El profesor Neira está viviendo un elocuente ejemplo de cómo llega a ser de voluble lo políticamente correcto. Se hizo famoso por recibir una paliza que casi le mata por intentar intermediar ante la agresión de un hombre hacia su mujer, la cual, sea dicho de paso, aún tuvo el arrojo de defender a su violento marido. El profesor Neira fue expuesto, con justicia, a mi entender, como una especie de héroe post-moderno. Ciertamente, un héroe es alguien que se arriesga por los demás sin esperar nada a cambio. No está mal reconocérselo brindándole algún tipo de reconocimiento, desde luego. Aunque los medios le brindaron una fama que no mereció, por ejemplo, otro infausto héroe valenciano que recuerdo murió de la paliza que recibió. Esperanza Aguirre no dudó en aprovechar el halo de prestigio y notoriedad adquirido por el profesor para sumarse un punto colocándole como presidente del consejo asesor del Observatorio de la Violencia contra la Mujer. Ignoro la adecuación del profesor para semejante cargo. Lo oportuno, sin duda, es poner a un experto y no a un héroe mediático que vete a saber el análisis que puede aportar.
Como una buena obra dramática, después del ascenso del héroe llega su caída. Y como no podía ser de otra manera, ésta también fue provocada por lo políticamente correcto: Neira fue condenado a 10 meses sin carné, 1.800 euros de multa y trabajos en beneficio de la comunidad por un delito contra la seguridad vial al conducir con un nivel superior al permitido de alcohol en sangre. Irremediablemente, había pasado de héroe a villano. Qué exigente es la moralina. Acto seguido, todo el mundo exige su dimisión y Esperanza Aguirre prepara su destitución. El profesor Neira, sin duda, puede haber cometido una cagada y como tal ha sido condenado por un juez, pero ya me dirán qué relación tiene la seguridad vial con la violencia doméstica y que no implica ningún tipo de inhabilitación para ocupar un cargo. Además, suena postizo en el PP cuando mantienen a un presidente de comunidad autónoma que ha cometido actos más indecentes y moralmente reprobables para su cargo como aceptar suntuosos regalos de una trama de corrupción (como mínimo).
En definitiva, se está instalando una moralina hipócrita y absurda que premia y penaliza ciertos comportamientos desmesuradamente mientras los partidos políticos insisten en su condescendencia con la corrupción y la incompetencia, ámbitos donde los ciudadanos, sin duda, agradeceríamos esa contundencia por parte de nuestros representantes.
miércoles, 8 de septiembre de 2010
domingo, 8 de agosto de 2010
La escopeta nacional (versión modernizada)
Ayer volví a ver la genial película de Luis García Berlanga La escopeta nacional en la que un industrial catalán, Jaime/Jaume Canivell, magistralmente interpretado por José Sazatornil, en el franquismo paga una cacería en la finca de un rancio aristócrata para poder contactar con un ministro para que le dé un trato de favor para poder colocar su producto, a lo cual accede no sin sacar tajada del asunto. Al final el ministro resulta destituido de su cargo por un adversario del Opus con el que el industrial puede de todas formas adquirir el trato de favor a cambio de acercarse a la obra.
La trama de corrupción que nos ilustra Berlanga en el franquismo me recuerda poderosamente el famoso caso del Palau, cambiando el núcleo de poder del nacionalcatolicismo al catalanismo. La comparación nos permite ver con diametral claridad las transformaciones meramente superficiales del sistema corrupto de confianzas y favores que se ha traspasado de uno al otro régimen.
Paradójicamente o no, el industrial catalán ha mutado en multinacional de la construcción con sede, mira tú por donde, en Madrid. Permite que el contraste idiomático del que hace gala en toda la película Jaime/Jaume Canivell se mantenga con la constructora madrileña. El aristócrata de la película, el Marqués de Leguineche es inmejorablemente substituido por Fèlix Millet, miembro de una saga de ilustres catalanistas (casualmente también colaboradores del franquismo, como nuestro entrañable industrial) que fundaron en 1891 la venerable institución catalanista l'Orfeó Català. La finca palaciega donde es organizada la cacería, pues, tendría un inmejorable sucesor en el preciosista Palau de la Música Catalana. El ministro franquista, sin lugar a dudas, tendría su alter ego en Daniel Osácar o en general cualquier representante de la fundación de Convergència. La duda radicaría si el recién nombrado ministro del opus sería substituido por alguien del tripartit, aunque la involucración de García Bragado o Antoni Castells, a pesar de no tener relación (conocida) con Canivell, perdón, con Ferrovial en la trama, bien realizaron tratos de favor para el Marqués de Leguineche, digo, Fèlix Millet.
La duda inquietante es si se ha materializado la famosa máxima de Lampedusa sobre los cambios de regímenes que rezaba si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie. Lo que diferencia a una democracia de una dictadura no es sólo que podamos escoger a los dirigentes, porque no se trata meramente de elegir quién nos va a robar. Como expuso Albert Rivera en la comisión parlamentaria de investigación del caso del Palau, en una democracia han de funcionar mecanismos de control público, intervención y gestión.
martes, 3 de agosto de 2010
El gobierno del camino fácil
El gobierno de Rodríguez Zapatero es probablemente el que menos proyecto político ha dispuesto en la historia reciente. No podemos decir que el presidente haya fracasado porque en lo único que se ha fundamentado es en ganar elecciones y eso lo ha logrado con relativa facilidad. No tiene demasiado mérito, la verdad, porque la alternativa que ha tenido se lo ha puesto verdaderamente fácil. De hecho, la última campaña de las generales pareció basarse en ver quién era menos malo. En definitiva, Zapatero ha mostrado ser un gobernante consagrado a un burdo populismo, un gobernante feliz de seguir el camino fácil, posible triste reflejo de nuestro tiempo.
Así pues, este gobierno ha sido una gran ocasión perdida. Pudo cerrar la estructura territorial del estado acometiendo una reforma verdaderamente federal pero prefirió dejarse llevar por sus promesas del aprobaré el Estatut que salga del Parlament de Catalunya. Llegó en la cresta de la ola de una economía exultante pero fundamentada en la especulación, era el momento propicio de dirigirla hacia un modelo más productivo, pero prefirió no tocar la gallina de los huevos de oro y vivir de las rentas.
De aquellos polvos, estos lodos. Nada ha cambiado, sólo las circunstancias. Sigue siendo un gobierno acostumbrado a contentar. Lo que pasa es que con la crisis ha cambiado el sujeto al que debe contentar. Le ha visto las orejas al lobo del mercado y para que no le paralice el crédito financiero no ha dudado en hacer lo que mejor sabe, contentarlo. Para ello ha reducido el gasto en lo que le ha sido más fácil y está abaratando el despido. Pretenderá con ello revestirse de sacrificado estadista y lo realizado de reforma estructural.
Grosera mentira que nos muestra una vez más la mediocridad de nuestros gobernantes. Sin lugar a dudas no ha realizado ningún cambio estructural, sino recortes severos para seguir capeando el temporal. El más ilustrativo es la llamada reforma laboral que tenemos ahora en proceso parlamentario. No es ni mucho menos una reforma estructural, estamos de nuevo ante la fácil y recurrente salida del abaratamiento del despido, medida habitual en este país que cuando llegue a ser gratis de tanto reducirlo, habrá que ver qué se les ocurre en la próxima ocasión.
Y todo ello, a pesar de haberse demostrado el abaratamiento del despido no ya inútil, sino contraproducente. España, con una caída del PIB similar a la de otros países de la UE, ha destruido cinco veces más empleo. Ello se debe, indudablemente, a la profusión de trabajo precario, a la temporalidad de los contratos, a la facilidad del despido, a la desidia, en definitiva, en la hora de potenciar verdaderamente el factor laboral en la economía española y, ello, de la mano de un partido que se hace llamar socialista obrero español. Mucho se ha hablado del modelo alemán y de economía sostenible, pero al final, siempre prevalece el camino fácil, para desgracia de los españoles.
Así pues, este gobierno ha sido una gran ocasión perdida. Pudo cerrar la estructura territorial del estado acometiendo una reforma verdaderamente federal pero prefirió dejarse llevar por sus promesas del aprobaré el Estatut que salga del Parlament de Catalunya. Llegó en la cresta de la ola de una economía exultante pero fundamentada en la especulación, era el momento propicio de dirigirla hacia un modelo más productivo, pero prefirió no tocar la gallina de los huevos de oro y vivir de las rentas.
De aquellos polvos, estos lodos. Nada ha cambiado, sólo las circunstancias. Sigue siendo un gobierno acostumbrado a contentar. Lo que pasa es que con la crisis ha cambiado el sujeto al que debe contentar. Le ha visto las orejas al lobo del mercado y para que no le paralice el crédito financiero no ha dudado en hacer lo que mejor sabe, contentarlo. Para ello ha reducido el gasto en lo que le ha sido más fácil y está abaratando el despido. Pretenderá con ello revestirse de sacrificado estadista y lo realizado de reforma estructural.
Grosera mentira que nos muestra una vez más la mediocridad de nuestros gobernantes. Sin lugar a dudas no ha realizado ningún cambio estructural, sino recortes severos para seguir capeando el temporal. El más ilustrativo es la llamada reforma laboral que tenemos ahora en proceso parlamentario. No es ni mucho menos una reforma estructural, estamos de nuevo ante la fácil y recurrente salida del abaratamiento del despido, medida habitual en este país que cuando llegue a ser gratis de tanto reducirlo, habrá que ver qué se les ocurre en la próxima ocasión.
Y todo ello, a pesar de haberse demostrado el abaratamiento del despido no ya inútil, sino contraproducente. España, con una caída del PIB similar a la de otros países de la UE, ha destruido cinco veces más empleo. Ello se debe, indudablemente, a la profusión de trabajo precario, a la temporalidad de los contratos, a la facilidad del despido, a la desidia, en definitiva, en la hora de potenciar verdaderamente el factor laboral en la economía española y, ello, de la mano de un partido que se hace llamar socialista obrero español. Mucho se ha hablado del modelo alemán y de economía sostenible, pero al final, siempre prevalece el camino fácil, para desgracia de los españoles.
miércoles, 28 de julio de 2010
El tontaco de la semana
He cogido una foto al azar. En todas las que he visto luce la misma cara de tonto. La Vanguardia nos explica su última proeza. Para evidenciar lo mal que se había montado el famoso referéndum de la Diagonal, a un lumbreras se le ocurrió suplantar una identidad para votar. Esta mente preclara decidió escoger la del portavoz municipal del PP, Alberto Fernández Díaz que no es que pasara por ahí (ya me dirás que pintaba el hombre en el asunto) sino que se conoce que sencillamente sería por la ojeriza que le generará un pepero cualquiera. Parecería más razonable suplantar a un responsable del desaguisado o alguien afín que no denunciara judicialmente el hecho. Pero ya sabemos que los nacionalistas son exclavos de sus pasiones y no pudieron reprimirse el gustazo.
Fernández Díaz, cuando comprobó que alguien había votado por él, hizo lo más normal, lo que haría cualquier hijo de vecino: denunciarlo. Los mossos tampoco tuvieron que recurrir al CSI: Llamaron al número de teléfono desde el que se había cometido la fechoría. "Aló, Joan Puig al aparato". Debió ser lo primero que debieron oír los agentes que efectuaron la llamada. El ex-diputado de ERC aseguró haber prestado el móvil para hacer la comprobación de las limitaciones del sistema de votación.
A continuación compartimos una simulación de la reacción del fiscal de delitos tecnológicos justo antes de poner la pertinente denuncia en el juzgado de guardia por falsificación de documento oficial:
Fernández Díaz, cuando comprobó que alguien había votado por él, hizo lo más normal, lo que haría cualquier hijo de vecino: denunciarlo. Los mossos tampoco tuvieron que recurrir al CSI: Llamaron al número de teléfono desde el que se había cometido la fechoría. "Aló, Joan Puig al aparato". Debió ser lo primero que debieron oír los agentes que efectuaron la llamada. El ex-diputado de ERC aseguró haber prestado el móvil para hacer la comprobación de las limitaciones del sistema de votación.
A continuación compartimos una simulación de la reacción del fiscal de delitos tecnológicos justo antes de poner la pertinente denuncia en el juzgado de guardia por falsificación de documento oficial:
viernes, 16 de julio de 2010
El dogma de los sentimientos
Palabra huera,
Solemne y torticera
Que excusa la tontería
O camufla la perfidia:
¡sentimiento!
Estado afectivo del ánimo producido
Por causas que lo impresionan vivamente:
¡vacío!
Convención fingida
De reconocido prestigio
Para aquellos que carecen de ideas:
¡manido!
Sopor exhibido impúdicamente
Que sólo interesa al sujeto
Como un acto onanista admitido:
¡sentimiento!
Sentimental que sólo sientes convenciones
Mecánicas emociones aprendidas
Asimiladas
Adquiridas
Quizá para sentirte más completo:
¡vacío!
Solemne disfraz, adoptado pijama
Confortable ficción altruista
Que excusa el más vil de los egoismos:
¡manido!
Mezquinos mediocres que reproducen
Sentimiento, Vacío, Manido,
¡Salve!
Yo os he reconocido.
Solemne y torticera
Que excusa la tontería
O camufla la perfidia:
¡sentimiento!
Estado afectivo del ánimo producido
Por causas que lo impresionan vivamente:
¡vacío!
Convención fingida
De reconocido prestigio
Para aquellos que carecen de ideas:
¡manido!
Sopor exhibido impúdicamente
Que sólo interesa al sujeto
Como un acto onanista admitido:
¡sentimiento!
Sentimental que sólo sientes convenciones
Mecánicas emociones aprendidas
Asimiladas
Adquiridas
Quizá para sentirte más completo:
¡vacío!
Solemne disfraz, adoptado pijama
Confortable ficción altruista
Que excusa el más vil de los egoismos:
¡manido!
Mezquinos mediocres que reproducen
Sentimiento, Vacío, Manido,
¡Salve!
Yo os he reconocido.
El ser humano le gusta la fábula de que es un ser racional. Homo Sapiens decimos sin el más mínimo sofoco. Bien es cierto que tenemos la capacidad racional, otra cosa es que sea el motor fundamental de nuestros actos. Ojalá. Tendemos a ser irracionales, de eso viven los psicólogos, las emociones nos condicionan sobremanera.
En mi modesta opinión de antropólogo (para esto me saqué esta carrera, para opinar) lo que más caracteriza al ser humano es que es un ser social y, a través de ello, cultural (ay, la deformación profesional de antropólogo, que tiene como muletilla social y cultural). Con todo, aunque lo que más le caracterice al ser humano sea su sociabilidad, lo que más le singulariza y le ha permitido su éxito evolutivo es la capacidad cultural, entendida como la capacidad de adquirir nuevos comportamientos (luego aparece el fenómeno cultural de las tradiciones para intentar fijarlos, pero eso es otra historia).
Pero no nos desviemos, la cuestión es que dependemos totalmente de los demás salvo extrañísimas excepciones y tendemos a la mímesis. Aquí es donde quería llegar, a pesar de ser un manojo de emociones, éstas acostumbran a ser imposturas, tics adquiridos de los demás que consideramos radicalmente propias. Las emociones son, pues, una construcción cultural. Lógicamente, no me refiero a su componente endocrino, sino a la objetivación de la emoción. O puede que use mal las palabras y me refiera al sentimiento. Abusando de la definición de sentimiento de la RAE, éste es un estado afectivo del ánimo producido por causas que lo impresionan vivamente. La cuestión queda más clara, lo cultural son las causas que impresionan vivamente al ánimo.
Cuando una cuestión se nos fija en las emociones es muy difícil que podamos relativizar, se convierte en una verdadera demencia. Me gustaría investigar si esto se debe realmente a una construcción cultural que nos gastamos, forjada en el infausto romanticismo, que tiende a sobrevalorar los sentimientos como un valor supremo al que nos debemos. La otra hipótesis que barajo es que realmente las emociones sean una especie de pegamento cultural, que de una forma u otra nos fija a un determinado grupo. Es un gran tema para tesis, vive dios.
Un ejemplo de lo que hablo me es brindado suficientemente en este espacio.
lunes, 12 de julio de 2010
El sentimiento trágico de la vida
Este mundial de fútbol que por fin acaba ha brindado al mundo y al periodismo muchos momentos absurdos que se han convertido en noticia: el pulpo Paul, el beso de Casillas, el desnudo de la modelo Larissa Riquelme, las vuvuzelas... Un sinfín de frivolidades que han dispuesto de una despliegue mediático equiparable a los acontecimientos más relevantes y graves, Aquí lo comparan a la que en su día se merecieron la muerte de Saramago, el terremoto de Chile o el asesinato Isaías Carrasco con comprensible indignación. Tantas cuestiones trascendentes relevadas por un cúmulo de frivolidades. Ya saben, lo de panem et circenses.
Lo que pasa es que es verano y, las cosas como son, de vez en cuando se agradece un poco de levedad para encarar un mundo el cual no sólo hay que vivirlo como un valle de lágrimas. Los antiguos griegos, cuna reconocida del pensamiento filosófico, cada cuatro años abandonaban sus habituales quehaceres para entregarse a las olimpiadas. De vez en cuando va bien que el mundo se entregue a las bobadas para descargar la gravedad de la vida. El problema reside cuando solemnes idioteces se encaran grave y trágicamente. Y me ahorro los ejemplos.
miércoles, 7 de julio de 2010
Descripción del sistema catalanista
Sublime descripción del sistema catalanista a través de Millet realizada por Albert Rivera de Ciutadans. Catalanes, tomad conciencia de la transcendencia de tener en el Parlament de Catalunya esta voz representando verdaderamente al pueblo. No nos podemos permitir tener a los de siempre en el gallinero sin que nadie discrepe de esta certera forma. De lo contrario, seremos los ciudadanos de Cataluña los responsables de los casos Millet y compañía. No lo dudéis.
martes, 6 de julio de 2010
El gen de la horda y Montilla
¿Leerá Montilla este artículo? Lo que está claro es que intenta desesperadamente aprovechar políticamente el gen de la horda que comenta Rosa Montero envolviéndose de forma poco creíble en la senyera. A Pujol le salía de forma más natural.
sábado, 3 de julio de 2010
Que nadie se erija en portavoz de mis sentimientos
Otras fuentes del PSC, encuadradas en su flanco más catalanista, fueron sin embargo más duras con el presidente del Gobierno: "No conoce ni entiende la historia y el sentimiento de los catalanes".
