Desde 1825, año en que estalló la primera crisis general, el mundo industrial y comercial, la producción y el comercio de los pueblos civilizados y de sus anejos más o menos bárbaros, se deteriora cada diez años aproximadamente. El comercio se detiene, los mercados están atestados, los productos son tan abundantes como invendibles; la moneda se oculta, el crédito se desvanece, las fabricas se cierran, la población obrera se encuentra desprovista de medios de subsistencia por haberlos producido antes en exceso, las bancarrotas se suceden, lo mismo que las ventas a precios ínfimos.
F. Engels
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