jueves, 27 de agosto de 2009

Ponga un catedrático de derecho constitucional en su vida

Como era de esperar, genial respuesta de Francesc de Carreras a las presiones al Tribunal Constitucional del tripartito. Quédense con la canónica respuesta al falaz argumento que tanto airean los nacionalistas habituales de que el Estatuto es un pacto entre España y Cataluña: "Ello no es cierto. Si lo fuera, si el Estatut fuera un pacto, estaríamos en el terreno del derecho internacional, no sería una ley sino un tratado y el Estado de las autonomías una confederación entre entes soberanos. Se puede aducir: no se trata de un pacto en el sentido jurídico sino en el sentido político. Ciertamente, la mayoría de las leyes presuponen un pacto político previo entre los partidos que las aprueban, el Estatut también. Pero se trata de pactos entre partidos, no entre territorios (España y Cataluña), ni entre instituciones (Estado y Generalitat)".

miércoles, 26 de agosto de 2009

Crisis: lo que debería ser y no es

Interesante artículo - nada que ver con la aberración que comentamos ayer de Ernest Maragall- sobre los riesgos de no hacer bien las cosas con la crisis. Hay muchas formas de salir de ella, la cuestión es que se eliminen los errores estructurales que la han forzado y no se contenten con remiendos al gusto de la economía financiera para que todo siga más o menos igual.

martes, 25 de agosto de 2009

Una visión espuria de la democracia

¿Qué distingue a un nacionalista entre todas las cosas en estas fechas? Su total desprecio al Estado de Derecho. Hay dos cositas consustanciales a una democracia: el imperio de la ley y la división de poderes. Es decir, todo dios está sujeto a la ley -ya saben, dura lex sed lex- y quien dice que se cumple la ley es el llamado poder judicial, el menos poderoso de los poderes en España. Todo esto le trae sin cuidado a un nacionalista al uso.

Veamos un ejemplo lacerante: Eduardo Madina, dirigente del Partido Socialista de Euskadi ha recordado, al respecto de la dichosa sentencia del Tribunal Constitucional sobre el aún más dichoso Estatuto de Autonomía catalán que lo único que se debe hacer con una sentencia judicial es acatarla. El representante del supuesto Partido de los Socialistas de Cataluña, Ernest Maragall, en cambio, por su parte, ha tenido a bien soltar lo siguiente: ¿Por qué concedemos tanta significación a la famosa y temida sentencia del Tribunal Constitucional español? Digámoslo claro y en voz alta: el pacto Cataluña-España está cerrado y rubricado. Aun más, está confirmado por la única voz indiscutible e incontestable: la voz de los ciudadanos refrendando el acuerdo entre los parlamentos catalán y español. ¿Qué puede añadir la "interpretación" que hagan, por larga y enrevesada que sea, este grupo de ciudadanos tan sabios?

Hombre, Ernest, la respuesta es evidente, que el Estatuto esté sujeto a la ley. De hecho, ésa es la función de ese grupo de ciudadanos tan sabios. Me juego la vida que el hermano de Don Pasqual todo esto lo sabe a la perfección, otra cosa es que le traiga sin cuidado. La democracia para Don Ernest, como para cualquier nacionalista al uso, es accesoria, sino instrumental para su único objetivo importante: liderar con determinación un proyecto de construcción nacional, como él mismo nos reconoce.

Qué sangrante diferencia entre el socialista vasco y el supuesto socialista catalán.

*Las citas del Conseller de Educació de la Generalitat de Catalunya, Don Ernest Maragall, han sido extraídas de su artículo Construir Cataluña, aparecido hoy en el diario El País.

lunes, 24 de agosto de 2009

Ajedrez postveraniego a varias bandas



Se nota que se está acabando el mes de agosto. La prensa ya nos bendice con las imprescindibles declaraciones de nuestros benefactores políticos. Falta una semanita pero ya están calentando motores. Ya se oyen los tambores de guerra que nos amenizarán la temporada: la dichosa sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatut.

El diario El País ha tenido a bien agasajarnos en la vuelta de vacaciones con nuevas dosis de rumorología sobre como andan las deliberaciones para poner nerviosos a los nacionalistas habituales. Éstos estarán, lógicamente, encantados de poder volver a agitar su coctelera favorita ya que la normalidad política no entra dentro de su comportamiento. Ya se relamen fantaseando con dotar de catárticas manifas grandilocuentes cargadas de nuevas reclamaciones a su querido aquelarre del 11S.

A quien no le hará ni puñetera gracia esta vuelta del veraneo es al gobierno socialista, que ve que se le repite uno de los embrollos en los que tan habitual es en meterse. Y en vísperas de aprobación de presupuestos. ¿será la venganza de El País por lo de la TDT de pago?