Leo en El País estas tonterías en boca de algún dirigente del psC. Yo, como catalán e historiador, oso preguntarle y él qué carajo conoce y entiende de la historia y los sentimientos de los catalanes. Pero por favor no se metan en los sentimientos de la gente que es algo íntimo y, sobre todo, no es materia de legislación.
Leo en El País estas tonterías en boca de algún dirigente del psC. Yo, como catalán e historiador, oso preguntarle y él qué carajo conoce y entiende de la historia y los sentimientos de los catalanes. Pero por favor no se metan en los sentimientos de la gente que es algo íntimo y, sobre todo, no es materia de legislación.
viernes, 2 de julio de 2010
Posibles consecuencias positivas de la ley del cine
Parece que al final, si la cosa no pasa de órdago, la ley ésta del cine que han montado en Cataluña va a tener consecuencias positivas. Según lo que leo en el diario El País, lo que tienen decidido las distribuidoras es, sencillamente, no doblar las películas. Me parece perfecto. Por fin dejaremos de ver las películas amputadas con voces ajenas y en este país se dejará de vivir en una burbuja encerrada lingüísticamente, empezaremos a tener que tomarnos en serio esto de conocer idiomas extranjeros y, oye, hasta quién sabe si servirá para impulsar la industria del cine local. A ver qué pasa.
jueves, 1 de julio de 2010
Silencios tímidamente rotos
Había una serie de silencios que yo interpretaba cómplices, condescendientes por una suerte de melancolía por aquel pasado en el que se luchaba contra un enemigo común. Hoy uno de esos silencios tímidamente parece haberse roto. A ver si la gente empieza a perder la vergüenza.
miércoles, 30 de junio de 2010
Sobre la prohibición del velo integral
Fernando Savater ha realizado un buen artículo sobre la prohibición del velo integral. Ha dado en él con la clave del asunto: la libertad, precisamente, consiste en aceptar, consentir a los demás aquello que no nos gusta. El filósofo reclama, para el día que le dé por averiguarlo, fuentes antropológicas para conocer el significado del velo islámico. Como el Estado me ha dado licencia sobre las cuestiones antropológicas, me permitiré expresar mi postura al respecto para el que la quiera leer, incluso el mencionado filósofo, si llega su día.
A cualquier práctica cultural se le puede dar el significado que cada uno desee e incluso las hay socialmente muy arraigadas. A éstas se les tiende a identificar con culturas, cuando más bien se trata, en todo caso, de tradiciones. Es decir, hay interpretaciones tradicionalmente arraigadas, pero que como todo, pueden mutar. Lo que hay son sociedades en las que imperan determinadas interpretaciones sobre determinadas prácticas y en algunas de ellas éstas mutan con mayor facilidad.
Por ejemplo, en la nuestra ha arraigado (afortunadamente) muy rápidamente una nueva interpretación del sexo alejada de la tradicional establecida como mero mecanismo de reproducción. En un régimen plural de libertades como el que nos permite nuestra Constitución (habitualmente tan vilipendiada) cada cual sigue su camino vital al respecto tal y como le dicte su personal conciencia. La dignidad, pues, en nuestro régimen de libertades no la marca, o no la debería marcar, la costumbre, la tradición (como sucede en tantos otros países), sino lo que dicte la conciencia del interesado. Por supuesto, hay mucha gente que su concepción de la dignidad sigue los patrones establecidos por la tradición en la que ha recibido y, lógicamente, tiene el mismo derecho que los demás a su particular concepción de la dignidad.
Por lo tanto, en la polémica del velo integral el debate de la dignidad está fuera de lugar. Sin duda, alguien que porte un niqab le parecerá mucho más indigno un topless que su velo. Es algo totalmente subjetivo, independientemente del significado que cualquiera de las partes le quiera dar a las diferentes prendas. La cuestión reside, pues, en este caso en los límites a una prenda que no permite identificar a la persona que la porta. En un sistema legal que tanta importancia da a la seguridad, hasta el punto que no se permite llevar liquidos en un avión (¿nadie ha reclamado la dignidad del aseo corporal en los aviones?), parece lógico que se pretenda, cuanto menos, poder identificar a los individuos a través del rostro, el sistema más inmediato de identificación que disponemos los seres humanos, independientemente del significado que le confiera el interesado a su rostro cubierto. Y así, con todo, el límite a nuestra libertad es la libertad de los demás.
A cualquier práctica cultural se le puede dar el significado que cada uno desee e incluso las hay socialmente muy arraigadas. A éstas se les tiende a identificar con culturas, cuando más bien se trata, en todo caso, de tradiciones. Es decir, hay interpretaciones tradicionalmente arraigadas, pero que como todo, pueden mutar. Lo que hay son sociedades en las que imperan determinadas interpretaciones sobre determinadas prácticas y en algunas de ellas éstas mutan con mayor facilidad.
Por ejemplo, en la nuestra ha arraigado (afortunadamente) muy rápidamente una nueva interpretación del sexo alejada de la tradicional establecida como mero mecanismo de reproducción. En un régimen plural de libertades como el que nos permite nuestra Constitución (habitualmente tan vilipendiada) cada cual sigue su camino vital al respecto tal y como le dicte su personal conciencia. La dignidad, pues, en nuestro régimen de libertades no la marca, o no la debería marcar, la costumbre, la tradición (como sucede en tantos otros países), sino lo que dicte la conciencia del interesado. Por supuesto, hay mucha gente que su concepción de la dignidad sigue los patrones establecidos por la tradición en la que ha recibido y, lógicamente, tiene el mismo derecho que los demás a su particular concepción de la dignidad.
Por lo tanto, en la polémica del velo integral el debate de la dignidad está fuera de lugar. Sin duda, alguien que porte un niqab le parecerá mucho más indigno un topless que su velo. Es algo totalmente subjetivo, independientemente del significado que cualquiera de las partes le quiera dar a las diferentes prendas. La cuestión reside, pues, en este caso en los límites a una prenda que no permite identificar a la persona que la porta. En un sistema legal que tanta importancia da a la seguridad, hasta el punto que no se permite llevar liquidos en un avión (¿nadie ha reclamado la dignidad del aseo corporal en los aviones?), parece lógico que se pretenda, cuanto menos, poder identificar a los individuos a través del rostro, el sistema más inmediato de identificación que disponemos los seres humanos, independientemente del significado que le confiera el interesado a su rostro cubierto. Y así, con todo, el límite a nuestra libertad es la libertad de los demás.
jueves, 24 de junio de 2010
La cura de la fe
Duran i Lleida ha generado cierta polémica por criticar en su blog personal que el deparatamento de sanidad investigue determinadas clínicas por ofrecer terapias de curación de la homosexualidad incluyendo el uso de psicofármacos sin que haya ninguna evidencia científica que demuestre que sea posible cambiar la orientación sexual, por lo que colectivos profesionales y la misma OMS, aparte de no considerar la homosexualidad enfermedad (por lo que no se puede hablar de cura) consideran estas prácticas mala praxis, la cual, poca broma, está tipificada en el derecho penal. Es lógico, un facultativo no puede juguetear con nuestro cuerpo metiéndonos fármacos gratuitamente sin haber evidencias científicas que apoyen esas prácticas. Con toda lógica, se le puede caer el pelo o, mejor dicho, la licencia para ejercer.
Quizá la polémica generada por el post del insigne diputado sea excesiva, pero hay que reconocer que Duran juega a la confusión o habla desde un desconocimiento que podía haber enmendado leyendo bien los periódicos. Me atrevo a recomendarle a su señoría la lectura de este reportaje para su información, porque lo que viene a decir el dipuado es una distorsión, ignoro si ineteresada. Permítanme resaltar un párrafo de su confuso post (para ser el diputado más valorado no escribe demasiado bien, la verdad):
Jo mai he dit que l’homosexualitat sigui una malaltia, però em sorprèn que, quan una persona -després d’anys d’estar casada i amb fills- arriba a la conclusió que en realitat és homosexual i vol assolir aquesta tendència i considera que necessita ajuda, la seva demanda és atesa i el fet de “sortir de l’armari” és celebrat. Però en el cas invers, aquesta persona no ho pot fer si acudeix voluntàriament a demanar assistència mèdica i,en canvi, la Generalitat pretén que els metges psiquiatres la puguin atendre.
Desde luego hay que negarle la mayor a Duran, ¿Que no puede pedir asistencia médica alguien que no quiera salir del armario? Me permito aclararle que un buen psiquiatra le ayudará sin problemas a la ansiedad, depresión, etcétera que le pueda generar a cualquier persona su sexualidad, independientemente de la decisión que haya adoptado respecto a su esposa e hijos, pero no le inchará a medicamentos para que deje de ver atractivas a las personas de su mismo sexo.
El dirigente democristiano debería ser más comprensivo con las realidades ajenas que, como es el caso, entran tanto en la identidad de la gente. Me pregunto qué opinaría si se descubriere que existen psiquiatras que medican para dejar de creer en dios o, incluso, sentirse miembro de una nacionalidad concreta. Apuesto que no sería tan condescendiente con tales prácticas.
Quizá la polémica generada por el post del insigne diputado sea excesiva, pero hay que reconocer que Duran juega a la confusión o habla desde un desconocimiento que podía haber enmendado leyendo bien los periódicos. Me atrevo a recomendarle a su señoría la lectura de este reportaje para su información, porque lo que viene a decir el dipuado es una distorsión, ignoro si ineteresada. Permítanme resaltar un párrafo de su confuso post (para ser el diputado más valorado no escribe demasiado bien, la verdad):
Jo mai he dit que l’homosexualitat sigui una malaltia, però em sorprèn que, quan una persona -després d’anys d’estar casada i amb fills- arriba a la conclusió que en realitat és homosexual i vol assolir aquesta tendència i considera que necessita ajuda, la seva demanda és atesa i el fet de “sortir de l’armari” és celebrat. Però en el cas invers, aquesta persona no ho pot fer si acudeix voluntàriament a demanar assistència mèdica i,en canvi, la Generalitat pretén que els metges psiquiatres la puguin atendre.
Desde luego hay que negarle la mayor a Duran, ¿Que no puede pedir asistencia médica alguien que no quiera salir del armario? Me permito aclararle que un buen psiquiatra le ayudará sin problemas a la ansiedad, depresión, etcétera que le pueda generar a cualquier persona su sexualidad, independientemente de la decisión que haya adoptado respecto a su esposa e hijos, pero no le inchará a medicamentos para que deje de ver atractivas a las personas de su mismo sexo.
El dirigente democristiano debería ser más comprensivo con las realidades ajenas que, como es el caso, entran tanto en la identidad de la gente. Me pregunto qué opinaría si se descubriere que existen psiquiatras que medican para dejar de creer en dios o, incluso, sentirse miembro de una nacionalidad concreta. Apuesto que no sería tan condescendiente con tales prácticas.
miércoles, 23 de junio de 2010
Crítica que debe ser consecuente
Impecable artículo de Antonio Gutiérrez, el que fuera secretario general de CCOO y que ahora ejerce de diputado en el grupo parlamentario del PSOE. Critica con la dureza merecida la reforma laboral que nos tiene preparada el gobierno por, aparte de cuestión de justicia, por su inoportunidad e incoherencia con el objetivo de potenciar un empleo más estable, una economía más productiva, más sostenible, en el lenguaje postmoderno al que nos tienen acostumbrados.
Ahora, me pregunto yo, ¿tendrá la dignidad el señor Gutiérrez de dimitir ante su incapacidad de influir en la política laboral del PSOE? En mi humilde opinión debería hacerlo, así como votar en contra de la reforma.
Ahora, me pregunto yo, ¿tendrá la dignidad el señor Gutiérrez de dimitir ante su incapacidad de influir en la política laboral del PSOE? En mi humilde opinión debería hacerlo, así como votar en contra de la reforma.
viernes, 18 de junio de 2010
Contra el peligro de cualquier fanático
Hay una tendencia a la adscripción casi futbolística en lo que se refiere al tedioso conflicto árabe-israelí. Qué le vamos a hacer, los seres humanos, en nuestra estupidez, tendemos al maniqueísmo, nos gusta tomar partido. Los que toman partido por Israel acostumbran a considerarlo "uno de los nuestros", una democracia laica (de corte europeo que se decía antaño) asediada por el fanatismo religioso musulmán. Puede resultar comprensible la fobia al fanatismo islámico que nos gastamos después de los onces de septiembre y de marzo (suena al mismo fatalismo del clásico idus de marzo), pero no conviene dejar de advertir otros fanatismos, incluso religiosos.
Sin ir más lejos el judío que cada vez condiciona con más empeño esa democracia (como, de hecho, no lo olvidemos, lo es/era la Autoridad Nacional Palestina) con la que algunos les gusta comparar la nuestra. En el diario El País nos lo ilustran (aquí y aquí) de forma elocuente. Fanáticos religiosos que no reconocen el Estado y éste, en un alarde de estupidez inconmensurable les premia eximiéndoles del servicio militar, el pago de impuestos, mientras les concede el control de las conversiones al judaismo y, por supuesto, el condicionamiento de su política exterior para satisfacer sus demenciales ansias de expansión. Luego se extrañan de que cada vez haya más. El triunfo del fanatismo acostumbra a ser culpa de la dejación de las personas normales. Más les vale a los israelíes normales tomar cartas en el asunto, porque su principal peligro puede estar al otro lado de la alambrada.
Sin ir más lejos el judío que cada vez condiciona con más empeño esa democracia (como, de hecho, no lo olvidemos, lo es/era la Autoridad Nacional Palestina) con la que algunos les gusta comparar la nuestra. En el diario El País nos lo ilustran (aquí y aquí) de forma elocuente. Fanáticos religiosos que no reconocen el Estado y éste, en un alarde de estupidez inconmensurable les premia eximiéndoles del servicio militar, el pago de impuestos, mientras les concede el control de las conversiones al judaismo y, por supuesto, el condicionamiento de su política exterior para satisfacer sus demenciales ansias de expansión. Luego se extrañan de que cada vez haya más. El triunfo del fanatismo acostumbra a ser culpa de la dejación de las personas normales. Más les vale a los israelíes normales tomar cartas en el asunto, porque su principal peligro puede estar al otro lado de la alambrada.
viernes, 11 de junio de 2010
Primeros esbozos de la nueva Bolivia multicultural
Parece que poco a poco el Estado Unitario Social de Derecho Plurinacional Comunitario, libre, autonómico y descentralizado, independiente, soberano, democrático e intercultural de Bolivia se va constituyendo. El desarrollo de semejante Estado es especialmente interesante ya que es díficil de imaginar en mi cabeza labrada en términos políticos occidentales la articulación de semejante sistema jurídico tan plagado de paradojas, tan amante del oxímoron, tan cargado de lirismo culteranista, como comenté en su día. Ciertamente resulta sorprendente, ininteligible, paradójico que un partido con un nombre como Movimiento Al Socialismo (MAS), tan cargado de futuro, haya impulsado una Constitución tan celosa de tradiciones y de desigualdad, algo tan poco socialista.
Uno de los elementos más inauditos de esta Constitución es el parcelamiento étnico -racial, racista- del sistema judicial. La justicia no es igual para todos sino que depende de la adscripción cultural no tengo muy claro de quién. Por un lado está el sistema judicial de inspiración liberal y por el otro el tradicional de cada comunidad cultural. El diario El País ha tenido la gentileza de ilustrarnos algunos ejemplos de la práctica de esa justicia supuestamente milenaria. Especialmente la práctica del linchamiento. Insisto, es sorprendente. Desigualdad, tradicionalismo, brutalidad son prácticas que a alguien que se considere socialista le han de repugnar. Menos en Bolivia. No me cansaré de repetir que los bolivianos son muy libres de decidir su sistema político pero que se tendrán que atener a sus resultados. Es decir, sarna con gusto no pica.
Ahora, los que, como yo, no ven con buenos ojos la aplicación tradicionalista de la sharia con sus prácticas brutales como la lapidación deberían hacerse una configuración de lo que están haciendo en Bolivia. Imagino que los juristas estarán un tanto indignados con la equiparación de su disciplina, impartida en facultades que amparándose en la razón busca la excelencia con prácticas fundamentadas en la costumbre y por ello legitimadas.
Todo esto es producto de la mala digestión del erróneo planteamiento del multiculturalismo, esto es, dividir el mundo en estructuras culturales cerradas e imperturbables, producido por la peor cara de la antropología (que podríamos personalizar en el inefable físico alemán Franz Boas). La cultura es mutable por definición, es una de sus principales características, si no la que más. Sino, entraríamos en el campo de la genética. La cultura es una, universal, la cultura humana, la capacidad cultural del ser humano. Cada práctica es un elemento adaptativo en constante y a veces imperceptible cambio que debe ser juzgado por su utilidad por parte del usuario y no por su origen venerable. Tiene que ser defendido, pues, desde la lógica y no desde la mera costumbre. El multiculturalismo, en definitiva, es la última excusa del tradicionalismo y es sorprendente que suela ser esgrimido por aquellos que pretenden ser progresistas.
