El PSOE, se sabe, vive de explotar su imagen. Pura fachada, carecen de proyecto, sus iniciativas se limitan a operaciones populistas. Ya se lo dijo Zapatero a Gabilondo, con la coña esa de tensar. ¿El PSOE proyecto laicista? ¡Naranjas! Cuando interese tensar para apretar filas, ya agitará lo que haga falta, pero no nos equivoquemos, su juego es el poder. Su objetivo es el mero poder por el poder para dar respuesta a esa agencia de colocación que es realmente. Así que, lo que verdaderamente funciona con ellos es el chantaje perpetuo. Lo practican los nacionalistas, lo practica la religión, colectivos poco comprometidos con la democracia, porque, como ellos mismos dicen, responden ante un ente abstracto, eterno, superior (la Nación, Dios, qué más da). Se han dado cuenta, con el PSOE funciona la continua agitación, exigencia, exaltación, por muy antidemocráticas que sean las formas, por muy poco coincidente con el ideario socialista que sea el motivo (aunque ya sabemos que el ideario socialista poco tiene que ver con la política del PSOE). Lo vienen practicando desde hace tiempo y les funciona. El PSOE sale del paso (por dejación de la ciudadanía que se lo consiente y les sigue votando ciegamente, esas siglas hipnotizan) pero el Estado de derecho se resiente. Ahí tenemos a José Montilla, el gran prevaricador, que antes responde ante los nacionalistas que le han dado el puesto del que come (y muy bien) que ante el Tribunal Supremo, máxima instancia judicial del Estado, al que, en teoría, sirve. Ni se acata ni se cumple, qué más da. Aquí no pasa nada. Chicos, ante esta gente, ruido. Es lo único que entienden.
El PSOE FRENA INICIATIVAS LAICISTAS ANTE LA VISITA DEL "NÚMERO DOS" DEL VATICANO
La subcomisión sobre el aborto se reúne hoy, pero aplaza sus conclusiones
FERNANDO GAREA / LUIS R. AIZPEOLEA - Madrid - EL PAÍS - 04/02/2009
Al PSOE le acusaron ayer los partidos a su izquierda de asustarse ante la Iglesia católica, de no atreverse a poner fin a una situación de supuesto privilegio y de no avanzar en la aconfesionalidad del Estado. Ocurrió en la Comisión de Justicia del Congreso, donde los socialistas rechazaron varias iniciativas contra la Iglesia. Todo, en el contexto de la visita a España del número dos del Papa, el cardenal Tarcisio Bertone.
El secretario de Estado del Vaticano llegó anoche a España y hoy será recibido en La Moncloa por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en un intento por reconstruir las relaciones entre el Gobierno y la Iglesia católica.
Todas las iniciativas rechazadas por el PSOE procedían del grupo parlamentario que forman ERC, Izquierda Unida e Iniciativa per Catalunya, es decir, los partidos que se sitúan a la izquierda de los socialistas.
Dos de las proposiciones de ley buscaban facilitar la apostasía, otra pedía revisar los acuerdos con el Vaticano y una más crear una subcomisión para estudiar la muerte digna y la eutanasia. Había una quinta proposición no de ley sobre retirada de símbolos religiosos en tomas de posesión de altos cargos, que el PSOE también iba a rechazar, pero que, en el último momento, Gaspar Llamazares (IU) retiró en protesta por la acumulación de asuntos en el orden del día. Según dijo, PSOE y PP imponen el "rodillo".
Los socialistas coincidieron en todas las votaciones con todos los demás grupos, incluido el PP. "Estamos hartitos", le dijo Joan Tardà (ERC) al PSOE sobre su actitud ante la Iglesia. Estaba previsto que la visita de hoy de Bertone a La Moncloa coincidiera con la presentación de las conclusiones a la subcomisión parlamentaria del aborto, en donde el PSOE defiende la ley de plazos, pero, so pretexto de la falta de tiempo para concluir los textos, se demorará al menos una semana.
Zapatero pretende con este primer encuentro personal con Bertone un acercamiento que sirva para despejar prejuicios y malentendidos que han complicado las relaciones con el Vaticano, según señalan fuentes gubernamentales.
El Gobierno lleva tiempo trabajando la distensión con la Iglesia, empezando por el Vaticano. Hace casi un año, el 14 de febrero de 2008, Zapatero se entrevistó en la sede del Nuncio del Papa en España con su titular, Manuel Monteiro, y se quejó de las "injerencias" de la Conferencia Episcopal en la política de su Gobierno y apeló a la Constitución para reclamar el respeto de la Iglesia al Estado.
Tres meses antes, el 24 de noviembre de 2007, la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, se entrevistó con Bertone en Roma, aprovechando la imposición del capelo cardenalicio a tres cardenales españoles.
La vicepresidenta De la Vega tenía el mandato de Zapatero de procurar la distensión con la Iglesia, tras los enfrentamientos al comienzo de la legislatura con la aprobación del matrimonio gay. El Gobierno tuvo su compensación a estos desvelos cuando el Papa pidió a la cúpula de la Conferencia Episcopal Española, recién nombrada, el 19 de mayo del pasado año, que rebajara la tensión de la legislatura anterior.
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