El caso es que a un año máximo de las elecciones catalanas la dichosa sentencia tiene un papel fundamental y una negativa en este bizarro tablero de ajedrez que se han montado parece sólo beneficiar a los nacionalistas habituales, ya que el PP no está para historias, enfrascado como está en sus coqueteos con CiU. Y total, los nacionalistas ya han aclarado que no piensan ni cumplir ni acatar lo que salga del TC.

Hermoso favor, en definitiva, están haciendo todos al Estado de derecho con su partida por el poder.

martes, 18 de agosto de 2009

Laico, aconfesional, ateo

Ya sé que no se puede menospreciar la ignorancia que, como todos sabemos, es muy osada. Pero la confusión con estas tres palabras, laico, aconfesional y ateo, es interesada, deliberada. A ella juegan los representantes de la iglesia católica en España denunciando lo que entienden como beligerancia laicista. Cierto es que al gobierno socialista sus rifirrafes con la jerarquía eclesiástica es el último bastión que le queda para dárselas de progresista, ya que en el resto de campos no comparece, si bien en el cacareado laicismo gubernamental poco ha pasado de la retórica. A la espera estamos todavía de la llamada Ley Orgánica de Libertad Religiosa, pero por el momento, las prerrogativas de la iglesia católica se mantienen incólumes y más bien lo que nos encontramos es la beligerancia confesional por parte de los estamentos religiosos que pretenden, con más pena que gloria, marcar como antaño la senda moral y ética de la sociedad española desde el ámbito legislativo. Todos tendremos en mente el papel de la Iglesia Católica en los debates sobre el matrimonio homosexual, el aborto o la educación.

De esta forma, los representantes eclesiásticos se han sacado de la manga una pretendida ideología laicista, que a su entender vulnera la libertad religiosa y que contraponen a la constitucional aconfesionalidad del Estado. Dios sabrá a qué se refieren, porque es muy difícil hacer creer que la libertad de culto esté en entredicho en España. La cuestión es enredar y confundir a propios más que a extraños. La idea es hacer creer que laicismo es sinónimo de ateísmo, cuando verdaderamente tan opuesto a un Estado laico es un Estado confesional como un Estado ateo.

La confusión es interesada porque la iglesia católica sabe muy bien lo que significa laico. De hecho su uso viene del derecho eclesiástico y viene a referirse a todo aquél que no está ordenado. Es decir, en definitiva, que no forma parte de una organización religiosa. Por lo tanto, un Estado laico es aquél que es independiente de cualquier organización religiosa. Lo cual, evidentemente, no tiene nada que ver con el ateísmo que es la defensa de la inexistencia de todo dios.

La idea de un Estado laico es un triunfo de la ilustración, por el cual se reconoce que la idea de transcendencia es algo propio de la conciencia de cada cual. Es decir, es algo privado en lo que el Estado no tiene competencia al respecto. Parte, pues, de un planteamiento hermoso y que ojalá se aplique en otros ámbitos: las emociones, los sentimientos, si se quiere, el sentimiento de pertenencia a una comunidad, es algo íntimo del individuo por lo que no entra en la esfera pública. O como diría aquél, en toda una declaración laicista: Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios.

Bueno, ¿y la aconfesionalidad del Estado español? La Constitución española dice en su artículo 16.3: Ninguna confesión tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones. Como decíamos, un Estado que se declara independiente de cualquier confesión es un Estado laico, porque ese es el significado de un Estado laico. Negarlo, sin duda, es cogerse a un hierro ardiente. Pero, ¿en qué tendrán en cuenta los poderes públicos las creencias religiosas de la sociedad española? Efectivamente, la cláusula del tendrán en cuenta es la concesión de ambigüedad que nos brindaron los constituyentes ante los contrapuestos compromisos con los que se encontraban y es a lo que se acoge la jerarquía católica, pero difícilmente pasa de una declaración de intenciones. Ahora bien, y ¿cuáles son las creencias religiosas de la sociedad española? Pues cada vez menos las católicas, motivo y causa de la beligerancia eclesiástica que lucha por intentar mantener su statu quo.

viernes, 14 de agosto de 2009

Cultura y piscinas


Ha saltado en Francia una de esas polémicas que tanto me gustan. Se ve que han prohibido a una señora bañarse en una piscina con una prenda que, no sé si irónicamente, llaman "burkini". La prenda verdaderamente es horrorosa, pero los responsables de la piscina han alegado cuestiones de higiene. Ignoro si verdaderamente es un perjuicio a la higiene bañarse con eso, de la misma forma que supongo que no te permitirían bañarte vestido aunque fueses rigurosamente descalzo. La mujer en cuestión ha acudido a la policia a denunciarlo como caso de discriminación. De la misma forma que hay piscinas que exigen el uso de gorro y que normalmente en las piscinas no te permiten bañarte tal y como te trajo tu santa madre al mundo, la buena mujer no tiene razón. Para que la tuviese tendrían que haber puesto un cartel que pusiera "moras no" y parece que no es el caso. Precisamente no hay discriminación porque la tratan como a todo quisque. Ponen sus normas de uso y si quieres vas y si no, pues no. Lo que podría hacer la señora en cuestión es, o bien solicitar formalmente que modificaran las normas de baño o montar una piscina para aficionadas al "burkini".