Uno de los elementos más inauditos de esta Constitución es el parcelamiento étnico -racial, racista- del sistema judicial. La justicia no es igual para todos sino que depende de la adscripción cultural no tengo muy claro de quién. Por un lado está el sistema judicial de inspiración liberal y por el otro el tradicional de cada comunidad cultural. El diario El País ha tenido la gentileza de ilustrarnos algunos ejemplos de la práctica de esa justicia supuestamente milenaria. Especialmente la práctica del linchamiento. Insisto, es sorprendente. Desigualdad, tradicionalismo, brutalidad son prácticas que a alguien que se considere socialista le han de repugnar. Menos en Bolivia. No me cansaré de repetir que los bolivianos son muy libres de decidir su sistema político pero que se tendrán que atener a sus resultados. Es decir, sarna con gusto no pica.
Ahora, los que, como yo, no ven con buenos ojos la aplicación tradicionalista de la sharia con sus prácticas brutales como la lapidación deberían hacerse una configuración de lo que están haciendo en Bolivia. Imagino que los juristas estarán un tanto indignados con la equiparación de su disciplina, impartida en facultades que amparándose en la razón busca la excelencia con prácticas fundamentadas en la costumbre y por ello legitimadas.
Todo esto es producto de la mala digestión del erróneo planteamiento del multiculturalismo, esto es, dividir el mundo en estructuras culturales cerradas e imperturbables, producido por la peor cara de la antropología (que podríamos personalizar en el inefable físico alemán Franz Boas). La cultura es mutable por definición, es una de sus principales características, si no la que más. Sino, entraríamos en el campo de la genética. La cultura es una, universal, la cultura humana, la capacidad cultural del ser humano. Cada práctica es un elemento adaptativo en constante y a veces imperceptible cambio que debe ser juzgado por su utilidad por parte del usuario y no por su origen venerable. Tiene que ser defendido, pues, desde la lógica y no desde la mera costumbre. El multiculturalismo, en definitiva, es la última excusa del tradicionalismo y es sorprendente que suela ser esgrimido por aquellos que pretenden ser progresistas.
miércoles, 9 de junio de 2010
Ni con la iglesia topan
Hoy podemos leer un artículo de opinión en el diario El País de elocuente título "¿Hasta cuando el nacionalcatolicismo?". Es de muy recomendada lectura. Expone la traición del inane gobierno de Zapatero a las expectativas generadas en su política religiosa, potenciadas, duda cabe, por la actitud beligerante de la iglesia católica. Conscientes de la debilidad manifiesta por el Presidente del Gobierno, todo apunta que la mencionada iglesia podrá continuar gozando de los privilegios que, como expone el autor, heredó del franquismo. Es difícil imaginar un gobierno más inconsistente que el que tenemos.
viernes, 4 de junio de 2010
Apología de Boxer
George Orwell es uno de mis autores favoritos, aunque su mensaje está cargado de un nihilismo político que, por otro lado, le da una legitimidad ética superior al ser un intelectual de izquierdas que tuvo la dignidad de denunciar en un momento especialmente delicado, el fraude de las dictaduras que pretenden legitimarse con unos valores que, de hecho, no respetan. Sus obras son, pues, desgarradoras porque están planteadas desde un vivido sentimiento de traición de unos ideales que nos sumen al nihilismo y la soledad.
Sin duda, el personaje más trágico creado por Orwell es el de Boxer, caballo comprometido y esforzado hasta la extenuación, que trabajó a destajo confiando en una causa que a pesar de su voluntarismo y sacrificio no se estaba respetando por quienes la dirigían, los cuales sólo se aprovechaban de él mientras les fuese útil y no dudarían en acabar despreciándolo cuando dejase de serlo. Es sin lugar a dudas un símbolo trágico, especialmente porque como todos los buenos símbolos, refleja brillantemente una realidad particularmente triste.
Debo aclarar que la película de dibujos animados no está a la altura del texto de Orwell, especialmente porque no respeta el argumento de Animal Farm.
No dejen de leer a Orwell, debería ser de lectura obligada en todos los institutos.
Sin duda, el personaje más trágico creado por Orwell es el de Boxer, caballo comprometido y esforzado hasta la extenuación, que trabajó a destajo confiando en una causa que a pesar de su voluntarismo y sacrificio no se estaba respetando por quienes la dirigían, los cuales sólo se aprovechaban de él mientras les fuese útil y no dudarían en acabar despreciándolo cuando dejase de serlo. Es sin lugar a dudas un símbolo trágico, especialmente porque como todos los buenos símbolos, refleja brillantemente una realidad particularmente triste.
Debo aclarar que la película de dibujos animados no está a la altura del texto de Orwell, especialmente porque no respeta el argumento de Animal Farm.
No dejen de leer a Orwell, debería ser de lectura obligada en todos los institutos.
jueves, 3 de junio de 2010
lunes, 31 de mayo de 2010
Entre cretinos anda el juego
El ser humano es mayormente estúpido: tenemos tendencia al maniqueismo, incluso aún más, al partidismo. Necesitamos en los conflictos distinguir entre buenos y malos y en muchas ocasiones están protagonizados por idiotas de diferente índole. Sin duda hay excepciones, es lo que pienso en casos como la Guatemala de la segunda mitad del siglo XX, pero en demasiadas ocasiones las adhesiones inquebrantables a las que somos tan propicios sólo pueden ser una muestra de imprudencia, de simplificación contraproducente que nos evita comprender la complejidad de estos conflictos.
Esta gratuita reflexión viene a colación de la reciente salvajada perpetrada por el Estado de Israel. Está en todos los medios, su armada ha decidido atacar una flotilla que transportaba ayuda humanitaria a Gaza y han muerto al menos 10 personas, a parte de unos sesenta heridos. El gobierno israelí podrá alegar lo que le dé la gana, pero la desproporción de la reacción es notoria. Los de Hamás serán unos integristas, pero eso no quita que el gobierno de Tel Aviv también pueda serlo y ambos tienen la misma legitimidad democrática. Hasta que no se quiten unos y otros de la mollera maximalismos identitarios no serán libres ni los unos ni los otros. Ellos mismos.
Esta gratuita reflexión viene a colación de la reciente salvajada perpetrada por el Estado de Israel. Está en todos los medios, su armada ha decidido atacar una flotilla que transportaba ayuda humanitaria a Gaza y han muerto al menos 10 personas, a parte de unos sesenta heridos. El gobierno israelí podrá alegar lo que le dé la gana, pero la desproporción de la reacción es notoria. Los de Hamás serán unos integristas, pero eso no quita que el gobierno de Tel Aviv también pueda serlo y ambos tienen la misma legitimidad democrática. Hasta que no se quiten unos y otros de la mollera maximalismos identitarios no serán libres ni los unos ni los otros. Ellos mismos.
viernes, 14 de mayo de 2010
La dolorosa escenificación de un fracaso
El plan de recortes del gobierno es la certificación del fracaso de Zapatero como Presidente. El ejecutivo socialista había fundamentado su política respecto a la crisis en no recortar el gasto social. Llevaba tiempo haciendo bandera de esta postura, pero como tantas otras promesas que nos había hecho, ha sido incapaz de cumplirlo. Ha sido, sin lugar a dudas, uno de sus mayores incumplimientos, si no el que más. Después de ésta, es difícil que Zapatero pretenda conservar algo de credibilidad, si es que le quedaba. Es evidente que ya no puede prometer nada más a los españoles. Su gobierno, especialmente en materia económica, pero también en política territorial, ha sido pasivo, se ha caracterizado desde el principio en dejar pasar las cosas, con lo cual ha logrado que le sobrepasen. Esta actitud la ha arrastrado desde el principio de su mandato, en plena bonanza económica, donde todo el mundo advertía el riesgo de que explotase la burbuja inmobiliaria, por no hablar del dichoso Estatut.
El PSOE se presentó a las elecciones predicando el cambio de modelo productivo, pero prefirió vivir de las rentas, temeroso de cargarse la gallina de los huevos de oro de la que vivía tanta gente, los ayuntamientos los primeros, pero sin olvidar constructores, promotores, entidades financieras e, incluso, propietarios que contemplaban alegremente el espejismo de la subida descomunal del precio de la vivienda. Ha fundamentado su política en el populismo, ha ido ofreciendo partidas de gasto alegremente, a menudo de forma sensacionalista, sacándose de la manga, incluso en medio de debates parlamentarios, ayudas económicas como el famoso cheque-bebé que, como hemos visto, de la misma forma que vinieron, se han esfumado. Luego vimos como negaba la crisis, y cuando la evidencia le estalló en la cara, su respuesta se fundamentó en atrincherarse en la mera espera de que el ciclo económico virara, política, o su falta de ella, que como hemos visto, le ha vuelto a estallar ante sus narices.
Lo peor de todo es que por el camino ha ido dilapidando el superávit del Estado para gastarlo en meros pero caros paños calientes o en políticas populistas que finalmente, se han constatado inútiles y nos han generado un peligroso déficit que ahora los españoles, unos más que otros, vamos a tener que pagar. Mientras tanto, ha sido incapaz de cambiar el modelo productivo, de modificar la legislación para favorecer la economía productiva, de garantizar esa liquidez que tantos autónomos y pequeños empresarios han necesitado y al final ha tenido que claudicar ante lo que ha intentado evitar desde el principio: realizar traumáticos recortes. Ahora sin lugar a dudas imprescindibles (y la que nos espera), pero con un gobierno con proyecto político, desde luego, estaríamos ante otro escenario.
Y, finalmente, las cosas como son, a la hora de realizar recortes, posiblemente el Estado español podría llevarlos a cabo en ámbitos menos injustos, como la desproporcionada estructura territorial del Estado, las ingentes subvenciones clientelares, las múltiples televisiones públicas con un déficit crónico y tantos otros gastos superfluos que en nada repercuten en los ciudadanos pero mucho en las estructuras de poder de los partidos políticos. El semblante sombrío de Zapatero mientras presentaba su plan en las Cortes reflejaba su consciencia de que está acabado políticamente. Lo terrorífico es que su inmediato contrincante, personificado en Rajoy, en poco habría variado la política realizada por el PSOE. Lo que ha hecho este gobierno es sencillamente lo que habría hecho el PP. Por eso vimos al líder de la oposición transmutarse asombrosamente en ZP, clamando contra los recortes sociales, desubicado por no tener a qué aferrarse para ir a la contra. Conciudadanos, es la hora que nosotros seamos los que estemos a la altura de las circunstancias; seamos valientes, transformemos este escenario político viciado. Si no lo hacemos nosotros, nadie vendrá a hacerlo en nuestro lugar.
El PSOE se presentó a las elecciones predicando el cambio de modelo productivo, pero prefirió vivir de las rentas, temeroso de cargarse la gallina de los huevos de oro de la que vivía tanta gente, los ayuntamientos los primeros, pero sin olvidar constructores, promotores, entidades financieras e, incluso, propietarios que contemplaban alegremente el espejismo de la subida descomunal del precio de la vivienda. Ha fundamentado su política en el populismo, ha ido ofreciendo partidas de gasto alegremente, a menudo de forma sensacionalista, sacándose de la manga, incluso en medio de debates parlamentarios, ayudas económicas como el famoso cheque-bebé que, como hemos visto, de la misma forma que vinieron, se han esfumado. Luego vimos como negaba la crisis, y cuando la evidencia le estalló en la cara, su respuesta se fundamentó en atrincherarse en la mera espera de que el ciclo económico virara, política, o su falta de ella, que como hemos visto, le ha vuelto a estallar ante sus narices.
Lo peor de todo es que por el camino ha ido dilapidando el superávit del Estado para gastarlo en meros pero caros paños calientes o en políticas populistas que finalmente, se han constatado inútiles y nos han generado un peligroso déficit que ahora los españoles, unos más que otros, vamos a tener que pagar. Mientras tanto, ha sido incapaz de cambiar el modelo productivo, de modificar la legislación para favorecer la economía productiva, de garantizar esa liquidez que tantos autónomos y pequeños empresarios han necesitado y al final ha tenido que claudicar ante lo que ha intentado evitar desde el principio: realizar traumáticos recortes. Ahora sin lugar a dudas imprescindibles (y la que nos espera), pero con un gobierno con proyecto político, desde luego, estaríamos ante otro escenario.
Y, finalmente, las cosas como son, a la hora de realizar recortes, posiblemente el Estado español podría llevarlos a cabo en ámbitos menos injustos, como la desproporcionada estructura territorial del Estado, las ingentes subvenciones clientelares, las múltiples televisiones públicas con un déficit crónico y tantos otros gastos superfluos que en nada repercuten en los ciudadanos pero mucho en las estructuras de poder de los partidos políticos. El semblante sombrío de Zapatero mientras presentaba su plan en las Cortes reflejaba su consciencia de que está acabado políticamente. Lo terrorífico es que su inmediato contrincante, personificado en Rajoy, en poco habría variado la política realizada por el PSOE. Lo que ha hecho este gobierno es sencillamente lo que habría hecho el PP. Por eso vimos al líder de la oposición transmutarse asombrosamente en ZP, clamando contra los recortes sociales, desubicado por no tener a qué aferrarse para ir a la contra. Conciudadanos, es la hora que nosotros seamos los que estemos a la altura de las circunstancias; seamos valientes, transformemos este escenario político viciado. Si no lo hacemos nosotros, nadie vendrá a hacerlo en nuestro lugar.
domingo, 9 de mayo de 2010
Cinismo en azul y grana
No me canso de repetir el topicazo de que la realidad acostumbra a superar la ficción. Ciertamente, muchas veces nos brinda historias que si provinieran de la ficción nos resultarían sencillamente inverosímiles. Éste es el caso de la misteriosa y estrafalaria relación del Barça y su presidente con Uzbekistán que brillantemente nos explica John Carlin (famoso por un libro suyo que inspiró la última película de Clint Eastwood) en El País.
Antes de nada, permítanme aclarar que servidor es culé por tradición familiar y que me pareció encomiable el hecho de que en estos tiempos del deporte mercantilizado el Barça portara en su camiseta el logo de UNICEF previo pago anual a esta agencia de la ONU de 1,5 millones de euros, a pesar de ser evidentemente una ingeniosa fórmula publicitaría para vender la recurrente marca de que és més que un club. Sin duda alguna, no hay forma más legítima de prestigiar tu marca que dedicando tu dinero (y tu coste-oportunidad) a causas altruistas, como los derechos de la infancia, que además desde el deporte tanto predicamento puede tener.
Por todo esto me ha resultado particularmente indignante la historia que nos ha tenido a bien explicar John Carlin. Si es falsa, entiendo que Joan Laporta debería emprender las acciones legales oportunas, pero si no es el caso, me parece un verdadero escándalo que no debería quedar impune.
Recomiendo encarecidamente la lectura del reportaje. Para los más perezosos aclaro que lo que viene a decir es que por un lado Joan Laporta y por el otro el F.C. Barcelona presidido por él mismo, han realizado negocios estrafalarios con un conglomerado empresarial uzbeko llamado Zeromax, propiedad de la hija del presidente de esa república asiática, con la que, por lo que se ve, tiene una relación más allá de la estrictamente profesional. Los extraños negocios que comentamos son, por un lado, un acuerdo de hermandad entre el F.C. Barcelona y el club de fútbol uzbeko Bunyodkor, propiedad de Zeromax, que por lo que explica Carlin ha reportado al Barça unos 8 millones de euros a cambio de dos partidos amistosos de los cuales sólo se ha jugado uno y la visita de tres futbolistas azulgranas a Uzbekistán; y por el otro lado la intermediación del bufete de Joan Laporta en la infructuosa compra del Real Mallorca por parte de Zeromax, por la que el presidente culé pretendía cobrar 4 millones de euros.
Lo grave del asunto es que como explican organizaciones como Human Rights Watch, Environmental Justice Foundation o Amnistía Internacional, el régimen uzbeko es de los más represivos y de los que más atentan a los derechos humanos del mundo y Zeromax es el entramado empresarial utilizado por la familia del presidente para la apropiación de los recursos del país. Una de las cosas más escalofriantes que nos explican, y cito, es que al menos un millón de niños, los más pequeños de 10 años, son anualmente sacados del colegio en septiembre por la policía y obligados a trabajar, como los esclavos del sur de Estados Unidos en el siglo XIX, en la cosecha del algodón. Es un trabajo muy duro y cada niño debe cumplir una cuota diaria en kilos. Muchos de ellos viven lejos de sus casas durante la cosecha, instalados en escuálidos campamentos. Malnutridos, muchos enferman. Las tierras son del Estado, cuyos jefes se llevan pingües beneficios. Uzbekistán es el tercer exportador de algodón del mundo e ingresa mil millones de euros anuales de las ventas de este producto, principalmente a Asia (Varias grandes empresas de Occidente han boicoteado la compra de algodón uzbeco).
Es, por lo tanto, de un cinismo y una indignidad asombrosa que el club que patrocina a UNICEF, recordemos, la agencia de la ONU que vela por los derechos de la infancia, haga negocios con un régimen que entre otras aberraciones, se beneficia del esclavismo infantil. De ser todo esto cierto, no sólo UNICEF ha de retirar su colaboración con el Barça (más que nada por el sinsentido de financiarse indirectamente del esclavismo infantil) sino que los socios del F.C. Barcelona deberían tomar contundentes cartas en el asunto si no quieren que la máxima de més que un club no sea más que una cínica muestra de petulancia vacía de contenido.
Antes de nada, permítanme aclarar que servidor es culé por tradición familiar y que me pareció encomiable el hecho de que en estos tiempos del deporte mercantilizado el Barça portara en su camiseta el logo de UNICEF previo pago anual a esta agencia de la ONU de 1,5 millones de euros, a pesar de ser evidentemente una ingeniosa fórmula publicitaría para vender la recurrente marca de que és més que un club. Sin duda alguna, no hay forma más legítima de prestigiar tu marca que dedicando tu dinero (y tu coste-oportunidad) a causas altruistas, como los derechos de la infancia, que además desde el deporte tanto predicamento puede tener.
