Junto a la carta de CiU ha llegado también la del psC, ignoro si en una nueva representación de la infame sociovergència. Es posible, porque el panfleto que nos envía el psC más que seducir, más bien da penica, como si no quisieran molestar, como si asumieran que no les vas a votar, como si, en definitiva, aceptaran que no les toca gobernar, como en los viejos tiempos de la alternancia pactada de la Restauración.
La foto del candidato, sin ir más lejos, es tristona, gris, inexpresiva. Te imaginas que se trata de un tipo depresivo que pasa las mañanas sentado en el banco de un parque planteándose qué ha hecho con su vida. El lema está claro que no lo ha hecho un poeta. Es tremendamente aburrido, sin gancho. Se nota que hacen las cosas sin ganas. Y eso en un político es terrible. Si no le pones ganas tú, macho, no se la van a poner de tu parte tus votantes.
También te ponen una especie de carta del candidato, en este caso aprovechando el mismo panfleto ya que están sin un puto duro. El contenido es mejor que el de Mas, más claro, más completo. Pero te lo ponen con esa letrilla enana que da la sensación que te lo susurran, como si no estuvieran convencidos o motivados.
Pero vayamos al meollo del panfleto. Volvemos a las letrujas. Sólo viendo el papel sin leerlo da la impresión de que hay mucha paja y poco fundamento. Sigue pareciendo que está hecho sin ganas, sin estructura, de cualquier manera. Casi toda la primera columna es a modo de introducción. Al final de la primera columna te ponen lo que podríamos llamar uno de los ejes, quizá, de su propuesta. El resto en la otra columna. La maquetación es terrible, cutrísima. Pero si entramos en el fondo la cosa no mejora. Lo que nos habíamos aventurado a llamar ejes de su propuesta en realidad no es más que un cajón de sastre sin la menor coherencia interna. El primero es Federalismo, nuestro modelo de estado, el segundo Justicia social y el tercero un totum revolutum de propuestas a lo ofertas del día que llaman Nuestras primeras decisiones para reactivar Catalunya.
Conclusión, estos chicos no tienen las ideas claras, si es que tienen alguna. Si te lees el apartado de Federalismo te asalta la duda de si realmente saben lo que significa. Ponen, y copio textualmente Que surja de una forma constitucional, que garantice el reconocimiento de la identidad catalana y nuestro derecho a decidir, donde Catalunya se haga cargo de todos los impuestos que pagamos los catalanes y las catalanas. ¿Eso es federalismo? A mí me suena básicamente a lo que proponía CiU hace un par de añitos nada más. Ay, la Sociovergència, que tira la cabra para el monte. Pero no solo asusta esa ausencia de ideas propias, sino ese lenguaje tan impreciso y vago, propio de un mal estudiante de secundaria. ¿Que surja de una forma constitucional? ¿A qué viene ese que surja? A mí me sugiere a la Venus de Botticelli surgiendo del mar. Se puede entender que en su incapacidad lo que quieren decir es que propondrán una reforma constitucional, pero eso siendo benévolos. Todos entendemos y ellos los primeros, que lo que realmente pasa es que hablan con la boca pequeña, que sencillamente pasan un huevo de mojarse y si eso, que surja la cosa por ciencia infusa que si es por ellos, ya puedes esperar sentado. No por nada, sino porque tienen la intención de pasar la legislatura de miranda, como espectadores de lujo en el Parlament. ¿Qué ganas entran de votarles, eh?
También se puede entender que, como partido socialista, la estructura territorial les importa más bien poco, especialmente con la que está cayendo con la crisis. Consecuentemente, la base de su proyecto residiría en el apartado que llaman Justicia social. Hubiese sido coherente, pero no nos engañemos. Cito literalmente lo que ponen en el apartado: Lucharemos contra la crisis evitando que paguen los sectores más débiles a través de la reactivación económica, impulsando las políticas sociales y una fiscalidad más justa para que paguen más los más ricos. Una frase de redacción horrorosa, pero aquí al menos sí que dicen que lucharán (un poco de energía, al fin), no se limitarán a esperar que surja, como en el anterior apartado. Eso sí, no pasa de declaración de intenciones muy vagas, muy electoralistas y conociendo la escasísima credibilidad que atesora hoy por hoy el partido de los socialistas, muy poco efectivas. Cierto es que en el apartado siguiente ya concretan, más o menos, alguna propuesta en ese sentido, pero como lo ponen así, sin ningún orden ni criterio, da la impresión de que se trata de las primeras ocurrencias que se les ha pasado por la cabeza cuando alguien ha sugerido que faltaban en el texto propuestas concretas.
En definitiva, no parece que tengan muchas ganas de llevarse el voto. Y, sinceramente, da la impresión que los votos que se lleven van a ser más por hábito que por convicción.
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