Otra cosa es, tal y como ya ha saltado con la polémica, que el estado prohibiese por ley el uso de esta prenda. Lógicamente la señora ha de tener el derecho a su particular mal gusto, sea por lo que sea inducido. Las piscinas ponen sus normas de baño, pero, por ejemplo, en la playa, que la señora luzca la prenda que su gusto le dicte. Aunque, entonces, ¿por qué hay playas nudistas? Eso sí que es una discriminación. Las cuestiones culturales y de costumbres son siempre complejas porque la novedad siempre deshace pactos tácitos establecidos. Yo, francamente, dejaría a esa señora bañarse en la piscina con su fea prenda si realmente no hay, como imagino, verdaderas cuestiones higiénicas, de la misma forma que dejaría a los nudistas. Pero, por favor, que no vaya con tonterías de discriminación y que lo pida respetuosa y formalmente.

jueves, 13 de agosto de 2009

La religión del RCD Espanyol

Últimamente tengo acceso a los telediarios. Lo sé, es un grave error que me puede deformar la mente, pero cuanto menos me permite pulsar el mundo. Dejo de sumirme en lo que me interesa y me sumerjo en lo que interesa o pretenden que interese. Esto me ha permitido presenciar solemnes muestras de conmiseración colectiva porque ha muerto un futbolista por causas naturales, según parece. Y, ruego que me perdonen, se trataba de un jugador de medio pelo de un equipo de segunda fila (para entendernos, no se trataba de una figura mundial). Ahora bien, la cobertura ha sido espectacular y solemne. Las muestras eran de consternación y la gente parecía sincera. Las imágenes de los aficionados del Español mostraban en procesión una piedad y patetismo no ya laico, sino pagano. Tengo amigos forofos del Español y participaban de este sentir colectivo. Ciertamente, no se trataba tan sólo de sensacionalismo televisivo y enaltecimiento de cuatro frikis, sino de gente normal y mucha. 14.000 personas acudieron a la capilla ardiente en pleno y tórrido agosto. Yo, que me las doy de aficionado del barça, prácticamente por cuestión de religión familiar, me planteo que si se muere un futbolista azulgrana ni se me ocurriría participar en algo así. Pero, y mi padre, clásico sufridor culé, ¿me sorprendería con ese comportamiento?

No me voy a poner moralista recordando muertes más dramáticas o injustas. Ciertamente, las vemos a diario. Gente inocente, desheredados de la tierra que nunca nada han tenido, los vemos cadáveres por guerras indignantes o famélicos sin esperanza, explotados por la avaricia humana. Recientemente vimos también dos jóvenes locales, asesinados por formar parte de la benemérita por una panda de iluminados fascistas y, bien, sí, hubo las muestras de reconocimiento y solidaridad de rigor, pero las justas, las que tocaban de protocolo, pero se reconocían forzadas, o cuanto menos, rutinarias, nada que ver con el furor generado por el futbolista.

Pero, como decía, lo que quiero no es darme ínfulas de superioridad moral y resaltar la frivolidad de la sociedad actual. No. Lo que pretendo señalar son las verdaderas comunidades emocionales, la verdadera identidad de la gente. La que tradicionalmente, también a través de los medios de comunicación, y también a través del deporte, se nos pretende inculcar es la nacional. Cierto es que hay memos que matan y mueren por ese sentimiento de comunidad, hemos aludido a algunos especialmente idiotas. En Cataluña se trabaja en inculcar un sentimiento de estos con descarada profusión. Pero intuyo que con menos éxito que el de los equipos de fútbol. Apostaría que si mañana fenece el Muy Honorable Presidente de la Generalitat (dios no lo quiera) no se llevaría ni de coña las muestras de conmiseración que se ha llevado Daniel Jarque. Bueno, sí, es un politicastro que lleva toda la vida viviendo, y muy bien, de la política. Pero ojo, por mucho que sintiera los colores blanquiazules, el españolista también llevaba toda su trayectoria laboral ganándose la vida muy bien con eso del fútbol. Y el Muy Honorable también pretende sentir mucho los colores que representa. Lo que debe pasar, es que la gente realmente intuye lo que sentenció cierto clarividente: el patriotismo es el refugio de los canallas. O como dijo aquel otro: es la virtud de los depravados.