Por todo esto me ha resultado particularmente indignante la historia que nos ha tenido a bien explicar John Carlin. Si es falsa, entiendo que Joan Laporta debería emprender las acciones legales oportunas, pero si no es el caso, me parece un verdadero escándalo que no debería quedar impune.
Recomiendo encarecidamente la lectura del reportaje. Para los más perezosos aclaro que lo que viene a decir es que por un lado Joan Laporta y por el otro el F.C. Barcelona presidido por él mismo, han realizado negocios estrafalarios con un conglomerado empresarial uzbeko llamado Zeromax, propiedad de la hija del presidente de esa república asiática, con la que, por lo que se ve, tiene una relación más allá de la estrictamente profesional. Los extraños negocios que comentamos son, por un lado, un acuerdo de hermandad entre el F.C. Barcelona y el club de fútbol uzbeko Bunyodkor, propiedad de Zeromax, que por lo que explica Carlin ha reportado al Barça unos 8 millones de euros a cambio de dos partidos amistosos de los cuales sólo se ha jugado uno y la visita de tres futbolistas azulgranas a Uzbekistán; y por el otro lado la intermediación del bufete de Joan Laporta en la infructuosa compra del Real Mallorca por parte de Zeromax, por la que el presidente culé pretendía cobrar 4 millones de euros.
Lo grave del asunto es que como explican organizaciones como Human Rights Watch, Environmental Justice Foundation o Amnistía Internacional, el régimen uzbeko es de los más represivos y de los que más atentan a los derechos humanos del mundo y Zeromax es el entramado empresarial utilizado por la familia del presidente para la apropiación de los recursos del país. Una de las cosas más escalofriantes que nos explican, y cito, es que al menos un millón de niños, los más pequeños de 10 años, son anualmente sacados del colegio en septiembre por la policía y obligados a trabajar, como los esclavos del sur de Estados Unidos en el siglo XIX, en la cosecha del algodón. Es un trabajo muy duro y cada niño debe cumplir una cuota diaria en kilos. Muchos de ellos viven lejos de sus casas durante la cosecha, instalados en escuálidos campamentos. Malnutridos, muchos enferman. Las tierras son del Estado, cuyos jefes se llevan pingües beneficios. Uzbekistán es el tercer exportador de algodón del mundo e ingresa mil millones de euros anuales de las ventas de este producto, principalmente a Asia (Varias grandes empresas de Occidente han boicoteado la compra de algodón uzbeco).
Es, por lo tanto, de un cinismo y una indignidad asombrosa que el club que patrocina a UNICEF, recordemos, la agencia de la ONU que vela por los derechos de la infancia, haga negocios con un régimen que entre otras aberraciones, se beneficia del esclavismo infantil. De ser todo esto cierto, no sólo UNICEF ha de retirar su colaboración con el Barça (más que nada por el sinsentido de financiarse indirectamente del esclavismo infantil) sino que los socios del F.C. Barcelona deberían tomar contundentes cartas en el asunto si no quieren que la máxima de més que un club no sea más que una cínica muestra de petulancia vacía de contenido.
jueves, 6 de mayo de 2010
Sindicatos verticales
Que en Cataluña se ha ido construyendo un verdadero régimen político en torno al catalanismo es una realidad incuestionable. Las evidencias son cada vez más numerosas, pero posiblemente la más bochornosa es la adhesión a los principios del catalanismo de los sindicatos mayoritarios, UGT y CC OO, hoy convertida en la Comissió Obrera Nacional de Catalunya.
Estas centrales sindicales no sólo han decidido suscribir los postulados de este catalanismo oficial, sino que sorprendentemente los han convertido en una de sus reivindicaciones fundamentales. Lo hemos podido comprobar en la manifestación del 1º de mayo en Barcelona (ocasión increíble, ¡el día del trabajador!) donde una cerrada defensa del Estatut fue una de las cuestiones principales confesas de estos sindicatos o con la inmensa pancarta que preside la fachada de la sede central de la UGT en Cataluña con el inaudito lema "Som una Nació!!!!" (en mayúscula, por supuesto, y entre exclamaciones), imaginable en la sede de un partido nacionalista, pero inconcebible en un sindicato, que ha de tener otras preocupaciones.
Sin duda alguna, relegar la lucha por las condiciones laborales para atender y compartir las reclamaciones políticas de determinado ámbito de poder que nada tienen que ver con los derechos de los trabajadores (si no contravienen directamente los derechos de muchos de ellos) es no sólo incompatible con unos sindicatos independientes, que es lo lógico en una democracia, sino que los convierte en estructuras al servicio del poder político y no de los obreros, es decir, en auténticos sindicatos verticales. Toda una involución que nos retrotrae alarmantemente a la Organización Nacional-Sindicalista de la dictadura franquista.
Esta situación es particularmente ofensiva para los trabajadores cuando nos encontramos con cerca de 700.000 parados en Cataluña, aproximadamente un 20% de la población activa, con un poder adquisitivo limitado y unas condiciones laborales que apuntan a la baja. Lejos de ser exigentes con un poder político que se desentiende de estas cuestiones que son el verdadero quebradero de cabeza de los trabajadores catalanes, estos sindicatos se dedican a echarle una mano a los partidos catalanistas en su particular cruzada por asentar su poder. Sus afiliados se deberían preguntar a quién y a qué intereses se deben realmente CC OO y UGT.
miércoles, 5 de mayo de 2010
La izquierda en la Cataluña republicana
La Historia, como disciplina, se opone por definición a la mitificación del pasado, como ocurre, por ejemplo, con la malograda II República española. Ha llegado a mis manos un texto bastante revelador de la política catalana de aquellos escasos y mistificados años. La imagen que ahora se da, nada tiene que ver con lo que sucedió. Y acabo con una advertencia: el pasado no puede ser tomado como un referente (es fácil caer en el vicio advertido por Karl Marx de hacer que se repita a modo de farsa), sino como una enseñanza. El verdadero referente para un progresista sólo puede ser el futuro.
Recupero este texto de 1932, de indudable interés histórico, con motivo de la celebración del 1º DE ...MAYO, DÍA DEL TRABAJO. El mítico sindicalista Juan García Oliver critica implacablemente las políticas de ERC y demuestra el carácter antiobrero y profundamente demagógico del nacionalismo catalán.
ENEMIGOS DEL PROLETARIADO CATALÁN
Juan García Oliver, dirigente histórico de CNT desde la prisión (año 1932).
Hace solamente unos quince años, los trabajadores de Cataluña dieron patentes pruebas de haber superado la tradición histórica de su pueblo. Cataluña, la Cataluña auténtica, la que trabaja y piensa, había relegado al olvido, como quien se desprende de algo que por anticuado es inservible, el anhelo separatista que de una manera tan pobre e insustancial se empeñaban en sostener un puñado de sacristanes investidos de los atributos de la literatura. La «Historia de Cataluña» de Víctor Balaguer ni siquiera era leída por las personas más cultas de la intelectualidad catalana. El pueblo hacía tiempo que había dejado de leer los acaramelamientos patufetistas a lo Folch i Torres, quien solamente conseguía entretener los ocios de las estúpidas hijas de los burgueses.
El trabajador catalán pensaba y obraba por encima de sus estrechas fronteras locales. Todo lo más, recogiendo la parte sana de su espiritualidad: ofrecía a los pueblos ibéricos un tipo de organización proletaria que, como la CNT, permitía, dentro de sus amplios principios federalistas, la posibilidad de estrecha y fraternal convivencia de todas las regiones peninsulares. Cataluña se superaba ella misma, y aparecía ante el mundo revestida del más elevado sentido de universalidad.
La CNT dio un serio golpe a todos los localismos, regionalismos y separatismos de España. Por primera vez, los españoles encontraron un punto de convivencia y mutua compenetración. La espiritualidad federalista e internacionalista del anarquismo habían obrado el milagro. Tocaba a un puñado de aventureros de la política el ser los atentadores y destructores de este caso de simpatía y fraternidad ibérica, que ojalá pueda verse restaurado y hecho extensivo a todos los pueblos del globo.
Mientras que por un lado, la CNT se dedicaba a la gigantesca labor de dar una unidad federalista a los trabajadores españoles (elemento indispensable para poder realizar sobre bases sólidas la gran revolución social que se proyectaba en nuestro país), había por otro lado en Cataluña, un pequeño núcleo de tenderos, curas y ratones de sacristía que se dedicaban a hacer política separatista. Nadie les hacía caso. Vivían ahogados por la gran gesta revolucionaria que llevaban a cabo los trabajadores de Cataluña y España. Pero vino la dictadura de Primo de Rivera y, con ella, la idiota política de perseguir a esos cuatro tenderos, curas y ratones de sacristía, produciendo una leve exaltación de aquel sentimiento de catalanidad que tan acertadamente definiera el poeta Josep Carner, y que nada tenía de común con el sentido político separatista, de los cuatro logreros de la política de las cuatro barras y la estrella solitaria.
Con la persecución de los pocos separatistas, vino la desbandada hacia el extranjero y los comploteos ridículos de gentes que, inútiles para el trabajo, se pasaban el tiempo en las mesas de café diciéndose pestes unos de otros y demás tonterías por el estilo. Nada grande ni de importancia acometieron aquellos separatistas contra la dictadura primoriverista, ni por la obtención de su cacareada independencia. París, el de la holganza, la bohemia y la golfería, se les ofrecía con todos los atributos de sus reducciones ¿Quién, de aquellos vividores que se decían separatistas, pensaba sinceramente en la independencia de Cataluña? Bien claro se ha visto: ninguno.
El separatismo de los separatistas de Cataluña, la idealidad de esos hombres que hace unos meses, cuando dirigían sus peroraciones al pueblo, se llenaban la boca con aquellas expresiones de «queridos hermanos», «os quiero como a hijos míos» y demás zarandajas paternalistas, ha quedado demostrado hasta la evidencia que tanto su separatismo como su idealismo quedaba reducido a un afán de comerse a Cataluña, a San Jorge y a la misma Generalidad, antigualla carcomida que con muchas prisas y sudores extrajeron de los archivos históricos tan pronto como los gobernantes de Madrid se sostuvieran un poco sobre los patriarcales bigotes de Macià [sic].
De hombres y políticos traidores ¿qué se podía esperar? El humillado por un superior gusta de humillar a sus inmediatos inferiores. Aquellos políticos hambrientos de sinecuras, arriaron la bandera del separatismo solamente porque se les tolerara el comer a dos carrillos. Por de pronto, se comieron las barras y la estrella solitaria; después, todo cuanto ha caído bajo sus fauces abiertas, hasta su propia vergüenza.
Pero había unos hombres, los anarquistas, que les estorbaban durante su cotidiano deglutir. Los anarquistas les decían a los trabajadores cuántos apetitos inconfesables esconden las melifluas palabras de los políticos, aun cuando esos políticos se denominen de «la Izquierda catalana». Y a medida que los anarquistas conseguían que el pueblo trabajador fuera dejando, despreciativamente, a los políticos que comían y a los que estaban a dieta esperando su turno, los hombres de ese partido que se denomina Esquerra Republicana de Catalunya palidecían de ira al pensar que la propaganda anarquista, de seguir extendiéndose, amenazaba con arrancarles la pobre Cataluña que ellos se tragaban.
Fue entonces cuando los políticos agazapados en la Generalidad se juraron el exterminio de los anarquistas. Aún retumba el eco de las palabras de amenaza pronunciadas por Lluhí y Vallescà en el Parlamento, al referirse a los dirigentes de la Federación Anarquista Ibérica. Reciente aquella expresión rufianesca de Companys, al decir después de la huelga general de septiembre, que había que apretarles los tornillos a los extremistas de Barcelona. Cálidas y de actualidad resultan todavía, aquellas declaraciones de Macià en las que decía que era de suma necesidad expurgar a Cataluña de los elementos morbosos.
Se han cumplido las amenazas de Lluhí y Vallesecà, los deseos de Companys y las saludables intenciones de Macià. Los hombres de la Federación Anarquista Ibérica, los extremistas, los morbosos, ya están presos los unos, y ya marchan hacia la deportación los otros.¿Qué más os falta, señores de la Esquerra Republicana de Catalunya? ¿Ya podéis comer y digerir bien? ¿Para cuándo ese Estatuto ridículo que no podría servir ni para regir los destinos de una sociedad de excursionistas?
Desde hace años, la CNT, organismo anarquista y revolucionario, bajo sus principios federalistas acogía a todos los trabajadores de España, dándoles al mismo tiempo una unidad espiritual. Hoy, los elementos verdaderamente sanos de la CNT, los no contaminados por el virus político y burgués, que es casi decir todos sus militantes, han reemprendido la magna tarea de refundir en una sola idealidad los sentimientos del proletariado ibérico. Frente a los militantes anarquistas de la CNT, se levantan con su política localista y regionalista, aquellos cuatro tenderos, curas y ratones de sacristía de ayer, muy bien enchufados hoy a las arterias de Cataluña, pretendiendo destruir la solidaridad del proletariado español.
Dentro del palacio de la Generalidad, elaboraron un Estatuto que decían concretaba las aspiraciones de Cataluña. Hubo una farsa de plebiscito para su aceptación. El Estatuto será o no será aprobado por las Constituyentes ¿Qué más da?... Cataluña, y esta vez de una manera verdaderamente democrática, ha dicho ya cuál tiene que ser su Estatuto, su auténtica manera de vivir para el futuro... Cataluña, solidaria otra vez del resto de España, desprecia a sus políticos, y mientras que en Corral de Almoguer, Almarcha y otros pueblos hispanos izaban la enseña revolucionaria como símbolo de sus apetencias renovadoras, Fígols, Cardona, Berga, Tarrasa, en un bello amanecer, cuando las brumas se disipaban, descubrían al mundo un nuevo porvenir bajo el aletear electrizado de sus rojos y negros.
Ya pueden los enchufados enemigos del proletariado catalán amenazar a los componentes de la Federación Anarquista Ibérica y pedir que se aprieten los tornillos a los extremistas y propugnar exterminios de «morbosos». No importa, Cataluña ha dicho ya, y eso de una manera que no deja lugar a dudas, que quiere vivir sin políticos, sin burgueses, sin millonarios, sin curas, ni ratones de sacristía. El obrero catalán se funde otra vez con el obrero de España y del mundo entero. Por encima de la Izquierda Catalana y de sus encubiertos corifeos.
Recupero este texto de 1932, de indudable interés histórico, con motivo de la celebración del 1º DE ...MAYO, DÍA DEL TRABAJO. El mítico sindicalista Juan García Oliver critica implacablemente las políticas de ERC y demuestra el carácter antiobrero y profundamente demagógico del nacionalismo catalán.
ENEMIGOS DEL PROLETARIADO CATALÁN
Juan García Oliver, dirigente histórico de CNT desde la prisión (año 1932).
Hace solamente unos quince años, los trabajadores de Cataluña dieron patentes pruebas de haber superado la tradición histórica de su pueblo. Cataluña, la Cataluña auténtica, la que trabaja y piensa, había relegado al olvido, como quien se desprende de algo que por anticuado es inservible, el anhelo separatista que de una manera tan pobre e insustancial se empeñaban en sostener un puñado de sacristanes investidos de los atributos de la literatura. La «Historia de Cataluña» de Víctor Balaguer ni siquiera era leída por las personas más cultas de la intelectualidad catalana. El pueblo hacía tiempo que había dejado de leer los acaramelamientos patufetistas a lo Folch i Torres, quien solamente conseguía entretener los ocios de las estúpidas hijas de los burgueses.
El trabajador catalán pensaba y obraba por encima de sus estrechas fronteras locales. Todo lo más, recogiendo la parte sana de su espiritualidad: ofrecía a los pueblos ibéricos un tipo de organización proletaria que, como la CNT, permitía, dentro de sus amplios principios federalistas, la posibilidad de estrecha y fraternal convivencia de todas las regiones peninsulares. Cataluña se superaba ella misma, y aparecía ante el mundo revestida del más elevado sentido de universalidad.
La CNT dio un serio golpe a todos los localismos, regionalismos y separatismos de España. Por primera vez, los españoles encontraron un punto de convivencia y mutua compenetración. La espiritualidad federalista e internacionalista del anarquismo habían obrado el milagro. Tocaba a un puñado de aventureros de la política el ser los atentadores y destructores de este caso de simpatía y fraternidad ibérica, que ojalá pueda verse restaurado y hecho extensivo a todos los pueblos del globo.
Mientras que por un lado, la CNT se dedicaba a la gigantesca labor de dar una unidad federalista a los trabajadores españoles (elemento indispensable para poder realizar sobre bases sólidas la gran revolución social que se proyectaba en nuestro país), había por otro lado en Cataluña, un pequeño núcleo de tenderos, curas y ratones de sacristía que se dedicaban a hacer política separatista. Nadie les hacía caso. Vivían ahogados por la gran gesta revolucionaria que llevaban a cabo los trabajadores de Cataluña y España. Pero vino la dictadura de Primo de Rivera y, con ella, la idiota política de perseguir a esos cuatro tenderos, curas y ratones de sacristía, produciendo una leve exaltación de aquel sentimiento de catalanidad que tan acertadamente definiera el poeta Josep Carner, y que nada tenía de común con el sentido político separatista, de los cuatro logreros de la política de las cuatro barras y la estrella solitaria.
Con la persecución de los pocos separatistas, vino la desbandada hacia el extranjero y los comploteos ridículos de gentes que, inútiles para el trabajo, se pasaban el tiempo en las mesas de café diciéndose pestes unos de otros y demás tonterías por el estilo. Nada grande ni de importancia acometieron aquellos separatistas contra la dictadura primoriverista, ni por la obtención de su cacareada independencia. París, el de la holganza, la bohemia y la golfería, se les ofrecía con todos los atributos de sus reducciones ¿Quién, de aquellos vividores que se decían separatistas, pensaba sinceramente en la independencia de Cataluña? Bien claro se ha visto: ninguno.
