mano con letra microscópica un extenso escrito. La carta empieza con un animoso "¡HOLA, CAMARADA!", pero el rostro de la interna parece crispado.

"(...) Soy Lierni Armendaritz, una militante de ETA que está secuestrada en las cárceles españolas. Ya me han condenado a 57 años. (...) Tal y como dije en un juicio, estoy orgullosa de ser militante de ETA, o por lo menos hasta hace poco podía decir eso con orgullo. (...) ¿Qué ha pasado? Que a mi cuñado, el ex futbolista Aitor [Txiki] Begiristain, le habéis pedido dinero y, por si eso no fuera poco, se lo habéis hecho del modo más torpe y chapucero.

Digo habéis porque normalmente diría hemos, ya que en los juicios que he mencionado antes, además de expresar mi orgullo, asumí todas las acciones de ETA, hasta las de antes de nacer yo. Pero yo no puedo asumir de ninguna manera el amenazar a mi familia, y además, cuando de ninguna forma no es enemigo!!! Estamos confundidos... (...).

Es cierto que mi cuñado gana más que un sencillo trabajador, pero ¿hemos perdido la cabeza hasta este punto como para pedir también dinero a éstos?

(...) No quiero decir que en este momento no pueda pagar, pero sí que estamos llegando a extremos chapuceros, antes de llegar a amenazas así tendríamos que tener datos... porque creo que los de mi familia ya estamos pagando suficiente, ¿no? (...) No sé quién ha sido el responsable de esto, pero mejor si no me lo decís, ya que me lo cargo. Mi madre me ha dicho que ha pensado que sois unas personas sin corazón, y si esto no ha sido un malentendido, pensaré que por ahí hay un asqueroso perro. El tema es que esta bonita carta la dejasteis en el buzón de la casa de mi madre. Mi madre llamó a mi hermana por teléfono y ésta le dijo que la abriera sin problemas... Mi madre colgó el teléfono asustada con las deliciosas palabras que guardaba vuestra carta. El mismo día yo hablé con mi madre, y pensad cómo estaría que inmediatamente noté que algo grave sucedía. Me cargaré con mis manos a ese sucio imbécil!!

(...) Las mujeres de mi familia somos muy cabezotas, por eso no abrí la boca en la comisaría y por eso mi hermana y mi madre no le dirá nada a Aitor. Eso sí, mi madre inmediatamente quemó esa maldita carta. (...) Son dos cosas las que os querría pedir:

1. La confirmación de que vais a dejar en paz a mi familia.

2. Pedirle excusas oficiales a mi madre y explicarle que no somos personas sin corazón.

Sin más, con la esperanza de que quemaréis esta carta inmediatamente (mi familia está por medio), y con la esperanza de que todo se solucionará pronto, me despido.

HASTA QUE NOS DEJEN EN PAZ, SIEMPRE GUERRA!!

2002-XII-27".
Acto tercero

Habitación interior de un apartamento en una urbanización HLM (vivienda de protección oficial de bajo alquiler) de Bayona (Francia). Hay dos hombres sentados ante un pequeño escritorio ocupado por un paquete de folios, un ordenador y una impresora. En la pantalla del ordenador figura un fichero registrado con la palabra "Egurra" (leña) que contiene listados de nombres y apellidos, con sus direcciones y teléfonos, agrupados bajo los epígrafes: "morosos" y "delatores". El hombre de más edad es el que ha aparecido con anterioridad en la casa de Saint-Pée-sur-Nivelle. Enarbola un arrugado escrito y parece excitado.

-O sea, que le mandamos a su cuñado una petición por las buenas, en un tono amistoso y una metodología hipercorrecta, y resulta que la tía nos llama perros y nos amenaza. ¡No te jode! ¿Y tenemos que tragarnos sus escupitajos? Está claro que no está equilibrada.

-Nos ha escrito un tal Otsoa (Lobo) que, por lo visto es Juan Carlos Yoldi, un ex preso de Ataun que fue parlamentario en su época y que ahora anda como abogado en el TAT [Torturaren Aurka Taldea, comité contra la tortura]. Dice que Lierni está preocupada porque piensa que la organización puede actuar contra su cuñado y que sobre esto quiere nuestra opinión y nuestra garantía.

-¿Y cómo hostias está enterado él de este asunto?

-Por lo que me cuenta Kamel, Otsoa es hermano de Mila Yoldi. Los txakurras [perros, referido a los policías] les dijeron a Txiki y a Bakero que habían encontrado una carta sobre ellos a un miembro de la organización detenido en México, y en esa época los únicos detenidos en México y expulsados fueron Mila Yoldi y Joseba Ramada. Mila y Lierni estuvieron juntas en Soto del Real y seguro que hablaron del asunto de Txiki y Bakero.

