miércoles, 28 de julio de 2010

El tontaco de la semana

He cogido una foto al azar. En todas las que he visto luce la misma cara de tonto. La Vanguardia nos explica su última proeza. Para evidenciar lo mal que se había montado el famoso referéndum de la Diagonal, a un lumbreras se le ocurrió suplantar una identidad para votar. Esta mente preclara decidió escoger la del portavoz municipal del PP, Alberto Fernández Díaz que no es que pasara por ahí (ya me dirás que pintaba el hombre en el asunto) sino que se conoce que sencillamente sería por la ojeriza que le generará un pepero cualquiera. Parecería más razonable suplantar a un responsable del desaguisado o alguien afín que no denunciara judicialmente el hecho. Pero ya sabemos que los nacionalistas son exclavos de sus pasiones y no pudieron reprimirse el gustazo.

Fernández Díaz, cuando comprobó que alguien había votado por él, hizo lo más normal, lo que haría cualquier hijo de vecino: denunciarlo. Los mossos tampoco tuvieron que recurrir al CSI: Llamaron al número de teléfono desde el que se había cometido la fechoría. "Aló, Joan Puig al aparato". Debió ser lo primero que debieron oír los agentes que efectuaron la llamada. El ex-diputado de ERC aseguró haber prestado el móvil para hacer la comprobación de las limitaciones del sistema de votación.

A continuación compartimos una simulación de la reacción del fiscal de delitos tecnológicos justo antes de poner la pertinente denuncia en el juzgado de guardia por falsificación de documento oficial:

viernes, 16 de julio de 2010

El dogma de los sentimientos

Palabra huera,
Solemne y torticera
Que excusa la tontería
O camufla la perfidia:

¡sentimiento!

Estado afectivo del ánimo producido
Por causas que lo impresionan vivamente:

¡vacío!

Convención fingida
De reconocido prestigio
Para aquellos que carecen de ideas:

¡manido!

Sopor exhibido impúdicamente
Que sólo interesa al sujeto
Como un acto onanista admitido:

¡sentimiento!

Sentimental que sólo sientes convenciones
Mecánicas emociones aprendidas
Asimiladas
Adquiridas
Quizá para sentirte más completo:

¡vacío!

Solemne disfraz, adoptado pijama
Confortable ficción altruista
Que excusa el más vil de los egoismos:

¡manido!

Mezquinos mediocres que reproducen
Sentimiento, Vacío, Manido,

¡Salve!

Yo os he reconocido.


El ser humano le gusta la fábula de que es un ser racional. Homo Sapiens decimos sin el más mínimo sofoco. Bien es cierto que tenemos la capacidad racional, otra cosa es que sea el motor fundamental de nuestros actos. Ojalá. Tendemos a ser irracionales, de eso viven los psicólogos, las emociones nos condicionan sobremanera.

En mi modesta opinión de antropólogo (para esto me saqué esta carrera, para opinar) lo que más caracteriza al ser humano es que es un ser social y, a través de ello, cultural (ay, la deformación profesional de antropólogo, que tiene como muletilla social y cultural). Con todo, aunque lo que más le caracterice al ser humano sea su sociabilidad, lo que más le singulariza y le ha permitido su éxito evolutivo es la capacidad cultural, entendida como la capacidad de adquirir nuevos comportamientos (luego aparece el fenómeno cultural de las tradiciones para intentar fijarlos, pero eso es otra historia).

Pero no nos desviemos, la cuestión es que dependemos totalmente de los demás salvo extrañísimas excepciones y tendemos a la mímesis. Aquí es donde quería llegar, a pesar de ser un manojo de emociones, éstas acostumbran a ser imposturas, tics adquiridos de los demás que consideramos radicalmente propias. Las emociones son, pues, una construcción cultural. Lógicamente, no me refiero a su componente endocrino, sino a la objetivación de la emoción. O puede que use mal las palabras y me refiera al sentimiento. Abusando de la definición de sentimiento de la RAE, éste es un estado afectivo del ánimo producido por causas que lo impresionan vivamente. La cuestión queda más clara, lo cultural son las causas que impresionan vivamente al ánimo.