El separatismo de los separatistas de Cataluña, la idealidad de esos hombres que hace unos meses, cuando dirigían sus peroraciones al pueblo, se llenaban la boca con aquellas expresiones de «queridos hermanos», «os quiero como a hijos míos» y demás zarandajas paternalistas, ha quedado demostrado hasta la evidencia que tanto su separatismo como su idealismo quedaba reducido a un afán de comerse a Cataluña, a San Jorge y a la misma Generalidad, antigualla carcomida que con muchas prisas y sudores extrajeron de los archivos históricos tan pronto como los gobernantes de Madrid se sostuvieran un poco sobre los patriarcales bigotes de Macià [sic].
De hombres y políticos traidores ¿qué se podía esperar? El humillado por un superior gusta de humillar a sus inmediatos inferiores. Aquellos políticos hambrientos de sinecuras, arriaron la bandera del separatismo solamente porque se les tolerara el comer a dos carrillos. Por de pronto, se comieron las barras y la estrella solitaria; después, todo cuanto ha caído bajo sus fauces abiertas, hasta su propia vergüenza.
Pero había unos hombres, los anarquistas, que les estorbaban durante su cotidiano deglutir. Los anarquistas les decían a los trabajadores cuántos apetitos inconfesables esconden las melifluas palabras de los políticos, aun cuando esos políticos se denominen de «la Izquierda catalana». Y a medida que los anarquistas conseguían que el pueblo trabajador fuera dejando, despreciativamente, a los políticos que comían y a los que estaban a dieta esperando su turno, los hombres de ese partido que se denomina Esquerra Republicana de Catalunya palidecían de ira al pensar que la propaganda anarquista, de seguir extendiéndose, amenazaba con arrancarles la pobre Cataluña que ellos se tragaban.
Fue entonces cuando los políticos agazapados en la Generalidad se juraron el exterminio de los anarquistas. Aún retumba el eco de las palabras de amenaza pronunciadas por Lluhí y Vallescà en el Parlamento, al referirse a los dirigentes de la Federación Anarquista Ibérica. Reciente aquella expresión rufianesca de Companys, al decir después de la huelga general de septiembre, que había que apretarles los tornillos a los extremistas de Barcelona. Cálidas y de actualidad resultan todavía, aquellas declaraciones de Macià en las que decía que era de suma necesidad expurgar a Cataluña de los elementos morbosos.
Se han cumplido las amenazas de Lluhí y Vallesecà, los deseos de Companys y las saludables intenciones de Macià. Los hombres de la Federación Anarquista Ibérica, los extremistas, los morbosos, ya están presos los unos, y ya marchan hacia la deportación los otros.¿Qué más os falta, señores de la Esquerra Republicana de Catalunya? ¿Ya podéis comer y digerir bien? ¿Para cuándo ese Estatuto ridículo que no podría servir ni para regir los destinos de una sociedad de excursionistas?
Desde hace años, la CNT, organismo anarquista y revolucionario, bajo sus principios federalistas acogía a todos los trabajadores de España, dándoles al mismo tiempo una unidad espiritual. Hoy, los elementos verdaderamente sanos de la CNT, los no contaminados por el virus político y burgués, que es casi decir todos sus militantes, han reemprendido la magna tarea de refundir en una sola idealidad los sentimientos del proletariado ibérico. Frente a los militantes anarquistas de la CNT, se levantan con su política localista y regionalista, aquellos cuatro tenderos, curas y ratones de sacristía de ayer, muy bien enchufados hoy a las arterias de Cataluña, pretendiendo destruir la solidaridad del proletariado español.
Dentro del palacio de la Generalidad, elaboraron un Estatuto que decían concretaba las aspiraciones de Cataluña. Hubo una farsa de plebiscito para su aceptación. El Estatuto será o no será aprobado por las Constituyentes ¿Qué más da?... Cataluña, y esta vez de una manera verdaderamente democrática, ha dicho ya cuál tiene que ser su Estatuto, su auténtica manera de vivir para el futuro... Cataluña, solidaria otra vez del resto de España, desprecia a sus políticos, y mientras que en Corral de Almoguer, Almarcha y otros pueblos hispanos izaban la enseña revolucionaria como símbolo de sus apetencias renovadoras, Fígols, Cardona, Berga, Tarrasa, en un bello amanecer, cuando las brumas se disipaban, descubrían al mundo un nuevo porvenir bajo el aletear electrizado de sus rojos y negros.
Ya pueden los enchufados enemigos del proletariado catalán amenazar a los componentes de la Federación Anarquista Ibérica y pedir que se aprieten los tornillos a los extremistas y propugnar exterminios de «morbosos». No importa, Cataluña ha dicho ya, y eso de una manera que no deja lugar a dudas, que quiere vivir sin políticos, sin burgueses, sin millonarios, sin curas, ni ratones de sacristía. El obrero catalán se funde otra vez con el obrero de España y del mundo entero. Por encima de la Izquierda Catalana y de sus encubiertos corifeos.
martes, 4 de mayo de 2010
Una voz necesaria
Impecable retrato de la clase política catalana realizado por el representante de Ciutadans en el Parlament de Cataluña. Un verdadero soplo de aire fresco muy necesario. No sólo es fundamental que permanezca, si no que sea cada vez más fuerte, que estas muestras de sentido común se oigan más y tengan cada vez más capacidad de influir la política de estos lares.
jueves, 29 de abril de 2010
Crisis, ¿Para quién?
Hoy hemos podido leer en la prensa que el Banco Santander ha ganado 2.215 millones en el primer trimestre de este año, un 5,7% más que el pasado. Apasionante, una crisis que empezó siendo financiera (empujando a un sector de la construcción inflado) , en la que el Estado destinó 50.000 millones de euros para que la banca dispusiera de liquidez para que ejerciera su función crediticia a las empresas y particulares y vemos como los beneficios bancarios siguen para adelante pero nada se sabe de los créditos. ¿El gobierno hará algo al respecto? Quiá.
martes, 20 de abril de 2010
El valor social de cubrirse la cabeza
Aparece de nuevo la polémica sobre el uso del velo, en este caso en un colegio público de Madrid que dispone en su reglamento que no se puede acudir a clase con la cabeza cubierta. En un principio esta norma estaba pensada para los pandilleros habituados a ir con gorras y el centro, aplicando el principio de igualdad, lo ha extendido a cualquiera, por ejemplo, una niña que se cubre la cabeza alegando motivos religiosos. Desde entonces, la niña no acude a clase y se ha creado un follón mediático y político. La controversia está servida desde hace tiempo y es verdaderamente compleja.
En una sociedad tan laica como la española de hoy (por extraño que resulte conociendo la historia de este país), la religión ha perdido la relevancia moral de antaño, convirtiéndose en una decisión más en el plano íntimo de la identidad de cada cual. Se nos antoja con el mismo valor que religar en cualquier otro colectivo, como por ejemplo, una pandilla. En un principio las normas están para todos. Por eso se nos puede antojar una osadía pretender saltarse el principio de igualdad por motivos religiosos y, en definitiva, una barbaridad anteponer la religión a la educación. Reconozco que comparto esta opinión. Pero si uno se lee la Constitución Española, en su artículo 16.3 se encuentra que si bien ninguna confesión tendrá carácter estatal, los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española. Posiblemente sea uno de los artículos menos afortunados de nuestra Constitución, especialmente por su ambigüedad.
Una sociedad, especialmente una plural y democrática como la nuestra, no tiene creencias religiosas, las tienen los individuos. Yo carezco de creencias religiosas, pero por lo que se ve, esa niña sí y tal y como aclara nuestros sendos DNI, ambos somos españoles. Por lo tanto, entra la duda, ¿los poderes públicos no han de tener en cuenta las creencias religiosas de esta parte de la sociedad y, por lo tanto, permitir que una niña se cubra la cabeza en un aula? O, por el contrario, ¿los poderes públicos han de tener en cuenta el creciente laicismo de la sociedad que lleva a no tener reconocido especial valor social la religiosidad, por lo que muchos colectivos se sentirían agraviados con determinados privilegios de fe?
Ignoro si hay jurisprudencia al respecto. Ciertamente, la ley orgánica de libertad religiosa de 1980 no dice nada sobre estas cuestiones y está por ver si la reforma de la ley prometida por parte del PSOE llega y entra en ello. Mientras tanto se les hace lidiar con tan espinoso asunto a los centros educativos, lo cual no forma parte de su responsabilidad. Este nuevo caso permitirá reabrir el debate, pero a costa de la educación y por lo visto salud de una niña y generando grandes dolores de cabeza en la dirección del centro que, por otro lado, tampoco se merece esta situación. En un centro público, que tiene un funcionamiento democrático, esta cuestión los interesados la tenían que haber llevado al Consejo Escolar para que se modificara el reglamento y no tratar de forzarla a través de hechos consumados.
En una sociedad tan laica como la española de hoy (por extraño que resulte conociendo la historia de este país), la religión ha perdido la relevancia moral de antaño, convirtiéndose en una decisión más en el plano íntimo de la identidad de cada cual. Se nos antoja con el mismo valor que religar en cualquier otro colectivo, como por ejemplo, una pandilla. En un principio las normas están para todos. Por eso se nos puede antojar una osadía pretender saltarse el principio de igualdad por motivos religiosos y, en definitiva, una barbaridad anteponer la religión a la educación. Reconozco que comparto esta opinión. Pero si uno se lee la Constitución Española, en su artículo 16.3 se encuentra que si bien ninguna confesión tendrá carácter estatal, los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española. Posiblemente sea uno de los artículos menos afortunados de nuestra Constitución, especialmente por su ambigüedad.
Una sociedad, especialmente una plural y democrática como la nuestra, no tiene creencias religiosas, las tienen los individuos. Yo carezco de creencias religiosas, pero por lo que se ve, esa niña sí y tal y como aclara nuestros sendos DNI, ambos somos españoles. Por lo tanto, entra la duda, ¿los poderes públicos no han de tener en cuenta las creencias religiosas de esta parte de la sociedad y, por lo tanto, permitir que una niña se cubra la cabeza en un aula? O, por el contrario, ¿los poderes públicos han de tener en cuenta el creciente laicismo de la sociedad que lleva a no tener reconocido especial valor social la religiosidad, por lo que muchos colectivos se sentirían agraviados con determinados privilegios de fe?
Ignoro si hay jurisprudencia al respecto. Ciertamente, la ley orgánica de libertad religiosa de 1980 no dice nada sobre estas cuestiones y está por ver si la reforma de la ley prometida por parte del PSOE llega y entra en ello. Mientras tanto se les hace lidiar con tan espinoso asunto a los centros educativos, lo cual no forma parte de su responsabilidad. Este nuevo caso permitirá reabrir el debate, pero a costa de la educación y por lo visto salud de una niña y generando grandes dolores de cabeza en la dirección del centro que, por otro lado, tampoco se merece esta situación. En un centro público, que tiene un funcionamiento democrático, esta cuestión los interesados la tenían que haber llevado al Consejo Escolar para que se modificara el reglamento y no tratar de forzarla a través de hechos consumados.
jueves, 15 de abril de 2010
El disputado voto del miedo al extranjero
El alcalde de Vic insiste en poner a los extranjeros en situación irregular de su población en el centro de la diana. Ahora se propone delatar (práctica que tristemente se está poniendo de moda por estos lares) a los que se les ocurra empadronarse en Vic. Da igual que la Delegación del Gobierno y diferentes juristas hayan advertido de su ilegalidad. El respeto a la legalidad, tristemente también, no está demasiado de moda en las instituciones catalanas. Da igual que sea una tendencia que puede llevar a la feudalización de las administraciones (con la de nostálgicos de la edad media que nos gobiernan, tan amantes de resucitar como un espectro instituciones medievales como las veguerías, es posible que muchos estén encantados con esta posibilidad), de lo que se trata es de asegurarse votos ante el riesgo que le supone a CiU el efecto seductor ante su propio electorado de los discursos de tinte xenófobo de Plataforma per Catalunya, que no en balde es la segunda fuerza en el consistorio vigitano.
Sin duda, la ley de extranjería en vigor es susceptible de mejoras, pero un ayuntamiento no puede ni tan siquiera coquetear con la idea de incumplir con la legalidad. Ciertamente, la inmigración irregular es un problema, especialmente, porque nutre una economía sumergida que ni cotiza ni paga impuestos, pero los verdaderamente beneficiados de esta situación son los empresarios que recurren a esta fuerza de trabajo y todavía no he visto a ningún partido de los que tan sensibilizados están con la inmigración ilegal denunciar esta situación. Ahora bien, con la situación de crisis económica que nos encontramos, regular los flujos de inmigración internacional no es, ni de lejos, uno de los principales retos que tiene ante sí nuestra sociedad. El verdadero efecto llamada de la inmigración es el trabajo, factor que, desgraciadamente, escasea en estos momentos, por lo que los indicios que disponen los especialistas es que los flujos de inmigración se han revertido.
Así que, el principal reto ante el que nos encontramos es el de conseguir que la economía vuelva a emprender el vuelo y los inmigrantes no son, ni de lejos, los responsables de esta situación, antes el contrario, han dinamizado muchos sectores productivos y representan una aportación fundamental en nuestra estructura de población que puede resultar vital para el mantenimiento de nuestro sistema de pensiones, cuestión que el PSOE no ha tardado en poner en el candelero al sugerir el retraso de la edad de jubilación. Así pues, agitar los miedos de la gente en tiempos de crisis con cuestiones tan sensibles como la inmigración es una injusticia, porque los extranjeros no tienen culpa alguna de lo que está sucediendo y una irresponsabilidad porque genera tensiones innecesarias y que además distraen de lo que tiene que ser el meollo de la vida política, que es la recuperación económica.
La mayoría de partidos ha entrado en esta carrera por el voto del miedo al inmigrante. Unos sumándose descaradamente, como el PP de Alicia Sánchez Camacho, que no ha tardado en animar a sus ediles a presentar mociones en el mismo sentido que el de Vic en todos los ayuntamientos y otros, como PSC y ERC, intentando mirar hacia otro lado, renunciando a hacer pedagogía o explicar su postura en el asunto, lo que proponen es un irresponsable pacto de silencio sobre estas cuestiones en campaña electoral, brindando ese campo abierto a las soflamas de Plataforma per Catalunya.
Sin duda, la ley de extranjería en vigor es susceptible de mejoras, pero un ayuntamiento no puede ni tan siquiera coquetear con la idea de incumplir con la legalidad. Ciertamente, la inmigración irregular es un problema, especialmente, porque nutre una economía sumergida que ni cotiza ni paga impuestos, pero los verdaderamente beneficiados de esta situación son los empresarios que recurren a esta fuerza de trabajo y todavía no he visto a ningún partido de los que tan sensibilizados están con la inmigración ilegal denunciar esta situación. Ahora bien, con la situación de crisis económica que nos encontramos, regular los flujos de inmigración internacional no es, ni de lejos, uno de los principales retos que tiene ante sí nuestra sociedad. El verdadero efecto llamada de la inmigración es el trabajo, factor que, desgraciadamente, escasea en estos momentos, por lo que los indicios que disponen los especialistas es que los flujos de inmigración se han revertido.
Así que, el principal reto ante el que nos encontramos es el de conseguir que la economía vuelva a emprender el vuelo y los inmigrantes no son, ni de lejos, los responsables de esta situación, antes el contrario, han dinamizado muchos sectores productivos y representan una aportación fundamental en nuestra estructura de población que puede resultar vital para el mantenimiento de nuestro sistema de pensiones, cuestión que el PSOE no ha tardado en poner en el candelero al sugerir el retraso de la edad de jubilación. Así pues, agitar los miedos de la gente en tiempos de crisis con cuestiones tan sensibles como la inmigración es una injusticia, porque los extranjeros no tienen culpa alguna de lo que está sucediendo y una irresponsabilidad porque genera tensiones innecesarias y que además distraen de lo que tiene que ser el meollo de la vida política, que es la recuperación económica.
La mayoría de partidos ha entrado en esta carrera por el voto del miedo al inmigrante. Unos sumándose descaradamente, como el PP de Alicia Sánchez Camacho, que no ha tardado en animar a sus ediles a presentar mociones en el mismo sentido que el de Vic en todos los ayuntamientos y otros, como PSC y ERC, intentando mirar hacia otro lado, renunciando a hacer pedagogía o explicar su postura en el asunto, lo que proponen es un irresponsable pacto de silencio sobre estas cuestiones en campaña electoral, brindando ese campo abierto a las soflamas de Plataforma per Catalunya.
viernes, 9 de abril de 2010
Relato íntimo y esperpéntico de la corrupción
Decir que en ocasiones la realidad supera la ficción es un topicazo, pero qué le vamos a hacer si es cierto. De hecho, hace que la realidad sea apasionante. Quién hubiese dicho hace diez años que un personaje como Barack Hussein Obama iba a llegar a ser presidente, ni más ni menos, de EE.UU. O bien, uno observa un personaje como Osama Bin Laden y da la sensación que nos encontramos ante un archienemigo de occidente sacado de las historietas de Tintín.
Ciertamente, Hergé era especialista en crear personajes estrafalarios pero a pesar de ser caricaturescos de vez en cuando la realidad parece inspirarse en ellos. Esto es lo que pienso cada vez que veo algo de la apasionante trama Gürtel. Cada vez que veo las correrías de personajes como El Bigotes -¡El Bigotes!-, Correa o Camps no tengo la impresión de encontrarme ante sórdidos y avezados estafadores sino caricaturas ideadas y dibujadas por Hergé para una historieta de Tintín sobre unos políticos corruptos de tebeo.