-Lo que vamos a hacer es enviarle a Lierni una copia de la carta que le mandamos a su cuñado para que compruebe que era una carta por las buenas y retire los insultos. AND ha leído lo nuestro y lo suyo y está alucinado. Dice que Lierni está jodida de los cascos.

-Hay que mandarles el dossier Lierni completo, con las cartas y todo, pero con la recomendación de que se deshagan de ello inmediatamente.

-También hay que volver a escribirles a Txiki y a Bakero.
Acto cuarto

Es la misma casa de Saint-Pée-sur-Nivelle, la misma habitación y el mismo hombre. Junto al ordenador hay varios escritos dirigidos a GEZI y un sello con el anagrama de ETA.

El hombre escribe:

"En Euskal Herria, mayo de 2003.

Señor,

Saludos:

La organización Euskadi Ta Askatasuna le quiere expresar lo siguiente: como hemos podido saber, la carta que te mandamos ha creado inquietud y malentendidos tanto en ti como en tu familia, los cuales nuestra organización los considera muy graves. (...) Hace poco nos hemos enterado por vías que no son oficiales (tú nunca te has puesto en contacto con nosotros para aclarar las cosas, aun teniendo la vía para ello) que has hablado con gente sobre este tema, con la intención de que llegue a nuestros oídos la noticia de que no puedes pagar.

Señor Txiki XXXXXX, (...) nuestro tono es en todo momento el tono que utiliza una organización abertzale para dirigirse a otro abertzale. Una vez que recibas esta carta, queda en tus manos responder a lo que te mencionábamos, al igual que el pedir responsabilidades a los que han liado la cosa. Desde la organización Euskadi Ta Askatasuna creemos que con esta explicación dejamos claras nuestras intenciones. Del mismo modo, te queremos hacer saber que no es costumbre de la organización escribir cartas de este tipo, ya que no es nuestro problema corregir las malvadas y erróneas interpretaciones que se hacen de nuestras acciones. En este caso, en cambio, hemos tenido en cuenta el ser familiares de nuestra compañera Lierni. Sin más, y esperando tener pronto noticias tuyas, nos despedimos".

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Siguen los goras de rigor a la Euskadi libre y socialista, pero esta vez la despedida no finaliza con "un cálido y cordial saludo".
Acto quinto

Soto del Real, febrero de 2004. La reclusa Lierni Armendaritz escribe: "(...) Metisteis la pata y, en vez de solucionarlo, lo estáis estropeando más. La respuesta que recibí no es la que esperaba y mi sensación es que me tomasteis por tonta. (...) Ni mi familia ni yo sabemos cómo son las cartas que mandáis a los demás, pero, aunque sea implícitamente, hay una amenaza si no se paga. Todos sabemos que, si con la última carta no se paga, la amenaza se va endureciendo... En mi familia, la única que está a favor de la lucha armada soy yo, por tanto, si no hay amenaza de por medio, no van a pagar. Eso sí, no nos sobra el dinero, pero tened claro que intentan participar lo más posible tanto económicamente como personalmente en las diferentes iniciativas no armadas de los abertzales y los de izquierda. (...) Y qué decir del coste que tiene mi estancia en la cárcel. (...) Había tranquilizado a mi madre diciéndole que todo estaba arreglado, pero por segunda vez sucedió lo mismo, que la carta le llegó a mi madre...??? Ella me la dio a mí y yo, sin poder evitar el llorar, la rompí y la tiré al water. (...) ¡Podían castigar a mi madre por colaboración y, además, había otra carta para otra persona!

(...) Como os he dicho, la leí envuelta en lágrimas. Acusabais a mi madre de haber estado llamando a puertas para pedir ayuda sobre este tema. Yo toqué tres puertas, ¿quizá hice mal en mi desesperación? (...) Con la segunda carta habéis puesto en grave riesgo la salud de mi madre. Mi familia ya está sufriendo bastante con que yo esté en las garras del enemigo. (...) A lo mejor podéis pensar que las cartas no hacen daño por el hecho de estar escritas en un tono suave, pero no es así. No quiero volver a oír a mi madre llorando por vuestra culpa. Los hay más ricos que mi familia, a montones, a lo mejor no tan conocidos y que no tienen a un familiar represaliado o que lo tienen y no se hacen cargo de él emocionalmente y económicamente. (...) No más cartas, no más peticiones a mi familia. (...) A mí, pedidme lo que queráis.