Lejos, pues, de pretender criticar las pasiones que despierta el fútbol, me parecen muy adecuadas. Es un subterfugio inocuo de las necesidad tribal de la gente. Toda la parafernalia de la guerra, con sus banderas y consignas se canaliza pacífica (la mayor de las veces) y cíclicamente a través de un espectáculo competitivo. Se quiere vencer, aplastar al rival con goles y no con cañones. Es, entonces, estupendo que las emociones, los sentimientos, el sentir de comunidad se ciñan a algo banal como el fútbol, y se aleje al máximo de ese terreno tan comprometido que es la política. La política es, y debe ser, el espacio donde deliberar el funcionamiento más justo de lo público. Es algo demasiado importante para que se lo dejemos en manos de canallas y depravados que pretenden manipular los sentimientos de la gente para acceder al poder o imponer sus particulares emociones. Tiene que ser, pues, ante todo, un espacio exclusivo para la racionalidad.

Tengo que reconocer que todo esto me ha servido para que me mereciera más respeto la afición del Español. Efectivamente, se me antojaban una panda de frikis rematados pendientes de un equipo segundón y vulgar, habiendo en la ciudad un equipo como el Barça que participa siempre en las grandes competiciones continentales, que siempre aspira a triunfos y, ante todo, elabora un juego espectacular disponiendo futbolistas geniales. Vamos, ¿quién es Jarque al lado de Xavi, Iniesta y compañía? Pues un futbolista vulgar, del montón. Pero no, se trata para los del Español de uno de los nuestros, más aún, el capitán de los once chamanes de la comunidad muerto en su plenitud. Visto así, un drama, claro. No sólo es un juego, un entretenimiento de masas, es una ceremonia ritual en la que está en liza la épica de la comunidad. En definitiva, una religión sin idea de trascendencia, pero con una poderosa idea de comunidad espiritual que es, en definitiva, el significado de religión. Y, ciertamente, no pretenden ser más que un club de fútbol.

Sin duda alguna, pues, acompaño en el sentimiento a la afición del Español. Les comprendo. Efectivamente, cada día mueren miles de personas en condiciones más dramáticas, en circunstancias infinitamente más injustas con el desentendimiento de la mayoría, pero eso poco tiene que ver con la comunidad del RCD Espanyol. En nada tiene que ver con su universo simbólico. No se puede ni debe imponer el sentir de la gente y, en definitiva, hablamos de muertes más o menos anónimas. Eso es lo de menos. En poco importa que las grandes injusticias de la humanidad estén en el corazón de todos. A saber si el sentimentalismo al respecto solucionaría algo o empeoraría más la situación. ¿Cuánto se ha utilizado el dolor por el 11S para socavar libertades y justificar brutalidades? Esas grandes injusticias que comentamos, donde tienen que ser una prioridad es, ante todo, en el campo de la política, su espacio adecuado para buscar verdaderas soluciones. Y si alguna responsabilidad tienen es por permitir, como el conjunto de la sociedad, que panda de haraganes accedan manipulando emociones sin preocuparse por su verdadera razón de ser: erradicar las injusticias.

sábado, 1 de agosto de 2009

Chávez, un insulto al socialismo

Lo insinuaba El País ayer: Hugo Chávez insulta al socialismo. Se conoce que en Venezuela se está trabajando una Ley Especial de Delitos Mediáticos que, tal y como explica el rotativo, permitirá sancionar, con penas de seis meses a cuatro años de cárcel, a todo el que a través de los medios de comunicación divulgue informaciones que puedan atentar contra "la estabilidad de las instituciones del Estado", "la paz social, la seguridad e independencia de la nación", la "salud mental o moral pública" y el "orden público", o que "generen sensación de impunidad o de inseguridad" entre la población.

En mi humilde modo de entender lo que apunta no merece comentarios. Para Don Hugo, por lo que se ve, sí: "¡Leyes revolucionarias, inexorables!", pidió Chávez, para "terminar de demoler las viejas estructuras del Estado burgués y crear las nuevas estructuras del Estado del proletariado, bolivariano".

Los defensores del supuesto régimen bolivariano tienden a escusarse en la manipulación interesada de los medios de comunicación, no sólo opositores locales sino internacionales (incluyendo el diario del que saco la noticia). Bien, los médias (que dicen los franceses) cierto es que tienen intereses oscuros, que son tendenciosos y partidistas, por no decir cosas más contundentes, pero no me jodas, si la ley de delitos mediáticos va por ahí, eso no tiene nada qué ver con construir el socialismo, es tan sólo crear un régimen personalista dictatorial.