El juez ha tenido la gentileza de abrir al fin esta semana el esperadísimo y gigantesco sumario de la trama. Sin duda ha estado a la altura de las expectativas. Los medios nos han estado deleitando estos días con los detalles más suculentos como si de un folletín se tratara. La prolijidad y profundidad de los datos recopilados, especialmente a través de las escuchas, nos permite al común de los mortales acceder a un relato íntimo e insospechado de la corrupción.
Entiendo que en torno al PP se asentara una basta red que se beneficiara de comisiones ilegales y contratos amañados en distintos ámbitos de poder es algo que los españoles nos podíamos figurar con facilidad. Lo que yo no me imaginaba es que se tejiera emocionalmente a través de regalitos a toda la familia más o menos suntuosos, pero no especialmente inaccesibles para gente aparentemente de lo que se dice buena familia y sueldos holgadísimos, especialmente si los comparamos con el mileurismo generalizado. Corbatas de 115€, bufandas de 180€ o incluso un reloj de 2400€ parecen precios ridículos para cometer una ilegalidad o vender la dignidad y el honor. No sólo dan muestra de avaricia, indignidad e ilegalidad, sino de ingenuidad, frivolidad e infantilismo.
Da verdadera vergüenza ajena ver a todo un presidente de la Comunidad Valenciana llamar a El Bigotes "amiguito del alma" por el hecho de que le agasajara a él y su familia con regalitos que evidentemente esperaban ser correspondidos con tratos de favor infinitamente más onerosos. Resulta inconcebible que un número tan elevado de altos representantes políticos, que uno se imagina fríos y calculadores, se dejaran seducir de una forma tan miserable y burda. ¿Tan faltos de cariño están?
El PP ha perdido irremisiblemente la poca credibilidad que le podía llegar a quedar. Una red como ésta tan generalizada no sólo pone en evidencia su honradez y decencia, que de hecho otros casos de corrupción ya había puesto en tela de juicio, sino que retrata su falta de seriedad e incluso la inmadurez emocional de demasiados cargos importantes. Soy incapaz de entender cómo es posible que gente como Camps no haya dimitido de pura vergüenza y sofoco. Y por supuesto, resulta inadmisible la tibieza y el titubeo de la dirección del partido ante algo así. Bárcenas al fin se ha dado de baja del PP, pero no ha renunciado a su acta de senador. ¿Le dirán algo? Los millones de votantes del PP no han de consentir una humillación de este calibre.
martes, 30 de marzo de 2010
Extremistas cristianos y extremistas islámicos
Aparece hoy en El País que el FBI ha detenido a "extremistas cristianos" que planeaban atentados contra los Estados Unidos (el redactor ha puesto gobierno, pero es una mala traducción del inglés government, que en castellano equivale más bien a las autoridades públicas, lo que tendemos a llamar Estado) siguiendo la estela agresiva que se están gastando muchos onservadores del país como reacción a la presidencia de Obama.
Los apelativos como "extremistas cristianos" son siempre arbitrarios y por lo tanto tendenciosos. A mí me parece más preciso considerar a los detenidos terroristas conservadores, incluso reaccionarios o mejor aún, limitarse a describir los hechos. Pero me parece bien que el redactor se haya dejado llevar por sus apetencias y haya fijado la diana en la religión, ya que se tiende últimamente a hacer lo propio con el islam. Ahí está, sin ir más lejos, la coña suiza con los minaretes o Anglada oponiéndose a la existencia de mezquitas, equiparando a todos los musulmanes con el terrorismo y pretendiendo que lo hace por la democracia.
Hombre, Josep, no me fastidies, una democracia ha de reconocer la libertad de culto. Supongo que en el fondo la muchachada de Plataforma per Catalunya serán seguidores de Torras i Bages por la coña aquella de "Catalunya serà cristiana o no serà", que para algo fue obispo en el pueblo. Lo que está claro, aclaro por si acaso, es que Cataluña es lo que es (por el momento una Comunidad Autónoma de España), pero sobre todo se trata de que los individuos sean lo que quieran ser, pero sin molestar al prójimo.
Los apelativos como "extremistas cristianos" son siempre arbitrarios y por lo tanto tendenciosos. A mí me parece más preciso considerar a los detenidos terroristas conservadores, incluso reaccionarios o mejor aún, limitarse a describir los hechos. Pero me parece bien que el redactor se haya dejado llevar por sus apetencias y haya fijado la diana en la religión, ya que se tiende últimamente a hacer lo propio con el islam. Ahí está, sin ir más lejos, la coña suiza con los minaretes o Anglada oponiéndose a la existencia de mezquitas, equiparando a todos los musulmanes con el terrorismo y pretendiendo que lo hace por la democracia.
Hombre, Josep, no me fastidies, una democracia ha de reconocer la libertad de culto. Supongo que en el fondo la muchachada de Plataforma per Catalunya serán seguidores de Torras i Bages por la coña aquella de "Catalunya serà cristiana o no serà", que para algo fue obispo en el pueblo. Lo que está claro, aclaro por si acaso, es que Cataluña es lo que es (por el momento una Comunidad Autónoma de España), pero sobre todo se trata de que los individuos sean lo que quieran ser, pero sin molestar al prójimo.
jueves, 18 de marzo de 2010
Lecciones de la Historia
Transcribo un artículo interesantísimo que nos brinda unas valiosísimas lecciones de la Historia que en este rinconcito del mundo al sur de los Pirineos tenemos que tener muy presentes. Las comparaciones en Historia no son sólo odiosas, son también muy necesarias.
Cómo se construye una guerra
(Publicado en el núm. 72 del VIEJO TOPO y en el núm. 51 de MAMBRU.)
En el número 44 de MAMBRU (monográfico sobre la guerra en los Balcanes) realizamos un
extenso análisis sobre las causas de la guerra y sobre sus antecedentes inmediatos. Estudiamos las políticas -imagen especular una de la otra- de los salvapatrias Tudjman y Milosevic, vimos como manipularon el subconsciente colectivo hasta crear condiciones "objetivas" para declarar la guerra mientras se atrincheraban y construían sendos regímenes neofascistas. La primera batalla de la guerra de los Balcanes se libró en los medios de comunicación de masas -más bien medios de
manipulación de masas-. En el artículo que os presentamos, tomado del número 72 del VIEJO TOPO (1), Montse Armengou pone de manifiesto que la guerra comenzó antes de 1991, por mucho que nuestros medios de manipulacion de masa se empeñen en lo contrario.
Por Montse Armengou.
La guerra en la antigua Yugoslavia empezó en 1982. No, no es una errata. Ya sabemos que el primer balazo se disparó en 1991 en Eslovenia. Luego vendría Croacia y después -y hasta cuando?- Bosnia-Herzegovina. Pero muchos periodistas e intelectuales comparten la tesis de Nenad Pejic, exdirector de programas de la TV de Sarajevo y refugiado en Manchester después de las amenazas que recibió por parte los serbios. Ahora, desde el Instituto Europeo de la comunicación, intenta poner al descubierto la corresponsabilidad de los medios en la guerra de la antigua Yugoslavia.
Sin medios de comunicación, concretamente sin televisión, ¿ hubiera estallado la guerra en Bosnia ? Ciertamente hubiera sido muy difícil, porque los medios han tenido un papel determinante. Su connivencia con los nacionalismos mas extremos (salvo honrosas excepciones) ha ido sentando las bases, durante estos últimos años, para el conflicto bélico. Tal como aseguran algunos analistas, antes de que se tomaran las armas la guerra se había preparado y teorizado en Serbia y Croacia a
través de los medios controlados por los nacionalistas, tanto los reconvertidos del comunismo como los inspirados en el fascismo. "Los medios de comunicación han instigado deliberadamente el odio". Esta afirmación de Zlatko Dizdarevic, redactor jefe del mítico periódico "Oslobodenje" de Sarajevo, es compartida por la mayoría de representantes de organismos que han intervenido en Bosnia, desde la misión de la ONU encabezada por Tadeus Mazowiecki a Reporteros Sin Fronteras.
En verano del 92, una misión de la Organización internacional de Periodistas que visita las distintas repúblicas yugoslavas vuelve con unas conclusiones espeluznantes. La manipulación campa a sus anchas en los medios de comunicación, tanto serbios como croatas, hasta el punto que se habla de crímenes de guerra mediáticos a los que se les podría exigir su Nüremberg correspondiente.
Algunos de los periodistas que habían sido más críticos con el sistema comunista desde posiciones progresistas se convierten ahora en vectores complacientes de la propaganda nacionalista xenófoba.
Esto es posible en parte porque, en la mayoría de las repúblicas, permanecen las mismas estructuras centralizadas del pasado reciente. Un sistema que facilita el control de la prensa a través de los grandes monopolios del estado, en los que se reúnen redacciones, imprentas y redes de distribución. Las estructuras, las prácticas y muchos de los dirigentes son los mismos que en el pasado; solamente ha habido un cambio en el discurso político porque las circunstancias creadas por los
mismos medios, como el pez que se muerde la cola, han impuesto la idea nacionalista-xenófoba.
Pero veamos unos ejemplos.
Los medios de comunicación en Serbia.
"Hace ya años, cuando el actual presidente serbio Slobodan Milosevic era sólo un cacique comunista, empezó a preparar una estrategia de tensión, una escalada progresiva de la propaganda, en la que la televisión se convierte en una máquina de guerra". Los hechos confirman estas palabras de Petar Lukovic, redactor jefe del semanario "VREME", uno de los pocos medios independientes serbios. En el antiguo sistema federal todas las repúblicas tenían radio, prensa y televisión propias y un
organismo estatal, la JRT, se encargaba de coordinar el intercambio de programas.
Pronto Milosevic ve el rendimiento personal y político que puede sacar del nacionalismo serbio y también de la televisión. En 1986, casi paralelamente a su ascensión en la Liga de los Comunistas, empieza una represión brutal en la TV Serbia.
En sólo siete u ocho meses se genera una atmósfera política como para que los programas procedentes de otras repúblicas sean cada vez más insoportables. Solución: TVS se retira de los intercambios y la televisión Croata hace muy pronto lo mismo. Así desaparece la JRT y con ella un elemento mediático aglutinador de las distintas etnias, realidades y culturas que conformaban Yugoslavia.
Un nuevo peldaño en esta escala de tensión es el cambio que experimenta el lenguaje y el discurso televisivo. Todas las repúblicas son malas menos Serbia, que está "explotada por las demás". El nacionalismo serbio se alimenta de autoconmiseración al describirse como "la víctima de los nacionalismos de los otros". Para acabar de revestir toda esta atmósfera xenófoba aparece el "Memorándum de la Academia de
las Ciencias y de las Artes Serbia", en el que una serie de destacados intelectuales orgánicos sientan las bases teóricas de la futura limpieza étnica.
El lenguaje, la forma de designar al otro, al enemigo, se empieza a embrutecer: todos los eslovenos son fascistas, los croatas unos "ustachis" aliados de los nazis que atacan a los serbios... De hecho, la explotación de los antiguos miedos derivados de la II Guerra Mundial actúa como una mancha de aceite, como un veneno que todo lo contamina. La televisión emite cada día documentales sobre las matanzas y atrocidades que cometieron las milicias o "ustachis" croatas aliados de Hitler contra los Serbios. El clima para intervenir contra Croacia está servido.
Paralelamente, durante estos años, se va preparando la futura intervención en Bosnia. Los bosnios pasan a ser denominados "musulmanes", luego "fundamentalistas", más tarde "turcos" y "moros", para acabar siendo simplemente "cerdos".
Un año antes del comienzo oficial de la guerra, hay un hecho que muchos coinciden en señalar como el inicio real del conflicto bélico. El día que el Partido Serbio de Bosnia-Herzegovina ocupó el transmisor de TV Sarajevo en Banja Luka y cambió la señal por la de TV Belgrado, el discurso belicista panserbio quedó instalado en Bosnia. Buena parte de la población serbia de Bosnia, sobre todo de las zonas rurales, donde el acceso a la información depende casi exclusivamente de H televisión empezó a recelar de sus vecinos musulmanes sin importarles que hasta el momento hubieran sido sus mejores amigos o que los matrimonios mixtos fuesen un hecho común. Para completar esta operación de psicosis colectiva, de lavado de cerebro general se procede a nombramientos clave y se consolida la degradación ética
de centenares de periodistas que lo han consentido. Para los otros centenares de profesionales críticos quedaban las presiones verbales, psíquicas y físicas. Desde amenazas con pistola en los pasillos de la televisión a la fórmula de la baja forzosa, por la que se retiraba a los periodistas con la mitad del sueldo y sin que pudieran trabajar.
A estas alturas, nadie duda que sin la televisión Milosevic no hubiera obtenido su gran victoria electoral de 1990. (Como tampoco hubiera obtenido la más reciente de diciembre del 93, a pesar del elevado índice de abstención motivado por el malestar económico que produce el embargo internacional). Era la cosecha de varios años de manipulación absoluta de la verdad, de construcción de una realidad determinada gracias a la televisión y a la explotación de una sobredimensionada mitologia en la que se prometía el gran renacimiento panserbio (que pasa por la "reconquista" de Kosovo y la limpieza de albaneses).
Nenad Stefanovic, director de "VREME" dice: "Goebbels era un amateur de lo que ocurre en Serbia. Aquí sólo podría hacer de mozo de ascensor". Así pues, tras la guerra en los medios de comunicación empieza la guerra de las armas. Después del
ensayo de Eslovenia y Croacia para lanzarse a otra guerra, la de Bosnia, sólo hace falta un poco más de perfeccionamiento en la mentira, la manipulación y la exageración sistemáticas.
En abril de 1992, ya con el frente de Bosnia-Herzegovina abierto, Vojislav Seselj, líder del ultraderechista y ultranacionalista Partido Radical Serbio, elabora unas listas con los nombres de periodistas considerados traidores a la patria, es decir, los miembros del Sindicato Independiente (fundado en 1990 para luchar contra la censura y la desinformación), los periodistas que no tengan nombre serbio, los que han participado en alguna huelga... En realidad esta purificación de los media afecta a los periodistas más críticos, entre ellos los más expertos. En enero del 93, Seselj convoca una rueda de prensa, publica las listas y advierte que "va a poner las cosas definitivamente en orden en la RTV Serbia". Cinco días después más de mil quinientos profesionales son puestos en la calle.
Uno de los mejores ejemplos de la desinformación reinante está en lo que buena parte de los serbios llegaba a saber sobre el cerco de Sarajevo. Durante muchos meses, la televisión serbia ofrecía una foto fija de la ciudad antes de la guerra para informar de los "fuertes bombardeos a que someten a la ciudad las hordas musulmanas, mientras nuestros heroicos combatientes serbios la defienden". Sólo dos horas antes de la reunión del Consejo de Seguridad de la ONU de finales del 92, que iba a
decretar el embargo sobre Serbia, se mostraron las primeras imágenes reales de la ciudad devastada por las bombas serbias.
Los medios de comunicación en Croacia.
Aunque desde una perspectiva completamente antagónica, Belgrado y Zagreb coinciden en la utilización mediática de la propaganda como instigadora del odio y la venganza que desemboca en guerra. Coinciden en el lenguaje: mientras para los media serbia todos los croatas son 'ustachis' que participan de un complot vaticano-alemán, para los croatas los serbios son 'chetniks' que quieren restaurar la vieja Yugoslavia comunista. Coinciden también en poner al frente de los principales medios de comunicación a periodistas comisarios políticos que actúan como correa de transmisión
del poder. Hay algunos casos de acumulación de cargos que resultan ejemplares: Antun Vrdoljak, director general de la radiotelevisión es, a la vez, vice-presidente de la HDZ (Comunidad Democrática Croata, el grupo de Tudjman), miembro del Consejo Nacional de Defensa, Presidente del Comité Olímpico Croata, Presidente de la Compañía Aérea Croata, presidente de la compañía que construye la autopista Zagreb-Split... Y así, bastantes más casos. Tanto en Serbia como en Croacia existe una guardia pretoriana mediática al servicio de sus respectivos gobiernos de corte
fascistoide; uno, el de Milosevic, procedente del comunismo y el otro, el de Tudjman, pasado por el catolicismo ortodoxo.
Precisamente el día después de la victoria de Tudjman y de su HDZ, en mayo del 90, empieza la exaltación ideológica de los medios como arma de guerra. La constitución de 1990 garantiza la libertad de expresión, de prensa, prohíbe la censura y advierte en su artículo 39 que "toda incitación a la guerra, a la violencia, al odio nacional, racial o religioso y toda forma de intolerancia serán prohibidos y castigados". Nada más lejos de esta ley que la realidad. Los croatas del HDZ han aprendido con sobresaliente de sus enemigos ex-comunistas serbios que
los media han de servir al partido y que el partido es el estado. En Croacia se han vivido los mismos episodios de presiones, intimidaciones, chantajes patrióticos, censuras, autocensuras... Los políticos croatas en el poder también heredan la concentración comunista de los medios de comunicación.
Oficialmente se liberaliza la prensa controlada por los comunistas pero, en realidad, se deja en manos de gente afín al partido. La excusa es la descomunización, pero como no hay una ley que defina el derecho a la propiedad, el estado se convierte en un monopolio. Así, por ejemplo, todas las traducciones y resúmenes de prensa extranjera pasan por la agencia oficial HINA y la publicación y
distribución de prensa la centraliza una empresa estatal. Con un poco o un mucho de adaptación nacional-xenófoba bastará. El ministerio de Información, por ejemplo, es un gran generador de noticias cuya finalidad es mantener al partido en el poder y lo justifica basándose en la "necesidad de explicar los hechos históricos que habían sido deformados en el pasado".