¡HASTA QUE NOS DEJEN EN PAZ, SIEMPRE GUERRA!".
Acto final

Un bar céntrico de Barcelona. En medio del bullicio se oye la llamada insistente de un teléfono móvil. José Mari Bakero responde al periodista de EL PAÍS. "Es una cuestión de la que no me gustaría hablar. Sí, estuve viviendo en México; primero, durante ocho meses, como jugador del Veracruz, y luego, en 2000, un año entero, como entrenador de El Puebla".

En una clínica de Tokio, el director deportivo del Barça, Txiki Begiristain, y su mujer, Marta Armendaritz, hacen compañía al hermano del primero, que ha sido hospitalizado de urgencia a causa de una grave afección. Preocupado por la salud de su hermano, el que fuera extremo izquierdo de la Real Sociedad, del Barça y de la selección española no tiene, por lo visto, humor y ánimo suficientes como para abordar por teléfono un asunto tan vidrioso que le dio tantos quebraderos de cabeza. "No quiero hacer declaraciones sobre una historia que considero ya muerta", le indica a una persona de su confianza para que se lo transmita a EL PAÍS.

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Txiki Begiristain compartió con el ex ministro socialista de Sanidad Ernest Lluch la candidatura que en 2000 trató de aupar a la presidencia del Barça al publicista Lluís Bassat. El 21 de noviembre de ese mismo año, el denominado comando Barcelona, del que formaba parte Lierni Armendaritz, mató de dos tiros en la cabeza a Ernest Lluch.

viernes, 12 de diciembre de 2008

¿Quién es la gente tan rara con la que vas?



La política se ha convertido en algo obsceno.

Ya lo constataron esos grandes filósofos postmodernos de Mamá Ladilla: la gente no lee. Eso puede resultar agotador, requiere tiempo, en cambio emitir juicios preconcebidos, normalmente consignas asimiladas subliminalmente (ya lo decía Goebbels, una mentira repetida mil veces se convierte en verdad), es mucho más cómodo, te evita pensar y, sobre todo, tranquiliza. Al mecanismo mental en cuestión los psicólogos han tenido a bien llamarlo hipótesis de consistencia. Con las dos o tres referencias pescadas de no se sabe donde, se construye un imagenio más firme sobre cualquier cosa que tras sesudos estudios.

Sobre C's se tiende a hacer grandes afirmaciones categóricas, normalmente para justificar los reparos: partido de derechas, nacionalista español o, incluso, su presidente es antipático. Mecanismos curiosos del subconsciente para justificar el rechazo. La simpatía por un personaje es siempre subjetiva, no cabe duda, pero en una escena política en la que pupulan tipos con tan poco encanto personal como Montilla, Mas, Rajoy, Llamazares y un largo etcétera, resulta, cuanto menos, llamativo. Ahora bien, lo realmente alarmante es que se juzgue un partido político por la empatía personal de sus dirigentes. A mí me cae bien Joan Ridao pero ni jarto vino votaría a ERC.

Lo realmente importante de un partido político, y nadie racionalmente lo discutirá, es el proyecto que defiende. En cuanto a los principios políticos de C's no me voy a molestar a decir nada. A sus documentos me remito. Lo que pasa es que no son los argumentos, los discursos, las propuestas (ya ni hablo de los programas electorales) lo que configura el universo político del votante medio. La ética es suplantada por la estética. Como dijo Gregorio Magno en la controversia iconoclasta, las imágenes son la biblia de los idiotas(idiota no tenía entonces las connotaciones de ahora, dicho sea de paso). Triste, pero te configura mucho más en la arena política una bandera, una consigna, una etiqueta, incluso unos adversarios que los principios y propuestas que elabores. Da igual que pretendas representar un espacio de centro-izquierda no nacionalista proponiendo un Estado garante de la libertad e igualdad de los individuos para la confeción del propio proyecto vital. Ya lo decía aquel otro gracioso, Albert Einstein, es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio.

La cuestión es que para militar en C's hay que tener mucha moral. Tiempos en los que militar en un partido político es algo indecoroso, reducto de amorales oportunistas, estar afiliado a un partido que no es trampolín para bien colocarse, que es un seguro de estigmatización social en una Cataluña en la que impera un nacionalismo totalitario, es algo más que ser un outsider o un idealista interesado en transformar la sociedad, es algo chocante, peculiar, temerario. Ya lo plasmó con diametral elocuencia el gran compositor Sabino Méndez en la tonadilla que hace las funciones de himno de C's: ¿quién es esa gente tan rara con la que vas? Lo decepcionante es que lo que defiende este partido es lo mismo que piensa una gran parte de la sociedad. Lo que pasa es que hay que tener mucho arrojo para osar decirlo. A mí, lo reconozco, me cuesta.