jueves, 30 de abril de 2009

Entre el escrúpulo y la hipérbole

escrúpulo.

(Del lat. scrupŭlus, piedrecilla).

1. m. Duda o recelo que punza la conciencia sobre si algo es o no cierto, si es bueno o malo, si obliga o no obliga; lo que trae inquieto y desasosegado el ánimo.

2. m. Aprensión, asco hacia algo, especialmente alimentos.

3. m. Exactitud en la averiguación o en el cumplimiento de un cargo o encargo.

4. m. China que se mete en el zapato y lastima el pie.

5. m. Astr. Cada una de las 60 partes en que se divide un grado de círculo.

6. m. Med. Medida de peso antigua, utilizada en farmacia y equivalente a 24 granos, o sea 1198 mg.


~ de Marigargajo, o ~ del padre Gargajo.

1. m. coloqs. El ridículo, infundado, extravagante y falto de razón.


~ de monja.

1. m. coloq. El exagerado y pueril.


Real Academia Española


¿Escrúpulos? Por supuesto, como en prácticamente cualquier decisión política. La duda razonable, el escepticismo metódico, han de ser una constante para no caer en el dogmatismo o en la complacencia, pero no hay que dejar que el escrúpulo, la duda, te atenacen hasta la inanición. La diferencia entre el mundo de las ideas y el mundo real es que te las has de ver con el mundo tal y como es, con todo lo inesperado, con todo lo hermoso y todo lo feo que tiene. En definitiva, si quieres transformar la sociedad, tienes que participar en ella, para lo bueno y para lo malo. Si no estás dispuesto, puedes convertirte en un eremita o participar en un sublime grupo de debate para ejercitar tu ingenio.

La cuestión es no confundir el fin con los medios. Los medios, ya los conocemos, el fin, lograr difundir a cuanta más gente mejor cosas como esta: http://ciudadanos-cs.org/prensa/Europeas_un_programa_europeista_progresista_y_para_el_ciudadano/2177/

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