Las medidas excepcionales que se establecieron durante la guerra, cuando por temor a los bombardeos las redacciones trabajaban a medio gas, continúan aplicándose. En la práctica esto significa una depuración, una lista negra de periodistas que sólo perciben el 40 % de su sueldo. La mayoría tienen nombres serbios o están comprometidos con la información independiente.
En medio de esta pesadilla de censura y presiones, se puede establecer una macabra diferencia entre el control de los medios serbios y los croatas. Los primeros dicen muchas más mentiras, mientras que los segundos dejan de informar más a menudo de lo que no les conviene. De hecho, cuesta más encontrar algún media independiente en Croacia que en Serbia.
La lección.
Los políticos demócratas, centenares de periodistas independientes, intelectuales que no se han puesto al servicio del poder y buena parte de la sociedad civil en la antigua Yugoslavia creen que lo que ha pasado en Bosnia es un ejemplo de como los medios de comunicación han sido el instrumento a través del cual los políticos ultranacionalistas, no importa el signo del que provengan, han arrastrado a su pueblo a una guerra que no quería. En la antigua Yugoslavia la manipulación de
los medios ha contribuido decisivamente a romper la convivencia de una sociedad multiétnica, pluricultural y plurireligiosa. En la década de la guerra como espectáculo en la salita de estar, de bombardeos que nos recuerdan "los arbolitos de Navidad" (Irak 91) y desembarcos a los que llega antes la CNN que las tropas norteamericanas (Somalia 92), la guerra de Bosnia pone en evidencia que, a menudo, los medios no explican los conflictos, sino que los refuerzan.
Como decía Hervé Deguine, de Reporteros sin Fronteras, en un universo de fanatismo e histeria colectiva como el que se ha desatado en los Balcanes -y que puede extenderse a otros países de Europa- los medios de comunicación tienen su parte de responsabilidad. Por ello, sólo es posible acabar con la guerra si acaba la guerra de propaganda entre Serbia y Croacia. Ayudar a los medios independientes con iniciativas de colectivos como periodistas por Bosnia, es ayudar a la
rehabilitación de la verdad a la vez que un ejercicio de prevención, un ejercicio consistente en aguzar el olfato para no olvidar que no estamos vacunados contra ninguna de las tentaciones xenófobas y nacionalistas.
Cuando en 1984 Sarajevo -y toda Yugoslavia- celebraba los Juegos Olímpicos ni siquiera pensaban en vacunarse porque no conocían la enfermedad. Nosotros sí. A su
costa.
Nota (1): EL VIEJO TOPO es una publicación de crítica política, que tras un paréntesis de varios
años sin salir ha vuelto a editarse. Las personas interesadas podéis escribir a: EL VIEJO TOPO, c/
Valencia 290-2on, 08007 Barcelona. Tél 93) 488 05 91 (Administración) o 93) 488 01 25
(Redacción). Email: viejo.topo@pangea.upc.es
Prensa contracorriente.
Ante el panorama desolador de los medios de comunicación copartícipes en la guerra que azota la región balcánica, destacan algunas honrosas excepciones. Gracias a su labor, sus compatriotas nunca podrán decir que no sabían lo que sucedía.
En Serbia, el semanario "Vreme", el diario "Borba" y las emisoras Radio B92 y Studio B luchan por sobrevivir en medio de presiones, censuras y cierres gubernativos. Las radios, por ejemplo, sufren misteriosas "averías técnicas" cuando suena música croata o bosnia o intervienen políticos de la oposición.
Paradójicamente, al poder ejercer su defensa de la verdad contribuyen a dar apariencia democrática al régimen de Belgrado. El presidente Milosevic sabe que su tirada reducida y su poca difusión no le pueden costar muchos votos. Estos medios sufren otro contrasentido: el embargo internacional decretado contra Serbia los sume en un mar de dificultades (poco papel, inflación, baja de ingresos por publicidad) que hace muy difícil su supervivencia. Ante esta situación, algunas organizaciones -como Reporteros sin Fronteras y Periodistas por Bosnia- empiezan a hablar de la
necesidad de la "ingerencia informativa", que tendría que acompañar la ayuda humanitarioinformativa.
En Montenegro, única república ex-yugoslava aliada de Serbia, sobrevive el semanario "Monitor", cuyos redactores reciben periódicamente amenazas de muerte. En Vojvodina (provincia autónoma dentro de Serbia con distintas nacionalidades) se publica "Magyarszo" para la minoría húngara. En la otra provincia autónoma serbia, Kosovo, la redacción de "Rilindja" afronta ser considerados prácticamente criminales por ser albaneses, lo mismo que el 90 % de la población. En la república de Macedonia (parcialmente reconocida por Europa) el diario "Republika" aparece intermitentemente. En Croacia, los dos periódicos más independientes, "Danas" y "Slobodna Dalmacija", han tenido un triste final. El primero ha terminado en manos del partido gubernamental HDZ y al segundo le puede suceder otro tanto, ya que los trabajadores no han podido comprarlo. Aparte del sensacionalista "Globus", las revistas "Erasmus" y "Feral Tribune" intentan informar de manera independiente. En Bosnia cabe destacar al mítico diario "Oslobodenje", objetivo militar de los serbios por su compromiso con la verdad. Al igual que sucede con la Radiotelevisión de Bosnia-Herzegovina, trabajan juntos periodistas serbios, croatas y musulmanes. Algo muy difícil de soportar en estos tiempos tan "étnicamente" puros y limpios. La ayuda a estos medios puede ser decisiva para restaurar la paz, la democracia y la convivencia en la antigua yugoslavia.
El comunicólogo italiano Paolo Rumiz, gran conocedor de los Balcanes, recorrió Europa meses antes del estallido de la guerra con un mensaje claro: a Europa le iba a ser infinitamente menos costoso ayudar a los medios independientes que asumir las consecuencias de una guerra fomentada por los medios al servicio del poder. Toda una premonición.
Cómo se construye una guerra
(Publicado en el núm. 72 del VIEJO TOPO y en el núm. 51 de MAMBRU.)
En el número 44 de MAMBRU (monográfico sobre la guerra en los Balcanes) realizamos un
extenso análisis sobre las causas de la guerra y sobre sus antecedentes inmediatos. Estudiamos las políticas -imagen especular una de la otra- de los salvapatrias Tudjman y Milosevic, vimos como manipularon el subconsciente colectivo hasta crear condiciones "objetivas" para declarar la guerra mientras se atrincheraban y construían sendos regímenes neofascistas. La primera batalla de la guerra de los Balcanes se libró en los medios de comunicación de masas -más bien medios de
manipulación de masas-. En el artículo que os presentamos, tomado del número 72 del VIEJO TOPO (1), Montse Armengou pone de manifiesto que la guerra comenzó antes de 1991, por mucho que nuestros medios de manipulacion de masa se empeñen en lo contrario.
Por Montse Armengou.
La guerra en la antigua Yugoslavia empezó en 1982. No, no es una errata. Ya sabemos que el primer balazo se disparó en 1991 en Eslovenia. Luego vendría Croacia y después -y hasta cuando?- Bosnia-Herzegovina. Pero muchos periodistas e intelectuales comparten la tesis de Nenad Pejic, exdirector de programas de la TV de Sarajevo y refugiado en Manchester después de las amenazas que recibió por parte los serbios. Ahora, desde el Instituto Europeo de la comunicación, intenta poner al descubierto la corresponsabilidad de los medios en la guerra de la antigua Yugoslavia.
Sin medios de comunicación, concretamente sin televisión, ¿ hubiera estallado la guerra en Bosnia ? Ciertamente hubiera sido muy difícil, porque los medios han tenido un papel determinante. Su connivencia con los nacionalismos mas extremos (salvo honrosas excepciones) ha ido sentando las bases, durante estos últimos años, para el conflicto bélico. Tal como aseguran algunos analistas, antes de que se tomaran las armas la guerra se había preparado y teorizado en Serbia y Croacia a
través de los medios controlados por los nacionalistas, tanto los reconvertidos del comunismo como los inspirados en el fascismo. "Los medios de comunicación han instigado deliberadamente el odio". Esta afirmación de Zlatko Dizdarevic, redactor jefe del mítico periódico "Oslobodenje" de Sarajevo, es compartida por la mayoría de representantes de organismos que han intervenido en Bosnia, desde la misión de la ONU encabezada por Tadeus Mazowiecki a Reporteros Sin Fronteras.
En verano del 92, una misión de la Organización internacional de Periodistas que visita las distintas repúblicas yugoslavas vuelve con unas conclusiones espeluznantes. La manipulación campa a sus anchas en los medios de comunicación, tanto serbios como croatas, hasta el punto que se habla de crímenes de guerra mediáticos a los que se les podría exigir su Nüremberg correspondiente.
Algunos de los periodistas que habían sido más críticos con el sistema comunista desde posiciones progresistas se convierten ahora en vectores complacientes de la propaganda nacionalista xenófoba.
Esto es posible en parte porque, en la mayoría de las repúblicas, permanecen las mismas estructuras centralizadas del pasado reciente. Un sistema que facilita el control de la prensa a través de los grandes monopolios del estado, en los que se reúnen redacciones, imprentas y redes de distribución. Las estructuras, las prácticas y muchos de los dirigentes son los mismos que en el pasado; solamente ha habido un cambio en el discurso político porque las circunstancias creadas por los
mismos medios, como el pez que se muerde la cola, han impuesto la idea nacionalista-xenófoba.
Pero veamos unos ejemplos.
Los medios de comunicación en Serbia.
"Hace ya años, cuando el actual presidente serbio Slobodan Milosevic era sólo un cacique comunista, empezó a preparar una estrategia de tensión, una escalada progresiva de la propaganda, en la que la televisión se convierte en una máquina de guerra". Los hechos confirman estas palabras de Petar Lukovic, redactor jefe del semanario "VREME", uno de los pocos medios independientes serbios. En el antiguo sistema federal todas las repúblicas tenían radio, prensa y televisión propias y un
organismo estatal, la JRT, se encargaba de coordinar el intercambio de programas.
Pronto Milosevic ve el rendimiento personal y político que puede sacar del nacionalismo serbio y también de la televisión. En 1986, casi paralelamente a su ascensión en la Liga de los Comunistas, empieza una represión brutal en la TV Serbia.
En sólo siete u ocho meses se genera una atmósfera política como para que los programas procedentes de otras repúblicas sean cada vez más insoportables. Solución: TVS se retira de los intercambios y la televisión Croata hace muy pronto lo mismo. Así desaparece la JRT y con ella un elemento mediático aglutinador de las distintas etnias, realidades y culturas que conformaban Yugoslavia.
Un nuevo peldaño en esta escala de tensión es el cambio que experimenta el lenguaje y el discurso televisivo. Todas las repúblicas son malas menos Serbia, que está "explotada por las demás". El nacionalismo serbio se alimenta de autoconmiseración al describirse como "la víctima de los nacionalismos de los otros". Para acabar de revestir toda esta atmósfera xenófoba aparece el "Memorándum de la Academia de
las Ciencias y de las Artes Serbia", en el que una serie de destacados intelectuales orgánicos sientan las bases teóricas de la futura limpieza étnica.
El lenguaje, la forma de designar al otro, al enemigo, se empieza a embrutecer: todos los eslovenos son fascistas, los croatas unos "ustachis" aliados de los nazis que atacan a los serbios... De hecho, la explotación de los antiguos miedos derivados de la II Guerra Mundial actúa como una mancha de aceite, como un veneno que todo lo contamina. La televisión emite cada día documentales sobre las matanzas y atrocidades que cometieron las milicias o "ustachis" croatas aliados de Hitler contra los Serbios. El clima para intervenir contra Croacia está servido.
Paralelamente, durante estos años, se va preparando la futura intervención en Bosnia. Los bosnios pasan a ser denominados "musulmanes", luego "fundamentalistas", más tarde "turcos" y "moros", para acabar siendo simplemente "cerdos".
Un año antes del comienzo oficial de la guerra, hay un hecho que muchos coinciden en señalar como el inicio real del conflicto bélico. El día que el Partido Serbio de Bosnia-Herzegovina ocupó el transmisor de TV Sarajevo en Banja Luka y cambió la señal por la de TV Belgrado, el discurso belicista panserbio quedó instalado en Bosnia. Buena parte de la población serbia de Bosnia, sobre todo de las zonas rurales, donde el acceso a la información depende casi exclusivamente de H televisión empezó a recelar de sus vecinos musulmanes sin importarles que hasta el momento hubieran sido sus mejores amigos o que los matrimonios mixtos fuesen un hecho común. Para completar esta operación de psicosis colectiva, de lavado de cerebro general se procede a nombramientos clave y se consolida la degradación ética
de centenares de periodistas que lo han consentido. Para los otros centenares de profesionales críticos quedaban las presiones verbales, psíquicas y físicas. Desde amenazas con pistola en los pasillos de la televisión a la fórmula de la baja forzosa, por la que se retiraba a los periodistas con la mitad del sueldo y sin que pudieran trabajar.
A estas alturas, nadie duda que sin la televisión Milosevic no hubiera obtenido su gran victoria electoral de 1990. (Como tampoco hubiera obtenido la más reciente de diciembre del 93, a pesar del elevado índice de abstención motivado por el malestar económico que produce el embargo internacional). Era la cosecha de varios años de manipulación absoluta de la verdad, de construcción de una realidad determinada gracias a la televisión y a la explotación de una sobredimensionada mitologia en la que se prometía el gran renacimiento panserbio (que pasa por la "reconquista" de Kosovo y la limpieza de albaneses).
Nenad Stefanovic, director de "VREME" dice: "Goebbels era un amateur de lo que ocurre en Serbia. Aquí sólo podría hacer de mozo de ascensor". Así pues, tras la guerra en los medios de comunicación empieza la guerra de las armas. Después del
ensayo de Eslovenia y Croacia para lanzarse a otra guerra, la de Bosnia, sólo hace falta un poco más de perfeccionamiento en la mentira, la manipulación y la exageración sistemáticas.
En abril de 1992, ya con el frente de Bosnia-Herzegovina abierto, Vojislav Seselj, líder del ultraderechista y ultranacionalista Partido Radical Serbio, elabora unas listas con los nombres de periodistas considerados traidores a la patria, es decir, los miembros del Sindicato Independiente (fundado en 1990 para luchar contra la censura y la desinformación), los periodistas que no tengan nombre serbio, los que han participado en alguna huelga... En realidad esta purificación de los media afecta a los periodistas más críticos, entre ellos los más expertos. En enero del 93, Seselj convoca una rueda de prensa, publica las listas y advierte que "va a poner las cosas definitivamente en orden en la RTV Serbia". Cinco días después más de mil quinientos profesionales son puestos en la calle.
Uno de los mejores ejemplos de la desinformación reinante está en lo que buena parte de los serbios llegaba a saber sobre el cerco de Sarajevo. Durante muchos meses, la televisión serbia ofrecía una foto fija de la ciudad antes de la guerra para informar de los "fuertes bombardeos a que someten a la ciudad las hordas musulmanas, mientras nuestros heroicos combatientes serbios la defienden". Sólo dos horas antes de la reunión del Consejo de Seguridad de la ONU de finales del 92, que iba a
decretar el embargo sobre Serbia, se mostraron las primeras imágenes reales de la ciudad devastada por las bombas serbias.
Los medios de comunicación en Croacia.
Aunque desde una perspectiva completamente antagónica, Belgrado y Zagreb coinciden en la utilización mediática de la propaganda como instigadora del odio y la venganza que desemboca en guerra. Coinciden en el lenguaje: mientras para los media serbia todos los croatas son 'ustachis' que participan de un complot vaticano-alemán, para los croatas los serbios son 'chetniks' que quieren restaurar la vieja Yugoslavia comunista. Coinciden también en poner al frente de los principales medios de comunicación a periodistas comisarios políticos que actúan como correa de transmisión
del poder. Hay algunos casos de acumulación de cargos que resultan ejemplares: Antun Vrdoljak, director general de la radiotelevisión es, a la vez, vice-presidente de la HDZ (Comunidad Democrática Croata, el grupo de Tudjman), miembro del Consejo Nacional de Defensa, Presidente del Comité Olímpico Croata, Presidente de la Compañía Aérea Croata, presidente de la compañía que construye la autopista Zagreb-Split... Y así, bastantes más casos. Tanto en Serbia como en Croacia existe una guardia pretoriana mediática al servicio de sus respectivos gobiernos de corte
fascistoide; uno, el de Milosevic, procedente del comunismo y el otro, el de Tudjman, pasado por el catolicismo ortodoxo.
Precisamente el día después de la victoria de Tudjman y de su HDZ, en mayo del 90, empieza la exaltación ideológica de los medios como arma de guerra. La constitución de 1990 garantiza la libertad de expresión, de prensa, prohíbe la censura y advierte en su artículo 39 que "toda incitación a la guerra, a la violencia, al odio nacional, racial o religioso y toda forma de intolerancia serán prohibidos y castigados". Nada más lejos de esta ley que la realidad. Los croatas del HDZ han aprendido con sobresaliente de sus enemigos ex-comunistas serbios que
los media han de servir al partido y que el partido es el estado. En Croacia se han vivido los mismos episodios de presiones, intimidaciones, chantajes patrióticos, censuras, autocensuras... Los políticos croatas en el poder también heredan la concentración comunista de los medios de comunicación.
Oficialmente se liberaliza la prensa controlada por los comunistas pero, en realidad, se deja en manos de gente afín al partido. La excusa es la descomunización, pero como no hay una ley que defina el derecho a la propiedad, el estado se convierte en un monopolio. Así, por ejemplo, todas las traducciones y resúmenes de prensa extranjera pasan por la agencia oficial HINA y la publicación y
distribución de prensa la centraliza una empresa estatal. Con un poco o un mucho de adaptación nacional-xenófoba bastará. El ministerio de Información, por ejemplo, es un gran generador de noticias cuya finalidad es mantener al partido en el poder y lo justifica basándose en la "necesidad de explicar los hechos históricos que habían sido deformados en el pasado".