Cuando una cuestión se nos fija en las emociones es muy difícil que podamos relativizar, se convierte en una verdadera demencia. Me gustaría investigar si esto se debe realmente a una construcción cultural que nos gastamos, forjada en el infausto romanticismo, que tiende a sobrevalorar los sentimientos como un valor supremo al que nos debemos. La otra hipótesis que barajo es que realmente las emociones sean una especie de pegamento cultural, que de una forma u otra nos fija a un determinado grupo. Es un gran tema para tesis, vive dios.

Un ejemplo de lo que hablo me es brindado suficientemente en este espacio.

lunes, 12 de julio de 2010

El sentimiento trágico de la vida


Este mundial de fútbol que por fin acaba ha brindado al mundo y al periodismo muchos momentos absurdos que se han convertido en noticia: el pulpo Paul, el beso de Casillas, el desnudo de la modelo Larissa Riquelme, las vuvuzelas... Un sinfín de frivolidades que han dispuesto de una despliegue mediático equiparable a los acontecimientos más relevantes y graves, Aquí lo comparan a la que en su día se merecieron la muerte de Saramago, el terremoto de Chile o el asesinato Isaías Carrasco con comprensible indignación. Tantas cuestiones trascendentes relevadas por un cúmulo de frivolidades. Ya saben, lo de panem et circenses.

Lo que pasa es que es verano y, las cosas como son, de vez en cuando se agradece un poco de levedad para encarar un mundo el cual no sólo hay que vivirlo como un valle de lágrimas. Los antiguos griegos, cuna reconocida del pensamiento filosófico, cada cuatro años abandonaban sus habituales quehaceres para entregarse a las olimpiadas. De vez en cuando va bien que el mundo se entregue a las bobadas para descargar la gravedad de la vida. El problema reside cuando solemnes idioteces se encaran grave y trágicamente. Y me ahorro los ejemplos.

miércoles, 7 de julio de 2010

Descripción del sistema catalanista



Sublime descripción del sistema catalanista a través de Millet realizada por Albert Rivera de Ciutadans. Catalanes, tomad conciencia de la transcendencia de tener en el Parlament de Catalunya esta voz representando verdaderamente al pueblo. No nos podemos permitir tener a los de siempre en el gallinero sin que nadie discrepe de esta certera forma. De lo contrario, seremos los ciudadanos de Cataluña los responsables de los casos Millet y compañía. No lo dudéis.

martes, 6 de julio de 2010

El gen de la horda y Montilla

¿Leerá Montilla este artículo? Lo que está claro es que intenta desesperadamente aprovechar políticamente el gen de la horda que comenta Rosa Montero envolviéndose de forma poco creíble en la senyera. A Pujol le salía de forma más natural.

sábado, 3 de julio de 2010

Que nadie se erija en portavoz de mis sentimientos

Otras fuentes del PSC, encuadradas en su flanco más catalanista, fueron sin embargo más duras con el presidente del Gobierno: "No conoce ni entiende la historia y el sentimiento de los catalanes".

Leo en El País estas tonterías en boca de algún dirigente del psC. Yo, como catalán e historiador, oso preguntarle y él qué carajo conoce y entiende de la historia y los sentimientos de los catalanes. Pero por favor no se metan en los sentimientos de la gente que es algo íntimo y, sobre todo, no es materia de legislación.

viernes, 2 de julio de 2010

Posibles consecuencias positivas de la ley del cine

Parece que al final, si la cosa no pasa de órdago, la ley ésta del cine que han montado en Cataluña va a tener consecuencias positivas. Según lo que leo en el diario El País, lo que tienen decidido las distribuidoras es, sencillamente, no doblar las películas. Me parece perfecto. Por fin dejaremos de ver las películas amputadas con voces ajenas y en este país se dejará de vivir en una burbuja encerrada lingüísticamente, empezaremos a tener que tomarnos en serio esto de conocer idiomas extranjeros y, oye, hasta quién sabe si servirá para impulsar la industria del cine local. A ver qué pasa.

jueves, 1 de julio de 2010

Silencios tímidamente rotos

Había una serie de silencios que yo interpretaba cómplices, condescendientes por una suerte de melancolía por aquel pasado en el que se luchaba contra un enemigo común. Hoy uno de esos silencios tímidamente parece haberse roto. A ver si la gente empieza a perder la vergüenza.