viernes, 20 de marzo de 2009
Aquella Cataluña que soñaron
¿Para qué sirven las banderas? preguntábame ayer yo retóricamente al ver esta llamativa foto. Ahora bien, quien se tiene que hacer esta aparentemente banal pregunta es la muchachada del, por poner un ejemplo, Sindicat d'estudiants dels països catalans. ¡Ay! aquella Cataluña, sino aquellos países catalanes, que tanto soñaron, y por la que, no nos lo vayamos a callar, tanto han agredido (y lo que te rondaré morena) sin ir más lejos, a estos incautos de C's, y resulta que las ostias las reparten de lo lindo desde este lado del autogobierno. ¡Pues claro! ¿Y qué se esperan? ¿Una ideal Arcadia catalana donde todo es armonía? ¿Y por qué la había de haber? Tan gruesa ha de ser la melancolía que tendrían que parecer esta panda de iluminados al comprender que la causa nacional es huera y sin sentido porque carece de contenido social (más allá de reprimir al individuo intentándolo cortar por el mismo rasero) que hasta la siento yo.
Es duro, pero, probablemente sin saberlo, forman parte de la masa tonta al servicio de un régimen que los oprime en primer lugar a ellos, ya que es a ellos a los primeros que han logrado lavar el cerebro. Y cuando logren ver más allá de unas banderas coloreadas (si es que lo logran), quizá vean que se han equivocado de enemigo (porque lo que ven son enemigos, como gigantes en lugar de molinos), que probablemente en realidad comparten el mismo sinsabor que la gente esa de C's por la realidad política que les ha tocado vivir. Una vez despertados del dulce sueño de la mitológica patria por la que han gustado tanto luchar (insistiendo en ese lenguaje bélico) quizá se den cuenta que, realmente, quien está ahí en la arena política defendiendo una educación pública de calidad, oponiéndose a desmanes como la famosa LEC ó ese proceso de Bolonia que se está aplicando a la ligera, no son otros que esos tan tildados de fascistas de C's, en oposición a los salvapatrias habituales que airean banderas para hacer innecesarios argumentos y para que la masa, cual flautista de Hamelin, les vaya detrás.
Mientras tanto, seguirán agrediendo y menospreciando a C's con aires de suficiencia y agresividad fascista, fantaseando con unos países catalanes de los que ellos sabrán qué es exactamente lo que esperan.
Por cierto, la foto es grandiosa. Una obra de arte en la composición que recuerda los mejores cuadros de batallitas. Una especie de mezcla de la batalla de San Romano de Paolo Uccello y el duelo a garrotazos de Goya. Banderas como lanzas que en un aparente caos parecen marcar puntos de fuga, asidas tanto por manifestantes como por unos intimidatorios antidisturbios que tienen cierto aire de monstruo mitológico. Tnos grises dominantes contrastados por el alegre colorido de las banderillas. Y por cierto, la señera tirada en el suelo, prácticamente simbólica.
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