Las medidas excepcionales que se establecieron durante la guerra, cuando por temor a los bombardeos las redacciones trabajaban a medio gas, continúan aplicándose. En la práctica esto significa una depuración, una lista negra de periodistas que sólo perciben el 40 % de su sueldo. La mayoría tienen nombres serbios o están comprometidos con la información independiente.
En medio de esta pesadilla de censura y presiones, se puede establecer una macabra diferencia entre el control de los medios serbios y los croatas. Los primeros dicen muchas más mentiras, mientras que los segundos dejan de informar más a menudo de lo que no les conviene. De hecho, cuesta más encontrar algún media independiente en Croacia que en Serbia.
La lección.
Los políticos demócratas, centenares de periodistas independientes, intelectuales que no se han puesto al servicio del poder y buena parte de la sociedad civil en la antigua Yugoslavia creen que lo que ha pasado en Bosnia es un ejemplo de como los medios de comunicación han sido el instrumento a través del cual los políticos ultranacionalistas, no importa el signo del que provengan, han arrastrado a su pueblo a una guerra que no quería. En la antigua Yugoslavia la manipulación de
los medios ha contribuido decisivamente a romper la convivencia de una sociedad multiétnica, pluricultural y plurireligiosa. En la década de la guerra como espectáculo en la salita de estar, de bombardeos que nos recuerdan "los arbolitos de Navidad" (Irak 91) y desembarcos a los que llega antes la CNN que las tropas norteamericanas (Somalia 92), la guerra de Bosnia pone en evidencia que, a menudo, los medios no explican los conflictos, sino que los refuerzan.
Como decía Hervé Deguine, de Reporteros sin Fronteras, en un universo de fanatismo e histeria colectiva como el que se ha desatado en los Balcanes -y que puede extenderse a otros países de Europa- los medios de comunicación tienen su parte de responsabilidad. Por ello, sólo es posible acabar con la guerra si acaba la guerra de propaganda entre Serbia y Croacia. Ayudar a los medios independientes con iniciativas de colectivos como periodistas por Bosnia, es ayudar a la
rehabilitación de la verdad a la vez que un ejercicio de prevención, un ejercicio consistente en aguzar el olfato para no olvidar que no estamos vacunados contra ninguna de las tentaciones xenófobas y nacionalistas.
Cuando en 1984 Sarajevo -y toda Yugoslavia- celebraba los Juegos Olímpicos ni siquiera pensaban en vacunarse porque no conocían la enfermedad. Nosotros sí. A su
costa.
Nota (1): EL VIEJO TOPO es una publicación de crítica política, que tras un paréntesis de varios
años sin salir ha vuelto a editarse. Las personas interesadas podéis escribir a: EL VIEJO TOPO, c/
Valencia 290-2on, 08007 Barcelona. Tél 93) 488 05 91 (Administración) o 93) 488 01 25
(Redacción). Email: viejo.topo@pangea.upc.es
Prensa contracorriente.
Ante el panorama desolador de los medios de comunicación copartícipes en la guerra que azota la región balcánica, destacan algunas honrosas excepciones. Gracias a su labor, sus compatriotas nunca podrán decir que no sabían lo que sucedía.
En Serbia, el semanario "Vreme", el diario "Borba" y las emisoras Radio B92 y Studio B luchan por sobrevivir en medio de presiones, censuras y cierres gubernativos. Las radios, por ejemplo, sufren misteriosas "averías técnicas" cuando suena música croata o bosnia o intervienen políticos de la oposición.
Paradójicamente, al poder ejercer su defensa de la verdad contribuyen a dar apariencia democrática al régimen de Belgrado. El presidente Milosevic sabe que su tirada reducida y su poca difusión no le pueden costar muchos votos. Estos medios sufren otro contrasentido: el embargo internacional decretado contra Serbia los sume en un mar de dificultades (poco papel, inflación, baja de ingresos por publicidad) que hace muy difícil su supervivencia. Ante esta situación, algunas organizaciones -como Reporteros sin Fronteras y Periodistas por Bosnia- empiezan a hablar de la
necesidad de la "ingerencia informativa", que tendría que acompañar la ayuda humanitarioinformativa.
En Montenegro, única república ex-yugoslava aliada de Serbia, sobrevive el semanario "Monitor", cuyos redactores reciben periódicamente amenazas de muerte. En Vojvodina (provincia autónoma dentro de Serbia con distintas nacionalidades) se publica "Magyarszo" para la minoría húngara. En la otra provincia autónoma serbia, Kosovo, la redacción de "Rilindja" afronta ser considerados prácticamente criminales por ser albaneses, lo mismo que el 90 % de la población. En la república de Macedonia (parcialmente reconocida por Europa) el diario "Republika" aparece intermitentemente. En Croacia, los dos periódicos más independientes, "Danas" y "Slobodna Dalmacija", han tenido un triste final. El primero ha terminado en manos del partido gubernamental HDZ y al segundo le puede suceder otro tanto, ya que los trabajadores no han podido comprarlo. Aparte del sensacionalista "Globus", las revistas "Erasmus" y "Feral Tribune" intentan informar de manera independiente. En Bosnia cabe destacar al mítico diario "Oslobodenje", objetivo militar de los serbios por su compromiso con la verdad. Al igual que sucede con la Radiotelevisión de Bosnia-Herzegovina, trabajan juntos periodistas serbios, croatas y musulmanes. Algo muy difícil de soportar en estos tiempos tan "étnicamente" puros y limpios. La ayuda a estos medios puede ser decisiva para restaurar la paz, la democracia y la convivencia en la antigua yugoslavia.
El comunicólogo italiano Paolo Rumiz, gran conocedor de los Balcanes, recorrió Europa meses antes del estallido de la guerra con un mensaje claro: a Europa le iba a ser infinitamente menos costoso ayudar a los medios independientes que asumir las consecuencias de una guerra fomentada por los medios al servicio del poder. Toda una premonición.
miércoles, 17 de marzo de 2010
Quién fuera británico
"La extrema derecha no ha gozado nunca de apoyo, al decir de los británicos, porque el fascismo es incompatible con su sentido del humor, cosa de la que se sienten -legítimamente- muy orgullosos".
Carles casajuana, embajador español en el Reino Unido
Carles casajuana, embajador español en el Reino Unido
martes, 16 de marzo de 2010
Coproterapia! Por 30€ de nada le haremos valorar mejor su vida en una sola sesión
¿Es incapaz de valorar lo que tiene? ¿Su trabajo le resulta alienante? ¿Es su familia un coñazo y su pareja un muermo que no le despierta la más mínima pulsión sexual? ¿Su vida, en definitiva, le parece una mierda? Disfrute (es un decir) de la coproterapia y le garantizamos que en una sola sesión valorará mucho más su existencia.
La felicidad se sustenta en expectativas. En el momento en que no las tenemos colmadas surge la frustración. Diversos estudios demuestran que la satisfacción con la vida es inversamente proporcional al estatus social del individuo. Si usted no está satisfecho con su vida, experimente una sola sesión de coproterapia, diseñada por un equipo de psicólogos especializados, y su percepción sobre usted mismo cambiará inmediatamente.
Si su vida le parece una mierda, compruebe que lo puede ser mucho más. Después de la experiencia, saldrá mucho más satisfecho con usted mismo y si vida. ¡Pruébelo, por sólo 30€ la sesión!
Instituto Coproterapéutico de Barcelona
La felicidad se sustenta en expectativas. En el momento en que no las tenemos colmadas surge la frustración. Diversos estudios demuestran que la satisfacción con la vida es inversamente proporcional al estatus social del individuo. Si usted no está satisfecho con su vida, experimente una sola sesión de coproterapia, diseñada por un equipo de psicólogos especializados, y su percepción sobre usted mismo cambiará inmediatamente.
Si su vida le parece una mierda, compruebe que lo puede ser mucho más. Después de la experiencia, saldrá mucho más satisfecho con usted mismo y si vida. ¡Pruébelo, por sólo 30€ la sesión!
Instituto Coproterapéutico de Barcelona
lunes, 15 de marzo de 2010
El tabú de la corrupción de nuestras queridas autoridades políticas
Cuando todavía colea la polémica sobre la censura de fotos en una exposición de la Diputación de Valencia, porque retrataba el famoso caso Gürtel, el diario El País nos explica que el Ministerio de Medio rural, marino y etcétera está intentando vetar en un documental subvencionado de TVE sobre el deterioro de las costas alusiones a la corrupción urbanística. Interesante, interesante. Qué facilidad tiene la realidad de superar la imaginación. Esta claro que a nuestros políticos duopolistas les pone nerviosos que le menten la bicha. Es precioso que el ministerio tache de tendencioso a un catedrático especialista en el tema por mencionar una realidad fehaciente. Qué debilidad el tachar de tendencioso al que no sigue tu tendencia. ¿Acabará saliendo el documental original? Estaremos espectantes, lo que no nos cabe duda es la publicidad gratuita que le han brindado desde el ministerio.
Qué bonito es vivir en una democracia para que estas presiones gubernamentales no queden impunes. La diferencia entre una democracia y una dictadura no es que sus políticos sean mejores personas, sino que su discrecionalidad está limitada. Ay si esta pandilla tuviese la misma capacidad de maniobra de la que disfrutan las autoridades en Cuba, sin duda estaríamos mucho peor que ellos.
Qué bonito es vivir en una democracia para que estas presiones gubernamentales no queden impunes. La diferencia entre una democracia y una dictadura no es que sus políticos sean mejores personas, sino que su discrecionalidad está limitada. Ay si esta pandilla tuviese la misma capacidad de maniobra de la que disfrutan las autoridades en Cuba, sin duda estaríamos mucho peor que ellos.
sábado, 13 de marzo de 2010
Mucho ARTE es el quitar, al pobre, hasta su pan
Interesante iniciativa ha llevado a cabo el colectivo de manteros: una manifestación para reclamar que no sean castigados con la cárcel. Ciertamente es aberrante llevar a prisión a alguien por una actividad que reporta unos ingresos diarios de 15€ al día. Pero es que perjudican a uno de los sectores más poderosos en España como son los autores/editores y son el eslabón más débil de la sociedad. Lo que nadie puede negar es su integración y el interesante y enriquecedor giro que le dan a las manifas en democracia. Buena forma de reivindicar su dignidad humana haciendo uso de sus derechos civiles.
En la protesta ha participado, por lo que se ve, Willy Toledo, actor que ha tenido gran protagonismo estos días por unas declaraciones controvertidas sobre los derechos humanos y la democracia. En esta ocasión le alabo la causa, especialmente al ir en contra de sus intereses de clase, pero quizá debería reconocer que algo bueno tiene esta democracia burguesa que permite manifestarse a los más desclasados que reconocen llevar a cabo una actividad ilegal, cosa que en Cuba parece que está más bien restringida. Y es que los derechos civiles son una buena cosa que no creo que se deban menospreciar.
En la protesta ha participado, por lo que se ve, Willy Toledo, actor que ha tenido gran protagonismo estos días por unas declaraciones controvertidas sobre los derechos humanos y la democracia. En esta ocasión le alabo la causa, especialmente al ir en contra de sus intereses de clase, pero quizá debería reconocer que algo bueno tiene esta democracia burguesa que permite manifestarse a los más desclasados que reconocen llevar a cabo una actividad ilegal, cosa que en Cuba parece que está más bien restringida. Y es que los derechos civiles son una buena cosa que no creo que se deban menospreciar.
viernes, 12 de marzo de 2010
Cuestión de prioridades
Imposible ser más gráfico en la contraposición de la Cataluña real respecto a la oficial. Mientras Cataluña estaba colapsada por la nevada, nuestros representantes votando la ley de consultas para abrir el camino, como perfectamente expone Albert Rivera, a referendos de independencia que agiten la convivencia. Que la gente tenga claro a la hora de votar cuáles son las prioridades de según quién.
jueves, 11 de marzo de 2010
LA OBSCENIDAD DE CIERTOS SUPUESTOS SOCIALISTAS
Celestino Corbacho, ministro socialista (o mejor dicho, del PSC-PSOE) de trabajo, ha realizado unas declaraciones muy inoportunas al respecto de los planes privados de pensiones. Con la que está cayendo y con el debate sobre las pensiones en el candelero no es muy acertado que el ministro de trabajo recomiende públicamente los planes privados de pensiones como complemento a las públicas. Lógicamente, tal y como está el patio los ciudadanos nos lo podemos tomar como una alarma innecesariamente y la verdad es que las empresas que ofrecen este producto no parece que necesiten esta publicidad añadida.
El portavoz socialista, perdón, del PSOE en el congreso ha añadido, intentando defender a su compañero, que es una "obviedad que las personas que quieran tener más ingresos que la pensión pública, pueden contratar planes de pensiones”. Creo que a nadie le cabe ninguna duda que efectivamente es bueno tener un plan privado de pensiones como ha señalado el ministro. La cuestión es que no insinúe que pueda llegar a ser necesario. Así pues, lo que no parece tan bueno es la imagen que nos está dando del sistema público de pensiones, ni da demasiada confianza a una ciudadanía que en su mayoría no se puede costear un plan privado. Son, por lo tanto, unas declaraciones no ya imprudentes por parte de un ministro de trabajo, sino impropias por parte de un dirigente de un partido que se hace llamar socialista, del cual sólo cabe esperar una cerrada defensa de las pensiones públicas.
Al ministro no se le han caído los anillos en reconocer que desde hace muchos años dispone de uno. Desde luego, se agradece su sinceridad, lo que pasa es que entre la crisis económica que vivimos y el descrédito que padece la clase política, la naturalidad con la que nos lo explica añadiendo que al cobrar más de 4000€ la máxima pensión que se puede cobrar es de 2400€, a muchos ciudadanos nos puede resultar obsceno. Por supuesto, el ministro podrá alegar, como ya hizo su compañero José Montilla al defender el Colegio Alemán donde tiene matriculados a sus hijos (por 400€ al mes por barba), que ésta es una opción personal. No nos cabe la menor duda. Ahora bien, no es como ser del Barça o del Madrid, que sale gratis, sino que se trata de opciones personales en las que se requiere unos ingresos muy superiores a la media.
La cuestión está en que nuestro infatigable ministro, a sus 61 venerables años, lleva desde 1983 encadenando cargos públicos, y sin actividad laboral previa conocida. Ahora está cobrando unos 78.791€ al año, muy por debajo de los 144.200€ que cobraba como presidente de la Diputación provincial de Barcelona, y cuando finalice su responsabilidad en el ministerio, tras 18 meses cobrando el 80% de su sueldo, podrá gozar de su merecida jubilación y su trabajado plan de pensiones. Todo esto a muchos ciudadanos nos podrá hacer dudar –malpensados de nosotros- que su actividad política haya estado motivada por su afán de justicia social y servicio público. En 1979 el PSOE dejó de declararse un partido de clase –trabajadora, se entiende-, lo que nos preocupa es que se transformara en un partido de clase, sí, pero de clase política. Cuesta no pensar en Napoleón, no el del Directorio, sino el de Animal Farm. ¡Qué perspicacia la de George Orwell!
El portavoz socialista, perdón, del PSOE en el congreso ha añadido, intentando defender a su compañero, que es una "obviedad que las personas que quieran tener más ingresos que la pensión pública, pueden contratar planes de pensiones”. Creo que a nadie le cabe ninguna duda que efectivamente es bueno tener un plan privado de pensiones como ha señalado el ministro. La cuestión es que no insinúe que pueda llegar a ser necesario. Así pues, lo que no parece tan bueno es la imagen que nos está dando del sistema público de pensiones, ni da demasiada confianza a una ciudadanía que en su mayoría no se puede costear un plan privado. Son, por lo tanto, unas declaraciones no ya imprudentes por parte de un ministro de trabajo, sino impropias por parte de un dirigente de un partido que se hace llamar socialista, del cual sólo cabe esperar una cerrada defensa de las pensiones públicas.
Al ministro no se le han caído los anillos en reconocer que desde hace muchos años dispone de uno. Desde luego, se agradece su sinceridad, lo que pasa es que entre la crisis económica que vivimos y el descrédito que padece la clase política, la naturalidad con la que nos lo explica añadiendo que al cobrar más de 4000€ la máxima pensión que se puede cobrar es de 2400€, a muchos ciudadanos nos puede resultar obsceno. Por supuesto, el ministro podrá alegar, como ya hizo su compañero José Montilla al defender el Colegio Alemán donde tiene matriculados a sus hijos (por 400€ al mes por barba), que ésta es una opción personal. No nos cabe la menor duda. Ahora bien, no es como ser del Barça o del Madrid, que sale gratis, sino que se trata de opciones personales en las que se requiere unos ingresos muy superiores a la media.
La cuestión está en que nuestro infatigable ministro, a sus 61 venerables años, lleva desde 1983 encadenando cargos públicos, y sin actividad laboral previa conocida. Ahora está cobrando unos 78.791€ al año, muy por debajo de los 144.200€ que cobraba como presidente de la Diputación provincial de Barcelona, y cuando finalice su responsabilidad en el ministerio, tras 18 meses cobrando el 80% de su sueldo, podrá gozar de su merecida jubilación y su trabajado plan de pensiones. Todo esto a muchos ciudadanos nos podrá hacer dudar –malpensados de nosotros- que su actividad política haya estado motivada por su afán de justicia social y servicio público. En 1979 el PSOE dejó de declararse un partido de clase –trabajadora, se entiende-, lo que nos preocupa es que se transformara en un partido de clase, sí, pero de clase política. Cuesta no pensar en Napoleón, no el del Directorio, sino el de Animal Farm. ¡Qué perspicacia la de George Orwell!
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